Archivo de la categoría: Senderismo

Un San Valentín romántico regalando… ¡Roses!

 

A tres semanas vista del Día de los Enamorados, ¿con qué obsequiar a la persona amada? Un regalo ‘material’ como resulta ser lo habitual… ¿o sorprenderla con uno experiencial? Una romántica escapada a un lugar especial; que permita relajados paseos por la naturaleza inhalando la más pura esencia mediterránea; que proponga un emocional viaje al pasado a través de joyas patrimoniales; que deleite al paladar con exquisita gastronomía y productos de proximidad; que enamore con las más románticas puestas de sol desde una majestuosa bahía… ¿Y si además tiene nombre de flor? Por San Valentín, en lugar de regalar rosas… ¡regalar Roses!

 

     Al norte de la Costa Brava catalana, agazapada en una majestuosa bahía –integrada, además, en la Asociación de bahías más bellas del mundo, como la de San Francisco– Roses destila el mismo aroma romántico que propone su propio nombre de flor. Y en una fecha tan especial como el Día de los Enamorados, anima las parejas a disfrutar de sus muchos encantos en una romántica escapada; de esas que jamás se olvidan.

 

Por la mañana, para empezar, nada mejor que disfrutar de la naturaleza con un relajante paseo por sus Caminos de Ronda que serpentean la recortada Costa Brava permitiendo descubrir recónditas y solitarias calas, como Murtra, Pelosa, Rustella, Joncols… O practicar senderismo en el Parque Natural de Cap de Creus, al encuentro de su magnético y cinematográfico faro: el mismo donde Kirk Douglas y Yul Brynner rodaron hace medio siglo la película ‘La luz del fin del mundo’

 

Tras ese ejercicio matinal que –a buen seguro– habrá abierto el apetito, a mediodía nada mejor que sentarse a la mesa para degustar la sabrosa gastronomía rosense. Y ahora que es temporada, ¿qué tal unos deliciosos erizos de mar? O un reconfortante Suquet de peix, el plato estrella de la localidad; un antiguo y sencillo guiso de pescadores reconvertido hoy día en excelso manjar. Todo ello, perfectamente maridado con los excelentes vinos de la D.O. Empordà, en la que Roses está integrada.

 

     Por la tarde, un poco de cultura viajando al pasado a través de dos joyas patrimoniales: la Ciutadella, que alberga restos arqueológicos de las culturas griega y romana, además de medievales; o el Castillo de la Trinitat, un fortín de artillería del siglo XVI que sorprende por su recreación didáctica en imágenes 3D.

 

 

Y como antesala de la más romántica velada, un paseo al atardecer por esa bahía infinita desde la que inhalar la más pura esencia del Mediterráneo admirando el mágico espectáculo natural de la puesta de sol abrazados a la persona amada.

 

Un San Valentin inolvidable… ¡En Roses!

 

 

Más Información: http://ca.visit.roses.cat

6 pueblos con encanto para perderse estas Navidades en León

 

Hay otra manera de vivir las Navidades distinta a la tradicional: la de quienes prefieren dejar de lado el atrezzo típico de las Pascuas –mercadillos, luces, villancicos, belenes…– y optan por aprovechar estos días festivos de otra forma; más tranquila, menos masificada… Y la provincia de León es el destino perfecto para ello. Dotada de un cautivador encanto rural, pueblos como Peñalba de Santiago, Castrillo de los Polvazares, Balboa, Molinaseca, Riaño o Colinas del Campo de Martín Moro Toledano son ideales para una escapada navideña en la que perderse… para reencontrarse con uno mismo –en pareja, en familia o con amigos–, descansar, relajar la mente, respirar aire puro… y cargar las pilas emocionales para afrontar 2022 con ganas y renovadas ilusiones. Vamos a descubrir cada uno de estos 6 pueblos leoneses con encanto.

