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Hotel Ópera, desde el corazón de la lírica

Madrid es una ciudad con un aroma especial. Junto al Teatro Real, un hotel se convierte también en el centro de la lírica: el Hotel Ópera. A un paso de la plaza de Isabel II (Ópera), este establecimiento cuenta con todas las comodidades para disfrutar de una estancia a la altura de las mejores producciones operísticas.

El Hotel Ópera cuenta con 79 completas y cómodas habitaciones equipadas con la mejor tecnología y pensadas para todos los visitantes. Desde habitaciones individuales, dobles, cuádruples y otras pensadas para las personas con movilidad reducida. Además, la joya de la corona del hotel se encuentra en su ático, en donde las habitaciones con bañera de hidromasaje y terraza amueblada ofrecen unas impresionantes vistas panorámicas hacia el Palacio Real, al Madrid de los Austrias, la sierra, la Casa de Campo y al centro de la ciudad. Todas las habitaciones, de igual forma, están decoradas con un estilo moderno pensado para el confort de los huéspedes.

Además, en la última planta del hotel, se encuentra un mini gimnasio panorámico con vistas a los tejados del Madrid de los Austrias. En la sala cuentan con distintas máquinas para los deportistas y que todos los clientes pueden disfrutar de forma gratuita. Y, para reponer fuerzas, la sauna finlandesa también cuenta con estas impresionantes vistas. Sin duda, un placer al nivel de las mejores óperas mundiales.

Toda la información, disponible en www.hotelopera.com.   

Café de la Ópera: música y comida el maridaje perfecto

Madrid es una ciudad donde todo el mundo encuentra su lugar. Sin duda, la cultura tiene un lugar privilegiado en la capital. Muestra de ello es la gran infinidad de propuestas para todos los públicos que encontramos siempre en Madrid. La música también tiene un lugar importante, y su templo lo encontramos en el Teatro Real, en donde las mejores óperas llevan más de 200 años sobre las tablas.

Junto a este edificio se encuentra El Café de la Ópera, un lugar sin igual en donde poder disfrutar no solo de la mejor lírica, sino también de una oferta gastronómica impresionante. En “Una Cena Cantada”, El Café de la Ópera marida los mejores manjares para el paladar con la mejor lírica en directo. Óperas y Zarzuelas deleitan a los oídos, mientras la decoración, que acompaña a la música, sorprende a la vista. Del olfato y el paladar se ocupa la exquisita comida que encontramos. Una experiencia sin igual para los sentidos.

Esta experiencia es única, ya que los comensales no solo disfrutan de una cena con espectáculo, sino que pueden sentirse parte de la actuación gracias a la fantástica compañía artística propia de El Café de la Ópera, que hace partícipe a los asistentes en el espectáculo, interactuando con ellos. De esta manera, cada visita a El Café de la Ópera se convierte en una experiencia única, perfecta para disfrutar con familiares y amigos y poder vivir una velada que permanecerá siempre en la memoria de los asistentes.

Toda la información, disponible en www.elcafedelaopera.com.

Un paseo por 25 siglos de historia en la Ciudadela de Roses

Construida en el siglo XVI para proteger la localidad, es un gigantesco museo al aire libre con joyas arqueológicas que arrancan en el siglo IV antes de Cristo

 

Grandes civilizaciones como la griega y la romana o épocas como la Edad Media afloran en las 17 hectáreas del gran icono patrimonial rosense, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1961. Un itinerario bien señalizado permite seguir las huellas que –a lo largo de más de dos milenios­­– marcaron la vida de esta localidad, referente de la Costa Brava catalana. Esta Ciudadela acoge también un museo con siete áreas temáticas… y cada año cobra una nueva dimensión lúdico-artística convertida en el mágico escenario del festival Sons del Món, que marida música y vino.

