Las ’12 campanadas’ de Formentera en 2022

 

Quien no haya estado jamás en ella, debería aprovechar el nuevo año para hacerlo. Quien ya la conozca, repetirá; sin lugar a dudas. Tener un auténtico paraíso natural tan cercano a nosotros, sin interminables viajes a los lejanos Mares del Sur o al Caribe, es todo un lujo a nuestro alcance. Pequeña en tamaño –apenas 83,2 km2– pero grande en emociones, la menor de las Pitiusas ofrece todo lo que el viajero ávido de desconectar puede desear. Playas y calas de aguas cristalinas, rutas verdes, pueblos con encanto, un parque natural, mercadillos, faros, gastronomía ‘slow food’… ¡Qué más se puede pedir! Cuando suenen las 12 campanadas, Formentera abrirá sus puertas a un ilusionante 2022. ¡Bienvenidos al último paraíso del Mediterráneo!

 

1– Dos faros, para amaneceres y atardeceres mágicos… ¡y un tercero! Formentera despierta al este desde el faro de la Mola –que inspiró una de las novelas de Julio Verne, ‘Hector Servadac’– y despide el día al sureste, en el faro de Cap de Barbaria, con el cielo teñido de su rojiza estela. Pero aun hay un tercero menos conocido… aunque de vital importancia marinera: el faro de La Savina que guía a los navegantes a la puerta de entrada de la isla.

 

     2– Playas y calas paradisíacas donde desconectar. Las hay para todos los gustos a lo largo de sus 69 km de litoral. Su gran icono es la mítica Ses Illetes, siempre entre las top mundiales. Pero hay otras como Cavall d’en Borràs, tranquila y salvaje; Llevant, con su zona dunar; Cala Saona, entre acantilados bajos; Es Pujols y Sa Roqueta, al norte; Ses Platjetes, en el litoral de Tramuntana, o Migjorn, el arenal más largo, con 5 kms de playas y calas.

 

     3– 32 Rutas Verdes para caminar o ir en bici. Un centenar de kilómetros repartidos en 32 circuitos de caminos entrelazados hacen de Formentera el escenario perfecto para practicar senderismo o cicloturismo. Entre ellas, la Ruta 25 ‘Es Caló de Sant Agustí –El Pilar de la Mola’ (4 km, 1h 20, solo a pie), o la Ruta 10 ‘Sant Francesc – Faro de Barbaria’ pasando por yacimientos prehistóricos y la torre de Es Garroveret (9,4 km, 2 h 45, a pie, o 35 mins, en bici).

 

4– Seis pueblos con encanto… y señas de identidad propias. La Savina, puerta de entrada, con sus puertos, pesquero y deportivo; Sant Francesc, la capital, con su bello conjunto historico en torno a su iglesia-fortaleza; Sant Ferran, destilando bohemia; Es Pujols, que aglutina la mayor parte de oferta hotelera y ocio nocturno; Es Caló de Sant Agustí, pintoresco pueblo de pescadores con sus viejos varaderos; y El Pilar de la Mola, famosa por su mercado artesanal.

    

     5– Una Ruta Birding para escuchar a los pájaros. Un itinerario Ornitológico por el Camí des Brolls, que rodea el perímetro del Estany Pudent. Son 4,3 km de ruta lineal con 8 paneles que informan sobre el valor del Parque Natural de Ses Salines, que lo acoge. Y una pantalla de observación para admirar una zona donde están censadas 200 especies de aves migratorias.

 

     6– Cinco torres defensivas integradas en el paisaje. Fueron construidas en el siglo XVIII para vigilar las incursiones piratas del norte africano y a mediados del siglo XIX dejaron de cumplir la misión para la que fueron creadas. Cuatro están en la propia isla –Sa Gavina, des Garroveret, Pi des Català (unica que puede visitarse, gratuitamente, los sábados) y Punta Prima– y la quinta, sa Guardiola, está en el islote norte de s’ Espalmador.

 

     7– Un Parque Natural –Ses Salines– legado de su pasado salinero. Protegidas como Parque Natural desde 2001 y, en parte, Patrimonio de la Humanidad desde 1999, ocupan unas 3.000 hectáreas terrestres y 14.000 marinas, entre Formentera e Ibiza. Son el fiel testimonio de la industria salinera cuya explotación duró un siglo, hasta 1984. Engloba también dos lagunas –Estany Pudent y Estany des Peix–, tres torres defensivas y un sepulcro megalítico, Ca na Costa. En el Centro de Interpretación de Can Marroig se cuenta toda su historia.

 

     8– Un viaje al megalítico a través de sus huellas arqueológicas. Formentera atesora el monumento megalítico más importante de las Baleares: Ca na Costa. Un yacimiento funerario de la Edad de Bronce (entre 2040 y 1600 a.C.). Pero también son muy importantes los tres del sureste –Cap de Barbaria I, II y III– y Can Blai, cerca de Es Caló, restos de una construcción fortificada romana (siglos III y IV a.C.), de planta cuadrada con una torre en cada esquina.

 

     9– Siete mercados y mercadillos para disfrutar del shopping. De mayo a primeros de octubre, Formentera tienta al visitante con media docena de ellos. El más importante es el Mercado artesano de La Mola (miércoles y domingos, de 16:00 a 22:00), con música en vivo. Tambien hay dos en Sant Ferran (artesano y artístico), los mercadillos de Sant Francesc, La Savina y Es Pujols, y el Centro Artesano Antoni Tur Gabrielet (Sant Francesc).

 

     10– Cuatro grandes citas: fotografía, bienestar, astronomía y cultura digital. ‘Formentera Astronómica’ se estrenó el pasado año en mayo para trasladarnos a un universo celestial de sensaciones. ‘Formentera 2.0’, que llegará a su 10ª edición (mayo), reune a los mejores expertos en cultura digital. ‘Formentera Zen’ celebrará su 8ª edición (septiembre) como gran cita de la salud y el bienestar holístico. Y ‘Formentera Fotográfica’ alcanzará su 10ª edición (octubre), con talleres y charlas a cargo de los mejores expertos en la imagen.

 

     11– Un tesoro submarino –la Posidonia– clave para sus playas. Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1999 las praderas submarinas de Posidonia oceánica depuran el agua y alimentan el ecosistema marino de las Pitiusas. Son el ser vivo más longevo del mundo, con sus 100.000 años de antigüedad, y pueden admirarse con excursiones en barco desde la isla.

 

     12– Una gastronomía slow food con productos Km0. Formentera pone en valor su cocina tradicional con productos autóctonos como el Peix Sec, la miel, los higos secos, el bescuit, la sal líquida… con los que elaborar platos tan sabrosos como la Ensalada payesa, el Frit de polp, los Calamars a la bruta o el Sofrit pagès. Todo ello, maridado con los vinos de sus dos únicas bodegas: Terramoll y Cap de Barbaria. Y lo complementa con un mapa –Formentea Slow Food–que señala 16 lugares repartidos por toda la isla donde adquirir estos productos.

Más información en: https://www.formentera.es

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