  

1– Peñalba de Santiago. Ubicado cerca de Ponferrada, en la comarca de El Bierzo y a 1.100 metros de altitud, entre los Montes Aquilanos. Destila ese aire rural con sus casas de piedra, madera y teja, y sus callejuelas empedradas por las que pasear recreándonos en los pequeños detalles que cobijan puertas y ventanas. Es digna de admirar su iglesia de Santiago, una joya del arte mozárabe del siglo X. Desde el pueblo pueden realizarse excursiones al Valle del Silencio o a la Tebaida berciana y visitar la Cueva San Genadio o el molino. Está integrado en la Asociación de ‘Pueblos Más Bonitos de España’ y, además, fue declarado Bien de Interés Cultural por su Conjunto Etnológico.

 

2– Castrillo de los Polvazares. Cerca de Astorga, en la comarca de La Maragatería. Lugar de peregrinaje en el Camino de Santiago por su parte leonesa, cautiva al visitante por su casas de piedra rojiza y tejas de cerámica, algunas de ellas luciendo escudos nobiliarios. A destacar su iglesia de San Juan Bautista y dos puentes sobre el río Jerga: el viejo y el nuevo. También cuenta con varios mesones en los que saborear el delicioso y potente cocido maragato. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980, forma parte –asimismo– del Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 2015.

 

     3– Balboa. Perteneciente también a la comarca de El Bierzo, cuenta entre su patrimonio con los restos de un castillo del siglo XIV (su torre del homenaje y parte de sus muros), la iglesia románica de Santa Marina (siglos XIII-XVI) y sus pallozas, construcciones tradicionales de planta circular u ovalada, paredes bajas de piedra y tejado cónico de paja. Y un lugar muy curioso: la Casa de las Gentes que –además de un museo con preciosas tallas de madera– acoge la Oficina de Turismo y es un foro reivindicativo de la cultura rural. Y para relajarnos y meditar, nada mejor que un paseo por su castañar.

 

4– Molinaseca. Otro precioso pueblo de El Bierzo integrado en el Camino de Santiago. Llama la atención del viajero, en primer lugar, por su puente romano de los Peregrinos, sobre el río Meruelo, y sus fotogénicos reflejos en el agua. Antes de penetrar en el casco histórico es digno de admirar el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias (siglo XVII), de estilo barroco, erigido sobre una antigua ermita del siglo IX que servía de albergue a los peregrinos. La principal vía del pueblo es la Calle Real, plagada de restaurantes y tiendas. Cabe resaltar las ‘callejas’, pequeños espacios entre las casas a modo de cortafuegos y –según cuentan– origen del apellido Calleja. Paseando por Molinaseca también son de admirar la Plaza García Rey, con su fuente de piedra en el centro, y la plaza de Santo Cristo, con un crucero, un Monumento al Peregrino y un curioso monolito conocido como Buda de Molinaseca.

 

     5– Riaño. El pueblo más ‘joven’ de la provincia de León… ya que el antiguo fue sepultado por las aguas al construirse el embalse del mismo nombre. Pertenece a la Montaña de la Cantábrica Leonesa, antesala de los Picos de Europa. Su actual iglesia parroquial, Santa Águeda –con valiosas tallas religiosas– era la antigua de San Martín de Pedrosa del Rey (siglo XVI), trasladada piedra a piedra a Riaño. El pueblo también alberga un interesante Museo Etnográfico, un Monumento al Silencio y un típico hórreo leonés. A sus afueras cuenta con diversos miradores –Las Hazas, Valcayo…– y una senda peatonal de 1 km llamada Paseo del Recuerdo. Acoge el llamado ‘banco más bonito de León’ –desde el que admirar relajadamente el embalse– y bordea el pantano hasta el embarcadero, punto de partida de románticos cruceros por el mismo, con las montañas reflejadas sobre sus aguas como en un mágico espejo. Otra joya patrimonial de Riaño es la Ermita de Quintanilla, junto a las aguas del embalse y rodeada de montañas.

