Un ‘Halloween’ distinto… ¡en Formentera!

 

El largo puente de ‘Todos los Santos’ –que desde hace unos años
muchos identificamos también con la anglosajona celebración de ‘Halloween’–puede ser la excusa perfecta para poder seguir disfrutando del ‘último paraíso del Mediterráneo’ en pleno otoño. Y además, de una manera muy singular. Porque en la tenebrosa noche de las brujas de la menor de las Pitiusas no hay calabazas iluminadas ni fantasmas… pero sí emocionales espíritus de otras épocas que fluyen por nuestro pensamiento cuando visitamos las milenarias piedras de un patrimonio arqueológico eclipsado en verano por playas y calas de aguas cristalinas. Ca na Costa, Cap de Barbaria I, II y III o Can Blai nos transportan a un emotivo viaje en el tiempo hasta reencontarnos con aquellos primeros moradores de Formentera, en la Edad de Bronce, y con aquellos ‘otros’ del Imperio Romano.

 

Por su privilegiada y benigna climatología, Formentera es ideal para una escapada en cualquier época del año. E incluso para disfrutar allí de festividades tan singulares como ‘Halloween’, como ahora denominamos a lo que siempre fue para nosotros la fiesta de ‘Todos los Santos’. Y si además coincide con un largo ‘puente’ de cinco días –del viernes 28 de octubre al martes 1 de noviembre– muchísimo mejor.

 

Pero… ¿Un ‘Halloween’ en Formentera? ¡Sí, por qué no! Lejos de los disfraces fantasmagóricos o los atrezzos de ‘cartóon-piedra’ de ciertas fiestas o parques temáticos, que pretenden sumergirnos en el universo de los muertos, Formentera apela más bien a una experiencia sensorial al estilo de ‘Los otros’, el filme con el que Alejandro Amenábar recreó en 2001 un juego ilusionario entre realidad y ficción, de la mano de Nicole Kidman.

 

En Formentera, ese ‘ultimo paraíso del Mediterráneo’ cuyas playas y calas nos atraen hacia ella como los cantos de sirenas hacian con Ulises en ‘La Odisea’, ‘los otros’ –no de cuerpo presente pero sí presentes gracias a sus huellas arqueológicas– son los primitivos moradores de la isla, cuyo legado patrimonial sigue vivo y vigente. Y en esta época del año en que los chapuzones ya no monopolizan nuestro espiritu viajero, ‘Halloween’ puede ser la excusa perfecta para reencontrarnos emocionalmente con ellos.

 

 

Seguro que muchos han bordeado mil veces el Estany Pudent sin reparar en un letrero que indica Ca na Costa. Allí, agazapado entre una frondosa naturaleza, se cobija el sepulcro megalítico más importante de las Islas Baleares; una joya arqueológica con más de cuatro milenios de historia (año 2.100 a.C) descubierto hace menos de medio siglo. Un yacimiento funerario –conocido popularmente como ‘es Rellotge’, por su parecido con un reloj solar– compuesto por una cámara central circular delimitada por grandes losas verticales rodeadas por tres círculos concéntricos de empedrados y 22 radiales.

 

Hacia el suroeste de Formentera, camino de mítico faro de Cap de Barbaria –donde contemplar las mejores puestas de sol de la isla–, vale la pena hacer una parada previa en otra joya arqueológica: los yacimientos Cap de Barbaria I, II y III, fieles testimonio de ‘los otros’ que habitaron allí la isla en plena Edad de Bronce (1600 a 1000 a.C.). Y para completar el triángulo, al este de la isla, rumbo a Es Caló, otro emotivo viaje en el tiempo mucho más reciente… ¡aunque sea de 18 siglos atrás! Es a Can Blai, los restos de un castellum romano, una construcción fortificada de los siglos III y IV a.C, de planta cuadrada y una torre en cada esquina, creada como refugio para la población de las zonas cercanas.

 

Formentera no es solo naturaleza y playas; aquí las piedras también ‘hablan’ y cuentan historias: las de ‘los otros’ que aquí vivieron milenios y siglos atrás. Y ‘Halloween’ es la ocasión perfecta con un reencuentro emocional con ellos.

 

Más información en: https://www.formentera.es

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