UN SENDERO DE CRUCES HACIA EL MAR

Las históricas cruces de Cee se convierten en un itinerario perfecto para descubrir la cultura y la tradición en el corazón de la Costa da Morte.

 

 

Cee os invita a descubrir su legado más singular. Los cruceiros son imágenes destacadas del patrimonio religioso y cultural de la región. Estas estructuras de piedra típicas del paisaje gallego aúnan la fe cristiana con la tradición popular. Un ejemplo más del legado que los visitantes podrán conocer en un destino abierto al mar. 

En la Costa da Morte, se esconde un destino donde el Atlántico rompe con fuerza, el monte recoge a la población y el mar es el refugio para los peregrinos que avistan así el final de otra etapa. Este destino es Cee y guarda un tesoro que no debe pasar desapercibido para muchos viajeros: sus cruceiros.

Estas cruces de granito, repartidas entre el núcleo urbano y las parroquias del municipio forman un itinerario patrimonial que combina espiritualidad, historia y belleza artística.

Más allá de su valor religioso, los cruceiros son testigos de la vida cotidiana, de sus ritos y de su vínculo con el paisaje. Cada uno cuenta una historia y juntos conforman un sendero cultural que invita a perderse por calles, plazas y caminos hasta desembocar en el mar.

Esta expresión de la tradición gallega se extiende por todo el municipio y conforma una ruta de cinco paradas imprescindibles para conocer Cee.

La primera parada será el Cruceiro de la Calle Magdalena, en pleno casco urbano, junto al histórico Pazo Cotón. Este cruceiro sorprende por su base: una fuente con dos caños que lo convierte en parte del día a día de los vecinos. En la cruz, Cristo Crucificado se contrapone con la imagen de la Inmaculada coronada, mientras querubines, flores y volutas adornan la piedra. Una pieza en la que lo sagrado se entrelaza con lo cotidiano.

En la segunda parada os encontraréis con el Cruceiro del Cementerio ubicado en el camposanto de Santa María da Xunqueira, que se distingue por su elegancia sobria. En él, Cristo Crucificado ocupa el anverso, mientras la Virgen, en actitud orante, se sitúa en el reverso. Su localización lo convierte en un lugar de recogimiento y memoria, donde la piedra parece dialogar con el silencio.

La tercera parada os llevará hasta el Cruceiro de la Armada, el cual se alza en la ruta jacobea que conduce a Fisterra. Desde aquí, los peregrinos contemplan por primera vez el mar, un momento cargado de emoción. Restaurado en el siglo XX, mantiene como elemento único un fuste en el que se aprecia la reutilización de un antiguo altar romano.

La penúltima etapa de esta ruta será el Cruceiro de Bermún, en la parroquia de Pereiriña. Este monumento se levanta sobre cuatro escalones y un pedestal decorado con los símbolos de la Pasión. En su cruz, Cristo Crucificado aparece en el anverso, mientras que, en el reverso, la Piedad transmite toda la fuerza dramática del momento. Una pieza de gran intensidad simbólica que no deja indiferente.

Finalmente, el recorrido termina con el Cruceiro de Cantorna, también en Pereiriña. Este cruceiro se eleva sobre una plataforma octogonal de cinco escalones. En el anverso figura Cristo Crucificado, con la cabeza erguida y la corona de espinas, mientras que el reverso muestra a la Inmaculada coronada con los dedos entrelazados. Su sobriedad y serenidad lo convierten en una de las imágenes más bellas del itinerario.

Recorrer los cruceiros de Cee es mucho más que visitar monumentos, ya que gracias a estos os adentraréis en la historia viva de un pueblo que siempre ha mirado al mar.

 

Para más información:https://www.turismodecee.es/es/

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