 

     6– Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. Pequeña pedanía del municipio de Igüeña, en la comarca de El Bierzo, que atesora el nombre más largo de España. Pero no solo por ello vale la pena ir a descubrirlo. También está reconocido como Conjunto Histórico-Artístico desde 1994 y entre sus joyas patrimoniales destacan la ermita del Santo Cristo, la Fuente de San Juliano o el puente medieval sobre el río Boeza, que comunica las dos partes del pueblo. Pasear por su coquetas calles es descubrir rincones de gran belleza, como el Arco de la Ermita del citado santo. Y, cómo no, disfrutar de sus platos típicos, como el Botillo berciano o el Cocido maragato… o de rutas senderistas en las que admirar flores silvestres y bellos ejemplares de robles, abedules, acebos o avellanos.

6 Rutas Verdes para una escapada senderista a Formentera

 

De los chapuzones… ¡A las caminatas! Formentera es un destino para todo el año y lo pone de manifiesto en otoño, cuando sus paradisíacas playas y calas ceden su protagonismo a las Rutas Verdes. Sin las elevadas temperaturas estivales resulta de lo más agradable oxigenar el cuerpo y relajar la mente practicando senderismo o cicloturismo… admirando la interesante flora y el singular paisaje del considerado como ‘último paraíso del Mediterráneo’. Este próximo Puente de la Constitución, preludio vacacional de las Navidades, es una excelente oportunidad
para descubrir ‘otra’ Formentera.

 

 

Seguro que muchos de los asíduos a Formentera en la temporada veraniega, atraídos por la irresistible tentación de sus playas –Ses Illetes, Llevant, Migjorn, Cala Saona…–, conocen a la perfección todos y cada uno de los rincones costeros de los 67 km de litoral de la menor de las Pitiusas. Pero… ¿Y del interior de sus 83,2 km2 de superficie? Otoño, la estación de la reflexión y la melancolía, es la época perfecta para admirar la salvaje belleza paisajística (bosques de pinares y sabinas, plantas, flores…), practicar birding o descubrir elementos patrimoniales (molinos, torres de defensa, aljibes, cisternas…). Por su cercanía con la península, cualquier weekend es bueno para una ‘escapada express’. Pero tratándose de un Puente como el de la Constitución, la oportunidad para disfrutarla unos días más es única.

De sus 32 Rutas Verdes, hemos seleccionado estás seis ¿Preparados para conocerlas?

 

1– Ruta 3: ‘La Savina–Cala Saona. El trayecto arranca en la localidad que es puerta de entrada a la isla para bordear luego la laguna del Estany des Peix y seguir por un entorno rural jalonado de campos, paredes de piedra seca y casas típicas hasta Cala Saona. Una bahía natural agazapada entre acantilados bajos y con varaderos que cobijan las barcas. Es ideal para ver la puesta de sol. Distancia: 5,5 km. Tiempo: 95 min (a pie) o 35 min (bicicleta).

 

     2– Ruta 10: ‘Sant Francesc–Ses Bardetes­–Faro de Babaria. Caminata que transcurre paralela a la carretera por la apacible zona de Can Parra y se desvía a medio camino por la antigua senda que se dirigía al Cap de Barbaria, finalizando en el famoso faro y la torre de guardia de Es Garroveret. En esta ruta se pueden ver también los yacimiento prehistóricos de Es Cap de Barbaria; tres en concreto, de la veintena pertenecientes a la Edad de Bronce (1600-1000 a.C). Distancia: 9,4 km. Tiempo: 2 h, 45 min (a pie) o 35 min (bicicleta).

 

3– Ruta 25: ‘Es Caló de Sant Agustí–El Pilar de la Mola’. Se parte de este fotogénico pueblo de tradición pesquera –con un conjunto de vetustos varaderos de madera declarados en 2002 Lugar de Interés Cultural– para subir por el histórico Camí de Sa Pujada, con las mejores vistas panorámicas de la isla, del Racó de Sa Pujada y del Pous des Verro. Ya alcanzado el altiplano, se pasa por los viñedos de Terramoll –una de las dos únicas bodegas de la isla– para llegar a El Pilar de la Mola. Distancia: 4 km. Tiempo: 1 h, 20 min (a pie). No apta en bicicleta.

