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COVA DE S’AIGUA, POBLAT DE GALMÉS Y LA NAVETA D’ES TUDONS VUELVEN A ABRIR SUS PUERTAS

 

La Fundació Foment del Turisme de Menorca tiene preparada la apertura de parte de su patrimonio para este mismo mes de febrero reforzando su objetivo de trabajar por una temporada con atractivos durante nueve meses. La primera instalación que ha abierto sus puertas será la Cova de S’Aigua, en Ciutadella, que lo ha hecho el pasado 19 de febrero con las primeras visitas. El día 27 de febrero abrirá el Poblat de Torre d’en Galmés, así como la Naveta d’es Tudons.

 

 

La Cova de S’Aigua es una joya natural escondida en Cala Blanca, Ciutadella. De origen cárstico y formada hace millones de años en roca calcárea del Mioceno, es un tesoro arqueológico y geológico. Desde la prehistoria, ha sido un lugar de enterramientos y habitación, con restos que revelan su uso en épocas romana, islámica y medieval. Además, alberga inscripciones modernas y una misteriosa lámpara de bronce de la época británica.

 

 

Su formación es un espectáculo de la naturaleza: el agua de lluvia, filtrada durante milenios, ha esculpido galerías y creado un lago subterráneo donde aún hoy se disuelve la roca. En la parte seca, las filtraciones han dado vida a impresionantes formaciones de carbonato cálcico que adornan sus techos y paredes. Un viaje al pasado geológico y humano que no te puedes perder.

 

 

El poblado talayótico de Torre d’en Galmés es el mayor yacimiento arqueológico de la isla. Situado en lo alto de una colina, este enclave estratégico ofrece vistas panorámicas de la costa sur y un fascinante viaje a través del tiempo, desde la Edad del Bronce hasta la época romana e islámica.

 

 

No te pierdas el ingenioso sistema de recogida de agua, que muestra la avanzada ingeniería de sus antiguos habitantes. Y si eres un amante de los misterios, busca la figura egipcia del dios Imhotep, hallada aquí y expuesta en el Museo de Menorca, que revela los antiguos lazos comerciales de la isla.

 

 

Otro de los tesoros más emblemáticos de Menorca es la Naveta des Tudons, una joya arqueológica única en el mundo. Este impresionante monumento funerario, construido con la técnica ciclópea (piedras encajadas sin mortero), es un testimonio fascinante de la cultura talayótica. Su forma, que recuerda a una nave invertida, le da nombre y lo convierte en un símbolo de la isla.

 

 

Durante las excavaciones realizadas en los años 60, se descubrieron los restos de cien individuos de todas las edades, acompañados de sus ajuares personales: brazaletes de bronce, botones de hueso, armas y objetos rituales como un curioso tapón decorado que guardaba cabellos de los difuntos. Estos hallazgos, datados en el siglo IX a.C., nos hablan de ritos funerarios ancestrales y de una sociedad profundamente conectada con sus tradiciones.

 

 

Al adentrarte en su interior, un pequeño corredor te guiará hacia las cámaras superiores e inferiores, donde las grandes losas de piedra que sostienen la estructura te transportarán a un pasado misterioso y evocador.

 

 

La Cova de S’Aigua estará abierta de miércoles a domingo de las 09:00 a las 14:30 hasta que llegue el mes de abril. El precio de la visita, que se estima que dura unos 45 minutos, va desde los 5 euros que pagarán los niños de entre 8 y 15 años, los 10 euros para los mayores de 15 años y los 6 euros para las personas jubiladas y las mayores de 65 años. La información de la actividad está en la web www.menorca.es, donde también se pueden comprar las entradas de forma anticipada.

 

 

Por otro lado, tanto el Poblat de Torre d’en Galmés como la Naveta d’es Tudons abrirán sus puertas el próximo jueves, 27 de febrero, de miércoles a domingo, de las 09:00 hasta las 15:15.

 

 

En este sentido, ya dentro del mes de marzo, se ampliarán los horarios de las Oficinas de Turismo de Mahón y de Ciutadella, mientras que la del Aeropuerto abrirá sus puertas, a partir del 6 de marzo de miércoles a domingo de las 08:00 a las 14:45. Los horarios irán variando en el momento de la temporada y se pueden consultar en la página web.

 

 

 

Más información: www.menorca.es

 

LOS FAROS DE HUELVA, GUÍAS DEL MAR Y POSTALES ETERNAS

Como buena tierra marinera que es, la provincia de Huelva cuenta con algunos faros imponentes que dan al paisaje un matiz y una belleza inigualables.