     El recorrido arranca con la zona griega, pues a sus colonizadores helenos se debe la fundación de la localidad, que denominaron Rhode. De aquella época se conservan restos del barrio helenístico, con talleres de cerámica y metales. El circuito prosigue con los vestigios de una zona artesanal romana, de los siglos II al VI, donde destaca una factoría de salazón. Y muy cerca se ubica, asimismo, una necrópolis paleocristiana. La Edad Media marcó también la historia del lugar, dejando como principal testimonio el monasterio románico-lombardo de Santa María, fundado en el siglo XI por monjes benedictinos. Su estructura mejor conservada es el ábside central de la iglesia, reconstruido en el s. XX.

 

Igualmente reseñables son los restos de un casco antiguo urbano fortificado medieval. Con el paso de los siglos, lo que era una zona civil se fue transformando en militar, con cuarteles. Y así fue evolucionando, guerra tras guerra, hasta las últimas napoleónicas. Los franceses, que la ocuparon durante seis años, se retiraron en 1814 dejándola semiderruida. Las tropas españolas reconvirtieron parte de la fortaleza en un pequeño baluarte utilizado como batería de costa hasta 1915. En 1986 se inició su reconstrucción que culminó en 2004, abriéndose al público para proponer un mágico viaje en el tiempo… ¡de 25 siglos!

 

               Más información en: http://ca.visit.roses.cat/

 

Puerto Antilla Grand Hotel, un refugio familiar a orillas del Atlántico

Si hay que descansar, mejor que sea cerca del mar. Si hay que jugar, mejor que sea cerca de la naturaleza. Si hay que elegir, mejor que sea Puerto Antilla Grand Hotel

Los pequeños de la casa juegan en la piscina, chapoteando. Mientras, los adultos, observan desde sus cómodas hamacas la divertida escena y alaban el paradisíaco entorno que les rodea. Cuando llegue el momento de descansar, de desconectar y de disfrutar, ningún lugar mejor que Puerto Antilla Grand Hotel, ubicado en plena Costa de la Luz. Tal vez sea por su inmejorable ubicación, a pocos pasos del Atlántico, por su oferta culinaria basada en una gastronomía donde prima la calidad del producto o por su moderna y sofisticada zona de Spa & Wellness. Aunque, lo más probable, es que sea por todo junto.

 

Cuando el sol brilla fuerte, y aquí lo hace durante 300 días al año, lo mejor es buscarse un refugio cerca del agua. Ya sea el mar, o la piscina. Aunque, si son las dos, entonces, la combinación es insuperable. A pocos metros de la orilla y con varias piscinas, el resort onubense Puerto Antilla Grand Hotel es el lugar perfecto para deleitarse con ambas. Diseñado para satisfacer las necesidades de grandes y pequeños, su oferta de ocio y descanso atrae las miradas de aquellos que viajan en familia y con niños. Y no es para menos. Si se trata de relajarse, sus instalaciones ofrecen un gran confort y espacios sorprendentes, entre sus 400 habitaciones, diseñadas para agradar a todos los públicos, tres restaurantes que complacen cualquier antojo culinario y un spa de ensueño en el que olvidarse de todo. Y, cuando llegue el momento de la diversión y los más pequeños tengan que hacer lo que mejor se les da, su excelente ubicación, en plena naturaleza, se convertirá en un interminable listado de planes de ocio y al aire libre, deportes acuáticos y excursiones, que se unen al amplio catálogo de actividades y juegos de los que podrán disfrutar en este alojamiento sin parangón.

Puerto Antilla Grand Hotel 4*

No hay duda de que Puerto Antilla Grand Hotel es el alojamiento idóneo para unas vacaciones en compañía de los más pequeños de la casa. Prueba de ello son las Habitaciones Junior Suite Estándar, elegantes, confortables, amplias e ideales como habitación familiar. Además, los más glotones disfrutarán de lo lindo con cada incursión al buffet, pues cuenta con un área específica infantil. Para que la experiencia de los niños sea divertida y memorable, Pingo –la mascota del resort- y un profesional equipo de animadores, serán los encargados de hacerles sentir los reyes del verano, gracias a una programación de animación variada y para todos los gustos.

