DESPEDIR EL AÑO EN MAHÓN SIEMPRE ES UN PLAN ESPECIAL

La capital de Menorca es uno de esos destinos que se puede disfrutar los 365 días del año, ya que siempre tiene una sorpresa esperando a sus visitantes.

 

 

Todo lo que es la capital de Menorca, su esencia se la debe a una posesión que por siglos ha sido la envidia de todas las civilizaciones e imperios que han cruzado el Mediterráneo: el puerto natural más grande del Mediterráneo. Asomada a esta codiciada maravilla, ha crecido una ciudad luminosa, ilustrada y profundamente humana. ¿Por qué no despedir el año en esta elegante ciudad?

 

Con sus más de tres millas de longitud, este puerto natural, uno de los mayores de Europa, es el verdadero corazón de Mahón. La vida urbana se teje de forma orgánica a su alrededor. Una muestra bellísima es el trasiego del día a día en la Plaza del Pescado o el vibrante Mercado del Claustro del Carmen, ambos alzados literalmente sobre el puerto. Tantas otras casas mahonesas se levantan sobre el mismísimo acantilado, permitiendo, gracias a algún hueco en forma de mirador, compartir las increíbles vistas a esta maravilla de la naturaleza.

La estratégica ubicación de Menorca en el Mediterráneo cimentó la prosperidad de Mahón como ciudad comercial, confiriéndole su capitalidad frente a Ciutadella. Desde los romanos y fenicios, a los griegos y turcos, y pasando por españoles, franceses e ingleses, la ciudad ha estado históricamente inmersa en sucesivas conquistas y reconquistas. De hecho, aún quedan vestigios de su paso en la arquitectura y el espíritu de la urbe.

El Legado Británico y las Fortalezas

Sometida a constantes luchas de poder, la ocupación británica resultó crucial en el devenir de la capital, no solo por su influencia en la arquitectura de la zona —con calles que forman un pequeño laberinto repleto de casas señoriales de estilo inglés—, sino por hacer resurgir con fuerza la economía local. De esta herencia colonial del siglo XVIII podemos admirar el magnífico Ayuntamiento de estilo neogótico o el Principal de Guardia con su característica fachada roja.

El auge de Mahón por su posición dominante motivó la construcción de impresionantes baluartes para intentar evitar las amenazas continuas. Es el caso del antiguo Castillo de San Felipe y, sobre todo, la imponente Fortaleza Isabel II, La Mola, que se eleva majestuosa en la bocana norte del puerto. Construida en el siglo XIX, es una de las fortalezas militares mejor conservadas de Europa y hoy ofrece unas vistas panorámicas que no dejan indiferente a nadie.

Un Tesoro de Cultura y Elegancia

Mahón, ciudad cosmopolita que aúna la combinación perfecta entre tradición y modernidad, atesora un profundo interés por la cultura.

  • El Museo de Menorca, ubicado en un antiguo convento franciscano, narra la historia de la isla a través de numerosos hallazgos arqueológicos y obras de arte.
  • En el corazón de la ciudad encontramos el recinto de ópera más antiguo de España.
  • Entre sus centros de culto, destaca especialmente la Iglesia de Santa María, con su monumental órgano del siglo XIX, considerado uno de los mejores de Europa por sus más de 3.000 tubos.

El paseo por el casco antiguo revela calles adoquinadas y plazas llenas de vida. Un vestigio de la antigua muralla es el Bastión de Sant Roc, recuerdo de la época en la que la ciudad estaba fortificada. Y para saborear la esencia local, el concurrido mercado de abastos, ideal para tapear e incluso probar el gin típico menorquín que se fabrica en la misma ciudad.

Desde monumentos históricos hasta tranquilos paseos junto al mar, Mahón es una invitación a sumergirse en la historia a través de la elegancia de su arquitectura y la inigualable presencia de su puerto. Es uno de esos destinos apetecibles para cerrar el año de la mejor manera posible.

 

Más información: www.menorca.es

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