 

 

En la costa de Huelva, donde el Atlántico besa la tierra con fuerza y delicadeza, se alzan majestuosos faros que no solo guían a los navegantes, sino que también iluminan el alma de quienes los visitan. Estos faros, testigos silenciosos de la historia marítima de la región, son mucho más que estructuras funcionales: son faros de cultura, arte y belleza natural. Para los amantes de la fotografía y los viajeros de espíritu curioso, cada uno de ellos ofrece una experiencia única, un lienzo perfecto para capturar instantes irrepetibles.

 

 

Faro del Cantil, Isla Cristina: donde el mar se funde con el cielo

El Faro del Cantil, en Isla Cristina, es un emblema de la costa onubense. Situado en un entorno privilegiado, este faro combina historia, cultura y unas vistas que quitan el aliento. Su silueta se recorta contra el horizonte, ofreciendo un espectáculo visual especialmente durante las puestas de sol, cuando el cielo se tiñe de tonos dorados y el mar refleja la última luz del día.

Para los fotógrafos, este lugar es un paraíso. La combinación de la arquitectura del faro con el paisaje marítimo crea composiciones únicas. Además, su ubicación en Isla Cristina, un pueblo pesquero de tradición marinera, permite capturar la esencia auténtica de la vida costera. No olvides llevar tu cámara y disparar en modo manual para aprovechar la luz dorada del atardecer.

Faro del Picacho: historia y majestuosidad

El Faro del Picacho, en Mazagón, es una joya histórica que se alza imponente desde el siglo XIX, aunque empezó a funcionar oficialmente en 1902. Con sus 25 metros de altura, es un referente para los navegantes que surcan estas aguas. Su arquitectura, robusta y elegante, lo convierte en un símbolo de la historia marítima de Huelva.

Pero más allá de su función, el Faro del Picacho ofrece una experiencia sensorial única. Desde su base, se puede contemplar una vista panorámica del litoral, donde el azul del mar se funde con el verde de los pinares de Doñana. Para los amantes de la fotografía, este faro es un desafío creativo: su altura y su entorno natural permiten jugar con las perspectivas y capturar imágenes llenas de profundidad y textura.

 

Los faros de El Rompido: un diálogo entre el pasado y el presente

En El Rompido, un pintoresco enclave en el término municipal de Cartaya, se encuentran dos faros que narran la evolución de la navegación en la región. El faro antiguo, construido en 1861 y de 13 metros de altura, es un vestigio de la historia local. Venía a balizar la desembocadura del Río Piedras a la altura de la flecha donde se encontraba la Punta del Gato. Este faro dejó de funcionar en 1976, pero aún hoy se puede visitar para dar constancia de lo que supuso para Cartaya y la costa onubense.

Junto a él, el faro nuevo, con 31 metros de altura e inaugurado en 1976, continúa cumpliendo su función con modernidad y eficiencia. Ambos faros, separados por poco más de un siglo, ofrecen una perspectiva única sobre el paso del tiempo y la evolución tecnológica. Para los fotógrafos, este contraste entre lo antiguo y lo moderno es un regalo visual, especialmente al atardecer, cuando la luz dorada baña ambas estructuras.

 

Faro de La Higuera: el gigante de Doñana

Con una altura de casi 50 metros si contamos su propia altura (23 metros) la alutra con respecto al nivel del mar, el Faro de La Higuera, o faro de Matalascañas es el más reciente de la provincia, inaugurado en 1994. Situado en el entorno privilegiado de la Playa de Matalascañas, dentro del Parque Nacional de Doñana, este faro es un punto de referencia tanto para los navegantes como para los amantes de la naturaleza.

Su ubicación lo convierte en un lugar ideal para capturar la esencia de Doñana: dunas, marismas y una biodiversidad única. Los fotógrafos encontrarán aquí un escenario perfecto para retratar la armonía entre el faro y su entorno natural. Además, su altura permite obtener vistas panorámicas espectaculares, especialmente al amanecer, cuando la luz suave ilumina el paisaje.

 

Faro del Espigón: modernidad y sostenibilidad

También conocido como Faro del Dique Juan Carlos I, el Faro del Espigón es un ejemplo de modernidad y sostenibilidad. Inaugurado en 1983, este faro funciona con energía solar y se alza en el morro del dique de entrada al puerto de Huelva. Junto al Faro de Mazagón, forma parte del sistema de balizamiento que guía a los barcos hacia la ciudad onubense.