 

4– Ruta 27: ‘El Pilar de la Mola–S’Estufador–Es Ram’. Nos adentra por un paisaje boscoso y, en algunas zonas, atípico; un conjunto de muchos paisajes en un solo recorrido. Parte de la iglesia parroquial de El Pilar para continuar por el Molí Vell, por una zona llana con campos de cultivos, un bosque con desnivel y torrentes naturales que llevan el agua de lluvia al mar. Tras salir del bosque mediterráneo se llega a S’Estufador, cambiando a un paisaje de color tostado, con rocas de curiosas formas de un material usado en la construcción, típico de las Baleares: el marés. Y andando en paralelo al mar se accede a un estrecho camino que lleva hasta Es Ram. Distancia: 4,2 km. Tiempo: 1 h, 25 min (a pie). No apta en bicicleta.

 

5– Ruta 31: ‘El Pilar de la Mola–Sa Cala’. Recorrido marcadamente agrario, con paredes de piedra seca, ganado y viviendas tradicionales, pudiendo observarse también viñedos, aljiges y cisternas. Todo ello en el altiplano de La Mola que, al llegar a sus vertiginosos acantilados, ofrece espectaculares vistas panorámicas de la Pitiusa Mayor, Ibiza; de la isla de s’Espalmador –continuación natural de la punta noroeste de Formentera– y de los islotes de Espardell y Espardelló. Distancia: 1,5 km. Tiempo: 20 min (a pie) u 8 min (en bicicleta).

 

6– Ruta 32: ‘Pla de la Mola’. La más larga de las 32 Rutas Verdes señalizadas en la isla permite recorrer toda la planicie de La Mola y está pensada para hacerse en bicicleta, al ser apta para todos los niveles. Alterna muchos y diversos paisajes: campos de cultivo, terrenos de interior, viñedos, bosques y accesos al mar con sobrecogedoras vistas. Algunos tramos son caminos históricos jamás modificados y otros nunca transitados por coches. Esta ruta permite admirar los principales atractivos de La Mola: el faro, la iglesia de El Pilar, el Molí Vell, la Bodega Terramoll y –los miércoles y domingos, de mayo a octubre– el Mercado Artesanal de El Pilar. Porque La Mola tiene una personalidad propia que la convierte en una especie de ‘isla dentro de una isla’. Distancia: 12,3 km. Tiempo: 3 h 5 min (a pie) o 1 h (en bicicleta).

Más información en: https://www.formentera.es/planifica/folletos-mapas-y-guias

 

4 pistas para disfrutar del ‘Mes de las Reservas de la Biosfera’ de Cáceres

 

Del 30 de octubre al 12 de diciembre se celebra la 5ª edición de esta cita, ideal para visitar las Reservas de la Biosfera de Monfragüe y Tajo Internacional

 

Otoño es la estación ideal en la que perderse… para reencontrarse con uno mismo. ¿Dónde? En espacios naturales en los que oxigenar el cuerpo, relajar la mente, practicar turismo activo… y admirar el mágico espectáculo visual de ocres, amarillos y rojizos que transforman el verde manto de bosques, valles y montañas. La provincia de Cáceres atesora dos de esos espacios que, además, son Reservas de la Biosfera: Monfragüe y Tajo Internacional. Y para disfrutarlos con la máxima intensidad les ha dedicado un mes con más de 50 actividades –bicicleta eléctrica, kayak, senderismo, talleres al aire libre…– todos los fines de semana; gratuitas y para disfrutar en familia, en pareja o con amigos. Llega el momento de Living la vida relax; llega el momento de sentir la más pura esencia de la naturaleza… ¡en Cáceres!

 

Una Reserva de la Biosfera es un territorio cuyo objetivo es la conservación de la diversidad cultural y biológica, en equilibrio perfecto con el desarrollo económico y social a través de la relación de los habitantes con la naturaleza. La UNESCO definió el concepto en 1972 y cuatro años más tarde, en 1976, se empezaron a designar las primeras de estas Reservas. La provincia de Cáceres atesora dos de ellas.

