S’Albufera des Grau, tres rutas para disfrutar la joya natural de Menorca

Declarado Parque Natural en 1995, consta de 5.100 hectáreas y es el núcleo de la Reserva de Biosfera menorquina, así reconocida por la UNESCO en 1993

 

‘Tras el corazón verde’, título de la película que protagonizarón en 1984 Michael Douglas y Kathleen Turner, podría servir para definir lo que el viajero siente cuando va al encuentro de s’Albufera des Grau, la principal zona húmeda de Menorca. Un fascinante ecosistema natural con variados hábitats, desde estanques a bosques de acebuches, encinas y pinares pasando por sistemas dunares, praderas de fanerógamas marinas, islotes costeros, un litoral con acantilados y playas… e incluso un poblado talayótico. Un parque que destaca también por su gran diversidad de aves, mamíferos y especies acuáticas. Ir a su encuentro es respirar aire puro… y sentir el palpitar de la Menorca más natural.

 

Hacer compatible el desarrollo socio-económico con la conservación del medio natural es lo que permitió a Menorca ser reconocida como Reserva de Biosfera en 1993 por la UNESCO. El núcleo de la misma, s’Albufera des Grau –al norte de Maó–, consta de cinco reservas: las islas d’Addaia, bassa de Morella, Es Prat, la isla d’en Colom y s’Estany. Una de sus zonas más representativas es su laguna de 70 hectáreas, con tres metros de profundidad, que da cobijo a diversas plantas acuáticas y aves, como la focha común, el águila pescadora o el milano real. Entre los reptiles y anfibios destaca la lagartija balear (especie endémica de la isla), además del sapo verde, la ranita de San Antonio, las tortugas de tierra o la culebra de cogulla.

 

El Parque alberga también elementos patrimoniales, como el poblado talayótico de Sa Torreta de Tramuntana, del que se conserva el talayot, el recinto de taula, algunas casas y la base de una naveta funeraria. Cerca de este poblado hay una torre de defensa medieval: y algo más lejos, otra torreta del siglo XVIII. Diversas pasarelas de madera permiten recorrer todo este humedal, auténtico ‘corazón verde’ de Menorca.

 

    

Tres son los itinerarios para admirar este Parque Natural:

 

1– Sa Gola (2,2 km). Puede realizarse a pie y en bicicleta. La carretera es llana y las otras que bordean la zona de Sa Gola son accesibles para personas con movilidad reducida. Este itinerario discurre por el canal de Sa Gola y la zona dunar de la playa de Es Grau y a través de él se puede admirar paisaje, flora y fauna. Puede hacerse en cualquier época del año, incluso en verano, ya que los pinares proporcionan sombra y la proximidad del mar permite dar refrescantes baños.

 

2–Santa Madrona (2,8 km). Es la mejor ruta para la observación de aves acuáticas. En invierno es cuando se pueden ver mayor cantidad de especies, a medida que van llegando las migratorias. Una ruta pedregosa y sin sombras.

 

3–Mirador de Cala Llimpa (1,7 km). La que permite disfrutar de vistas más impresionantes. Discurre por la parte sureste de la laguna siendo recomendable hacerlo con calma, parando en los principales puntos de interés.

 

 

Y como guinda, un relajante paseo por Es Grau, coqueto pueblecito marinero de casas encaladas, junto a la amplia y protegida playa (ideal para familias con niños), desde el que parten excursiones hacia una de las zonas de este Reserva de Biosfera: la isla d’en Colom.

 

 

                             Más información en: www.menorca.es

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