                                                                                      Más información en su web: www.puertoantilla.com/es/

Formentera, el bienestar sostenible

Paso a paso o a golpe de pedal, la isla balear destila paz y sosiego. Un destino slow life que apuesta por la sostenibilidad como dinamizadora del equilibrio emocional

 

Formentera invita a parar el tiempo. Desde el mismo instante que el visitante sube al ferry para acceder a ella. Con más bicicletas que coches (está restringida su entrada en verano) y más kilómetros de Rutas Verdes –un centenar– que de carretera –una cuarentena–, la menor de las Pitiusas ha hallado el antídoto perfecto a las prisas y al estrés. Bienestar en estado puro donde reencontrarse con uno mismo envuelto en una naturaleza arrebatadamente salvaje que atrapa, seduce… ¡y enamora!

 

Crecimiento sostenible y equilibrio medioambiental convierten a Formentera en el lugar ideal para la desconexión… y perfectamente manejable, pues apenas una veintena de kilómetros separan sus dos extremos: La Savina, su puerta de entrada, al noroeste, y la Mola, al este. Y sus escasos 83 km2 de superficie son perfectamente asequibles a través de 32 circuitos de caminos entrelazados, de mayor o menor distancia, ideales para hacerse paso a paso o pedaleando. Turismo activo… con un toque slow.

 

La apuesta de esta isla balear por el bienestar como base del equilibrio emocional alcanza también a sus playas y calas, para todos los gustos, repartidas en sus 69 kilómetros de litoral; desde la mítica Ses Illetes, siempre entre las top del mundo, hasta Migjorn, la zona playera más larga. Cinco kilómetros de arenales en los que caminar descalzos, relajadamente, dejando que la suave brisa del Mediterráneo acaricie nuestro cuerpo. Y como guinda, también bienestar para el apetito con una gastronomía Slow Food basada en la cocina tradicional con productos de proximidad. Así es Formentera, puro take it easy.

   Más información en: www.formentera.es

 

Momentos… by Alhambra Palace

Dejarse tentar por este centenario hotel granadino, ubicado junto a la Alhambra, garantiza experiencias emocionales difícil de igualar… y olvidar

Imagina despertar con la luz de Andalucía penetrando por el balcón de tu habitación. Imagina una majestuosa terraza con vistas a Sierra Nevada. Imagina sentarte a desayunar levitando sobre Granada. Imagina una paseo palaciego por salones que te transportan a la dorada época nazarí. Imagina almorzar en un restaurante arropado por paredes y techos decorados bajo los cánones de aquella cultura musulmana tan profundamente arraigada en esta capital andaluza. Imagina abrir las puertas de un salón-teatro donde el gran Federico García Lorca recitó por vez primera los versos de su ‘Cante Jondo’…

 

         Imagina que sales de allí por la misma puerta que un buen día –un 1 de enero de hace 110 años– abrió oficialmente el rey Alfonso XIII. Y que luego, paso a paso, te encaminas a un viaje de regreso al pasado por el camino que lleva a las puertas de la mismísima Alhambra granadina, uno de los monumentos más bellos del mundo y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco desde 1984. Imagina que, tras levitar por sus palacios y jardines, vuelves a poner pies en tierra para sumergirte en otros mundos, como el Realejo, el Albaicín o el Sacromonte gitano, antes de rendir pleitesía a los Reyes Católicos, que guardan reposo eterno en su Capilla Real.

Imagina que –cargado de seductoras imágenes que se agitan en tu memoria como el más embriagador cóctel– regresas a tu otra Alhambra, al Palace. Imagina que vuelves a tu habitación y empiezas a sentir de nuevo idénticas sensaciones a las que en su día experimentaron reyes y príncipes británicos, belgas, saudíes o persas; actores del dorado Hollywood como Lauren Bacall, Rock Hudson, Vivien Leigh u Orson Welles; políticos como Charles de Gaulle o Eva Perón; e incluso premios Nobel, como Marie Curie o nuestro Severo Ochoa. Y cierras los ojos dispuesto sumirte en el más dulce de los sueños palaciegos. Pero deja de imaginar y piensa que, a veces, los sueños se hacen realidad disfrutando de momentos como estos; momentos… by Alhambra Palace.

         Más información del hotel en su web: www.h-alhambrapalace.es