Su diseño funcional y su ubicación estratégica lo convierten en un lugar fascinante para la fotografía. La combinación de la estructura moderna con el paisaje industrial del puerto ofrece un contraste interesante, ideal para aquellos que buscan capturar imágenes con un toque urbano y contemporáneo.

 

Los faros de Huelva son mucho más que señales luminosas; son faros de historia, cultura y belleza. Cada uno de ellos tiene una historia que contar y un paisaje que ofrecer. Para los amantes de la fotografía y los viajeros con espíritu curioso, esta ruta es una oportunidad única para capturar la esencia de la costa onubense. Así que prepara tu cámara, ajusta tu enfoque y déjate guiar por la luz de estos guardianes del mar.

 

Más información:
www.destinohuelva.org

 

 

CEE, DESCUBRE LA PRIMERA VENTANA AL MAR

Cee es una joya escondida en pleno corazón de la Costa da Morte. Un lugar donde el visitante respira paz en la tempestad de sus salvajes playas y disfruta con sus rincones por descubrir.

 

 

En pleno corazón de la Costa da Morte, Cee emerge como un destino que cautiva por su belleza salvaje, su profundo legado histórico y su conexión con el Camino de Santiago. Este enclave, punto de paso para los peregrinos que avanzan hacia Finisterre, representa la perfecta combinación entre naturaleza virgen y patrimonio cultural, civil y religioso. Sin olvidar sus maravillosos espacios para el avistamiento de cielo nocturno como destino Starlight.

 

 

En la provincia de A Coruña, a medio camino entre Coruña y Santiago de Compostela se ubica el municipio de Cee. En pleno corazón de la Costa da Morte, una zona conocida por su belleza viva, salvaje y sorprendente, se encuentra un destino que embelesa a los visitantes.

 

 

Este territorio se adentra en el mar por tres fragmentos de costa ubicados en las rías de Lires y Cee-Corcubión. Su geografía se distribuye en seis parroquias: A Ameixenda, Brens, Cee, Lires, A Pereiriña y Toba, cada una con su propio encanto y particularidades.

 

 

Cee es una joya escondida cuya naturaleza se encuentra marcada por la Ría de Corcubión, que baña en forma de arco la localidad, y la Ría de Lires, siendo la más pequeña de Galicia y cuya playa pertenece a la Red Natura 2000 por su valor ecológico. Sus playas, de diferente tipología repartidas entre sus seis parroquias, regalan al viajero una infinidad de posibilidades. A Concha destaca por ser una playa urbana situada en la Villa de Cee.

 

 

En la parroquia de A Ameixenda se encuentran la Playa de Gures, un arenal de belleza virgen y aguas cristalinas, la Playa de Caneliñas un rincón escondido que sorprenden por su belleza, en un entorno marinero que conecta con la autenticidad del destino. Además, de la Playa As Leiriñas, de arena blanca y piedra cerca del Castillo del Príncipe.

 

 

Por otro lado, en la parroquia de Tobe, límite entre los Ayuntamientos de Corcubión y Fisterra, está la playa de Estorde. Un paraíso de arena fina y blanca, en cuyo contorno semiurbano las aguas son tranquilas. Entre sus elementos naturales destacan también el Monte de la Armada y el Monte de Banle junto con el río Castro y Miñons.

 

 

Cee es la primera vista al mar para los peregrinos que viajan de Santiago a Finisterre, pero su atractivo va más allá de su entorno natural. Su patrimonio cultural es igualmente destacable por sus construcciones civiles como el Antiguo Castillo del Príncipe, el Instituto Fernando Blanco de Lema o numerosas casonas de piedra. Su legado etnográfico, donde destacan molinos, hórreos y cruceros de gran envergadura, mientras que su patrimonio religioso brilla con templos como la Iglesia de San Xián de Pereiriña o el Santuario de Nuestra Señora da Xunqueira.

 

 

Más que un destino, Cee es una experiencia. Un refugio para quienes buscan naturaleza, historia y autenticidad en un solo lugar.

Para más información: https://www.turismodecee.es/es/

 

UN ARQUITECTO QUE TRANSFORMÓ SEVILLA

Aníbal González fue el genio del Regionalismo Arquitectónico que dio alma a la ciudad de Sevilla a través de sus emblemas universales.  