 

La Reserva de la Biosfera de Monfragüe fue declarada en 2003, ocupa una superficie de 116.160 hectáreas y representa uno de los enclaves más extensos y representativos de bosque y matorral mediterráneo. La Reserva de la Biosfera Transfronteriza Tajo-Tejo Internacional alcanzó este reconocimiento en 2016 y suma 428.176 hectáreas de las cuales la mayor parte están en España (259.073) y el resto en la vecina Portugal. Un paraíso para la observación de aves y la navegación fluvial que incluye un Parque Natural, el primero compartido por dos países europeos, desde 2012.

 

     En 2017, la Diputación Provincial de Cáceres decidió poner en valor sus dos Reservas de la Biosfera dedicándoles un mes en otoño –noviembre– que supusiera una oportunidad única para conocer la cultura y la naturaleza de una forma amena y divertida, disfrutando en familia, en pareja o con amigos de un amplio abanico de actividades para todos los gustos, viviendo una experiencia en un entorno singular y único. Una cita que cumple este año su 5ª edición, desarrollándose en diferentes localidades y enclaves del territorio de cada Reserva y encuadradas en cuatro grandes bloques:

 

     1 – Naturaleza: Es, sin lugar a dudas, uno de los principales valores de las dos Reservas de la Biosfera cacereñas y uno de los atractivos turísticos más buscados por quienes las visitan. Dentro de las actividades que se desarrollarán en ellas están el astroturismo, rutas geológicas, observación de aves, senderismo… o incluso paseos en globo.

 

2 – Cultura: Rutas teatralizadas, visitas a lugares y monumentos prehistóricos, trabajos tradicionales, personajes históricos… una gran variedad de talleres y actividades para dar a conocer las actividades y usos tradicionales del territorio de ambas Reservas de la Biosfera.

 

3 – Turismo activo: Numerosas y variadas actividades harán las delicias de quienes buscan acercarse a la naturaleza de una manera única y exprimir a tope la experiencia. Descensos en kayak, paseos a caballo, rutas en bicicleta eléctrica, escalada… y como gran novedad: una ruta en bici de dos días, desde Cáceres hasta Piedras Albas, por la histórica Vía de la Estrella.

 

4 –Gastronomía: Supone el complemento perfecto a todo el conjunto de actividades que propone este intenso mes en las dos Reservas de la Biosfera cacereñas. Conocer y degustar los productos de ambas será toda una delicia para el paladar de los visitantes. En esta 5ª edición toma especial protagonismo el slow food y los productos sostenibles, con rutas sobre la montanera, talleres de cocina o de elaboración de quesos artesanos, etc.

 

Todas las actividades tienen plazas limitadas y podrán reservarse a través de la web www.mesdelareservabiosfera.es gracias a un motor de reservas que permitirá a los interesados reservar plaza en ellas de manera rápida, cómoda y segura.

 

Más información sobre la Provincia de Cáceres: www.turismocaceres.org

 

 

4 pistas para disfrutar del ‘Mes de las Reservas de la Biosfera’ de Cáceres

Del 30 de octubre al 12 de diciembre se celebra la 5ª edición de esta cita, ideal para visitar las Reservas de la Biosfera de Monfragüe y Tajo Internacional

 

 

Otoño es la estación ideal en la que perderse… para reencontrarse con uno mismo. ¿Dónde? En espacios naturales en los que oxigenar el cuerpo, relajar la mente, practicar turismo activo… y admirar el mágico espectáculo visual de ocres, amarillos y rojizos que transforman el verde manto de bosques, valles y montañas. La provincia de Cáceres atesora dos de esos espacios que, además, son Reservas de la Biosfera: Monfragüe y Tajo Internacional. Y para disfrutarlos con la máxima intensidad les ha dedicado un mes con más de 50 actividades –bicicleta eléctrica, kayak, senderismo, talleres al aire libre…– todos los fines de semana; gratuitas y para disfrutar en familia, en pareja o con amigos. Llega el momento de Living la vida relax; llega el momento de sentir la más pura esencia de la naturaleza… ¡en Cáceres!

