En esta invitación a descorrer el velo de un rincón mágico en la Sierra de Huelva, hay una ruta que es mucho más que un sendero: la Ruta Micológica La Nava. Una experiencia circular, de dificultad baja y apenas 1,4 kilómetros, que concentra la esencia del otoño y el invierno andaluz en apenas una hora y media de paseo contemplativo.
Donde el Bosque Cobra Vida: El Ecosistema de La Nava
Esta ruta, enmarcada en el ambicioso Plan CUSSTA (Conservación y Uso Sostenible de Setas y Trufas de Andalucía), es una clase magistral de ecología y micoturismo sostenible. Nos adentramos en un paisaje vibrante que es el resultado de la coexistencia de múltiples especies vegetales:
- El Corazón de la Sierra: La senda discurre inicialmente por dos pequeños valles que albergan chopos y sauces, donde aún se yerguen imponentes alcornoques y encinas centenarias.
- El Matorral Mediterráneo: Al adentrarnos en la zona más elevada, dominada por un pinar de repoblación (Pinus pinaster), la tierra se cubre de la fuerza y el aroma de las jaras y los brezos. Es aquí, entre castaños y madroños, donde la biodiversidad fúngica alcanza su máxima expresión.
Tesoros Micológicos del Sendero
La Nava es una ruta de iniciación diseñada para despertar la curiosidad y el respeto, con el potencial de mostrar hasta 24 especies de hongos. Cada parada ofrece un encuentro íntimo con el micelio, la verdadera red de la vida subterránea.
- Bajo el Alcornoque: En las proximidades de estos guardianes de la dehesa, el afortunado paseante podrá vislumbrar especies como el codiciado Boletus aestivalis (Tentullo) o el Pie Azul (Lepista nuda).
- El Reino del Pino: En el pinar, se encuentran los hongos micorrícicos por excelencia, aquellos que mantienen una relación simbiótica con el árbol. Busquen aquí el clásico Níscalo (Lactarius deliciosus) y el Suillus bovinus.
- Los ‘Barrenderos’ del Bosque: La ruta también ofrece un escaparate de hongos saprobios, los «barrenderos» que se alimentan de materia orgánica muerta y son esenciales para reciclar la celulosa y lignina del bosque. Es fácil ver en la madera caída ejemplares de Trametes versicolor o Schizophyllum commune.
Pinceladas de Historia y Sostenibilidad
El encanto de La Nava no se limita a sus setas. El recorrido nos regala paisajes con historia:
- La Fuente «Sinforosa»: En el arroyo que da nombre a la ruta, encontrará los antiguos manantiales de la llamada «Fuente Sinforosa», un topónimo que deriva de «sulfurosa» y cuyas aguas fueron antaño apreciadas por los lugareños por sus cualidades medicinales.
- Arquitectura Rural: En el punto más alto, una marcada pista nos lleva junto a un murete de piedra, testigo de la construcción rural tradicional de la zona.
Un Compromiso Necesario: Micoturismo Sostenible
La Ruta Micológica La Nava es un santuario y debe ser tratada como tal. Como viajeros, es nuestro deber destacar las normas de oro para un turismo responsable:
- Observar y Fotografiar: La mejor opción es llevarse las setas fotografiadas, no recolectadas.
- Cesta y Esporas: Si decide recolectar para estudio (solo si hay muchos ejemplares), utilice siempre una cesta rígida que permita la ventilación y, crucialmente, la dispersión de las esporas.
- No Dejar Huella: El sendero debe quedar «como si nadie hubiese pasado por ella, sin huellas, señales, ni residuos».
La Nava es una invitación a la reflexión, a comprender que el hongo que produce la seta es un cuerpo vegetativo subterráneo (micelio) que sobrevive al paso de las estaciones. Disfruten de este microcosmos, observen las 24 especies que aquí fructifican, y descubran el fascinante mundo de la micología.
La mejor forma de disfrutar de la naturaleza es asegurando que otros también puedan hacerlo mañana. ¿Os animáis a recorrer esta senda mágica y a descubrir estos tesoros?
Más información: http://www.turismohuelva.org