 

 

 

El maestro del Regionalismo Arquitectónico, Aníbal González, es el gran responsable de las grandes obras icónicas de la capital hispalense. Su legado sigue siendo el motor cultural de la ciudad, con figuras tan imponentes como la cúpula de la Exposición Iberoamericana de 1929. Si estáis pensando en conocer su obra, la mejor opción para descansar serán los Hoteles América y Derby.

Un paseo por Sevilla es una aventura en la que podréis encontraros con la impronta arquitectónica de Aníbal González. Su estilo fusionó elementos históricos con toques modernistas y funcionales, dotando a la ciudad de una identidad propia. Además de su papel como arquitecto, González destacó por ser una pieza clave en la transformación urbana de la capital hispalense.

 

Su obra más célebre, y por la que es conocido a nivel internacional, es la Plaza de España. Concebida como eje central de la Exposición Iberoamericana de 1929, es un monumento a la belleza y a la integración del arte, la historia y el urbanismo.

 

La huella del arquitecto sevillano en la ciudad va mucho más allá, ya que fue responsable de otros edificios de gran valor histórico como el Pabellón Mudéjar, el Pabellón Real y el Museo Arqueológico de Sevilla. Estas construcciones combinan la tradición andaluza con pinceladas innovadoras, en un marco de estilo regionalista propio del autor.

 

Tras una ruta conociendo estas maravillosas obras, os recomendamos descansar en los Hoteles América o Derby Sevilla, ya que cuentan con los mejores servicios y localización para vuestra escapada.

 

Ambos son lugares ideales para reponer fuerzas, con una inmejorable ubicación, ya que están situados en la Plaza de Duque de la Victoria, en pleno centro, por lo que se puede prescindir del transporte. Únicamente andando conseguiréis conocer una ciudad mágica.

 

Pero si buscáis algo más tranquilo, apartado del ajetreo del centro, y preferís una estancia más cercana a la magia del barrio de La Alameda, los Apartamentos Lumbreras 16 son vuestra opción. Un espacio cerca del río Guadalquivir para disfrutar de las comodidades de un hotel, pero con la libertad de un apartamento.

 

La Sevilla que conocemos hoy no sería la misma sin la impronta de Aníbal González. Su obra, que combina tradición y modernidad, es un testimonio vivo de su talento y visión. La herencia de este arquitecto sigue vigente, inspirando a quienes visitan la ciudad y consolidando a Sevilla como una joya arquitectónica nacional e internacional.

 

 

Para más información:
https://www.hotelamericasevilla.com/
https://www.hotelderbysevilla.com/
www.lumbreras16.com

 

 

LAS GRUTAS DE CRISTAL DE MOLINOS: LAS ENTRAÑAS DEL MAESTRAZGO TUROLENSE

Un laberinto de maravillas bajo tierra. Un viaje al pasado explorando las profundidades del suelo de Teruel

 

 

 

 

el corazón del Maestrazgo turolense, donde la tierra parece detenerse en el tiempo, se esconde un mundo subterráneo de belleza insólita. Las Grutas de Cristal, en la localidad de Molinos, son un tesoro geológico que desafía la imaginación. Declaradas Monumento Natural, estas cuevas son un viaje a las profundidades de la Tierra, donde la naturaleza ha esculpido, gota a gota, un paisaje kárstico de ensueño.

 

Al adentrarse en las Grutas de Cristal, el visitante se sumerge en un universo de formas caprichosas. Estalactitas que cuelgan como lágrimas petrificadas, estalagmitas que emergen del suelo como torres naturales, columnas que unen el techo y el suelo en un abrazo eterno, y cortinas de roca que parecen tejidas por manos invisibles. Pero lo más sorprendente son las estalactitas excéntricas, que desafían la gravedad creciendo en horizontal, como si la naturaleza hubiera decidido jugar con las reglas de la física.

 

Cada rincón de estas cuevas tiene un nombre que evoca su singularidad: la Virgen, el Mantón de Manila, la Tarta Nupcial o el Pozo de los Deseos. Estos nombres no son casualidad; son un homenaje a las formas que la roca caliza ha ido moldeando durante miles de años, en un proceso lento pero imparable.