 

Una Reserva de la Biosfera es un territorio cuyo objetivo es la conservación de la diversidad cultural y biológica, en equilibrio perfecto con el desarrollo económico y social a través de la relación de los habitantes con la naturaleza. La UNESCO definió el concepto en 1972 y cuatro años más tarde, en 1976, se empezaron a designar las primeras de estas Reservas. La provincia de Cáceres atesora dos de ellas.

 

La Reserva de la Biosfera de Monfragüe fue declarada en 2003, ocupa una superficie de 116.160 hectáreas y representa uno de los enclaves más extensos y representativos de bosque y matorral mediterráneo. La Reserva de la Biosfera Transfronteriza Tajo-Tejo Internacional alcanzó este reconocimiento en 2016 y suma 428.176 hectáreas de las cuales la mayor parte están en España (259.073) y el resto en la vecina Portugal. Un paraíso para la observación de aves y la navegación fluvial que incluye un Parque Natural, el primero compartido por dos países europeos, desde 2012.

 

    

     En 2017, la Diputación Provincial de Cáceres decidió poner en valor sus dos Reservas de la Biosfera dedicándoles un mes en otoño –noviembre– que supusiera una oportunidad única para conocer la cultura y la naturaleza de una forma amena y divertida, disfrutando en familia, en pareja o con amigos de un amplio abanico de actividades para todos los gustos, viviendo una experiencia en un entorno singular y único. Una cita que cumple este año su 5ª edición, desarrollándose en diferentes localidades y enclaves del territorio de cada Reserva y encuadradas en cuatro grandes bloques:

 

     1 – Naturaleza: Es, sin lugar a dudas, uno de los principales valores de las dos Reservas de la Biosfera cacereñas y uno de los atractivos turísticos más buscados por quienes las visitan. Dentro de las actividades que se desarrollarán en ellas están el astroturismo, rutas geológicas, observación de aves, senderismo… o incluso paseos en globo.

 

 

2 – Cultura: Rutas teatralizadas, visitas a lugares y monumentos prehistóricos, trabajos tradicionales, personajes históricos… una gran variedad de talleres y actividades para dar a conocer las actividades y usos tradicionales del territorio de ambas Reservas de la Biosfera.

 

 

3 – Turismo activo: Numerosas y variadas actividades harán las delicias de quienes buscan acercarse a la naturaleza de una manera única y exprimir a tope la experiencia. Descensos en kayak, paseos a caballo, rutas en bicicleta eléctrica, escalada… y como gran novedad: una ruta en bici de dos días, desde Cáceres hasta Piedras Albas, por la histórica Vía de la Estrella.

 

4 –Gastronomía: Supone el complemento perfecto a todo el conjunto de actividades que propone este intenso mes en las dos Reservas de la Biosfera cacereñas. Conocer y degustar los productos de ambas será toda una delicia para el paladar de los visitantes. En esta 5ª edición toma especial protagonismo el slow food y los productos sostenibles, con rutas sobre la montanera, talleres de cocina o de elaboración de quesos artesanos, etc.

 

 

Todas las actividades tienen plazas limitadas y podrán reservarse a través de la web www.mesdelareservabiosfera.es gracias a un motor de reservas que permitirá a los interesados reservar plaza en ellas de manera rápida, cómoda y segura.

 

Más información sobre la Provincia de Cáceres: www.turismocaceres.org

 

 

EL PARAÍSO MÁS SALVAJE LO TIENE LEÓN

La riqueza y biodiversidad del Alto Bernesga hace que fuera declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en el 2005. Un lugar donde disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, la fauna y la flora que tanto caracterizan al norte de León y diversas rutas donde paso a paso, sentirse uno más de la historia de esta provincia. 33.442 hectáreas marcadas por el paso del río Bernesga que guardan un gran valor paisajístico en cada uno de sus rincones.