Un viaje al pasado: el Hombre de Molinos

Las Grutas de Cristal no solo son un espectáculo visual; también son una ventana al pasado. En su interior se han encontrado restos fósiles de mamíferos que habitaron la zona hace más de 100.000 años. Pero el hallazgo más fascinante es, sin duda, la mandíbula del “Hombre de Molinos”, el homínido más antiguo de Aragón. Estudios recientes de la Universidad de Zaragoza han revelado que su antigüedad ronda los 5.100 años. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la presencia humana en la región, sino que también convierte a estas cuevas en un lugar de gran interés arqueológico.

 

A pocos pasos de las Grutas de Cristal se encuentra la Cueva de Baticambras, otro enclave fascinante del Monumento Natural. A diferencia de su vecina, esta cueva es un santuario para la fauna, especialmente para los murciélagos. Aquí habitan tres especies catalogadas como Vulnerables en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón: el murciélago grande de herradura, el murciélago mediterráneo de herradura y el murciélago pequeño de herradura.

 

La Cueva de Baticambras es un importante refugio de invernada, en particular para el murciélago mediterráneo de herradura. Para proteger a estas especies, sensibles a los cambios ambientales, se ha prohibido el acceso turístico. Este gesto nos recuerda la importancia de preservar estos frágiles ecosistemas, donde la vida se abre paso en la oscuridad.

 

El Parque Cultural de Molinos es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza y el ser humano han interactuado a lo largo del tiempo. Descubiertas en 1961, por un equipo de espeleólogos catalanes. Desde entonces, han sido un punto de referencia para científicos, amantes de la espeleología y viajeros curiosos.

 

Situadas a 970 metros sobre el nivel del mar, estas cuevas se desarrollan en un entorno geológico único, formado por arenas, margas y calizas del Cretácico Superior. Su formación se debe a cambios en el nivel del agua que, durante milenios, ha esculpido este laberinto subterráneo. Hoy, la cueva se encuentra en un periodo de drenaje, lo que permite admirar sus espeleotemas en todo su esplendor.

Visitar las Grutas de Cristal es adentrarse en un mundo mágico, donde cada paso revela una nueva maravilla. Es un lugar que invita a la reflexión, a maravillarse con la paciencia de la naturaleza y a conectar con nuestro pasado más remoto. Desde las formaciones rocosas que parecen sacadas de un sueño hasta los restos arqueológicos que nos hablan de nuestros ancestros, este rincón del Maestrazgo turolense es una joya que merece ser descubierta.

 

Más información:
www.sienteteruel.es

 

VALL DE NÚRIA: DIVERSIÓN EN LA NIEVE SIN ESQUÍS

Este rincón es ideal para despejar la mente, disfrutar en familia y estar en contacto con la naturaleza

La nieve no es la única razón para visitar Vall de Núria en invierno. Este destino ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar en familia sin necesidad de calzarse unos esquís.  En el Hotel Vall de Núria, lo saben y por eso tienen preparado un amplio calendario de actividades que combinan naturaleza y diversión. Unos días aquí pueden ser una aventura para pequeños y mayores, recargar pilas y conectar con un entorno mágico.

Si pensáis en Vall de Núria, lo primero que os ha venido a la cabeza es un valle cubierto por una capa de nieve blanca, ¿verdad?Pues, aunque en cierto modo es normal, Vall de Núria es mucho más. Allí, tras un trayecto impresionante a bordo del único medio de transporte que da acceso al valle, un tren cremallera, os encontraréis una estampa de ensueño. Justo, muy cerca de la estación, se encuentra el Hotel Vall de Núria. Este alojamiento es un rincón de retiro para aquellos que buscan paz en días de tormenta, o simplemente alejarse de la cotidianidad que la rutina aporta a sus vidas.

El Hotel Vall de Núria ofrece un completo programa de actividades familiares, para disfrutar del entorno más allá de la práctica del esquí. Esta oferta proporciona unos días en los que explorar el entorno natural será el plan ideal. Pequeños momentos de comunión familiar donde el ingrediente principal será la risa y el deporte.

Entre las actividades más destacadas, en función del día, podréis disfrutar de una actuación musical, un mago o una visita guiada teatralizada. También contaréis con la oportunidad de descubrir el cielo estrellado en un entorno natural libre de contaminación lumínica.

Vall de Núria es el destino perfecto para quienes buscan una escapada invernal diferente, donde la nieve es solo el comienzo de una experiencia inolvidable. Con un entorno natural único, actividades para todas las edades y una atmósfera acogedora, este rincón del Pirineo catalán invita a desconectar y crear recuerdos en familia. Porque más allá del esquí, hay un mundo por descubrir.

 

Más información:
https://hotelvalldenuria.cat/