 Existen muchos rincones en la provincia de León que tienen ese ‘algo’ especial, una seña identitaria que los diferencia del resto ya sea por sus historias y leyendas, por su gastronomía o por el universo cultural que lo rodea. Sin embargo, existe un lugar más único y más salvaje que se describe con una única palabra: sublime. Que desprende grandeza por la monumentalidad de sus hectáreas, de belleza extrema que, en ocasiones, cuesta asimilar. Hablamos de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga.

La riqueza y biodiversidad del Alto Bernesga es excepcional debido a su ubicación biogeográfica entre la España mediterránea y la atlántica. Fue declarada por la UNESCO en 2005 y hoy en día representa uno de los espacios naturales más importantes de la provincia. El río Bernesga cruza sus 33.442 hectáreas ubicadas en la vertiente leonesa del macizo de la Cordillera Cantábrica, dando nombre a este entorno natural que invita al visitante a recorrerlo en cualquier época del año a golpe de zapatilla.

Naturaleza a raudales

Su zona núcleo -formada por cinco grandes áreas: Casomera, Chagos, Aralla-Cabornera, Valle del río Casares y Bernesga- contiene los espacios de gran valor ecológico, así como la fauna y la flora más característica. Es un espacio estrictamente protegido debido al gran valor que tiene su patrimonio natural. La zona restante contiene elementos destacados como el Faedo de Ciñera, premio 2008 al “Bosque mejor cuidado”, o los encinares del valle de Huergas y Llombera, catalogado como Punto de Interés Biológico.

Su belleza paisajística es uno sus principales atractivos, sorprendiendo al viajero con riscos calizos, canchales y pedrizas donde habita el rebeco y aves como el águila real y el halcón. En sus bosques de hayedos y abedulares se puede descubrir su fauna, especies como la perdiz pardilla, el lobo, el urogallo o el oso. Entre sus sabinares y bosques de galería, la palabra ‘perderse’ adquiere un significado más que romántico.

Paso a paso, quemando zapatilla

La Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga ofrece diversas rutas para descubrir su territorio de forma segura. Las rutas Cueto de San Mateo desde Santa Lucía (8 km y de duración 4h), la del Valle de Arbás (12,2 km), la ruta Cueto de San Mateo desde la Pola de Gordón (9 km y 5h de duración) y la del Faedo de Ciñera permiten sumergirse en pleno corazón de la naturaleza, tomando como punto de partida para el conocimiento del terreno, el Centro de Interpretación de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, ubicado en Geras de Godón.

Entre las hojas de su historia

El Alto Bernesga es un territorio surcado por infinidad de caminos que durante siglos fueron utilizados por todo tipo de gentes, peregrinos, pastores, arrieros o nobles. La calzada romana de Clarisa es el paso de acceso a Asturias remontando la Cordillera Cantábrica. Su nombre fue dado por el cónsul romano Tito Carisio.

Otra ruta milenaria es el Camino a San Salvador, Camino histórico a Santiago, el cual parte de la Real Colegiata de San Isidoro, ubicada en la capital leonesa y llega hasta la catedral de Oviedo para visitar la capilla que recibe el mismo nombre. En su recorrido por el Alto Bernesga atraviesa paisajes de ensueño entre los que se guarda celosa la Colegiata de Arbás del Puerto, de estilo románico tardío y que servía de refugio a los peregrinos en su paso por plena cordillera Cantábrica.

Señas de identidad

La ganadería, la trashumancia y la minería son tres recursos que marcan el presente de esta Reserva de la Biosfera. Sus prados de diente de calidad han sido aprovechados de forma tradicional por la práctica de la trashumancia ovina. En este territorio, la minería ha sido un recurso económico de gran importancia desde época inmemorial y se pueden encontrar al menos dos explotaciones prerromanas y cierto número de minas que extraían cobre, níquel, cobalto y villamaninita. Por su parte, la gastronomía de su territorio se basa en la elaboración de guisos, asados y cocidos, con una clara influencia de la tradición pastoril en platos como las migas y la caldereta de cordero.

La Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga es, sin duda, un paraje donde la naturaleza de lo salvaje se refleja en cada uno de los rincones. El viaje aún no termina. Aún queda mucho León por descubrir.