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SANTA MARÍA DE VITORIA ES UNA CATEDRAL PARA LOS NIÑOS

La Fundación Catedral Santa María tiene como objetivo prioritario acercar a los más pequeños su historia y patrimonio con proyectos y visitas centradas en ellos.

 

 

 

 

 

Ni la historia es aburrida, ni las catedrales son sitios exclusivamente para el público adulto. La Catedral de Santa María es un punto de encuentro para excursiones escolares o visitas familiares en las que los niños son los protagonistas absolutos. Acercarse a conocer un edificio fascinante, de una manera lúdica y divertida e interesarse por una obra de arquitectura singular en la región. ‘El pórtico de la luz’ es una actividad pensada para ellos y que les enseña a la vez que les divierte.

 

 

 

Luz, color, música… Todo un espectáculo de policromías que acercan la historia y desarrollo de la Catedral a un ratio muy amplio de público, en especial a los más pequeños. Una de las prioridades de la Fundación Catedral Santa María es crear en los niños el interés por el patrimonio cultural, la arquitectura, la arqueología y el arte en general. Además de los contenidos específicos para ellos, como el espectáculo de policromías ‘El pórtico de la luz’, tiene, en colaboración con el departamento de Educación del Ayuntamiento de Vitoria, un programa, con temáticas adaptadas a cada edad. Los escolares trabajan primero en el aula con materiales y audiovisuales creados específicamente para este fin, y posteriormente realizan visitas prácticas al templo.

 

 

 

Asimismo, cada año se recibe a miles de escolares de centros de otros puntos de la Comunidad Autónoma Vasca y de provincias vecinas.

Otra de las formas que tiene la Fundación para dar a conocer a los niños la importancia de la Catedral es mediante la organización de manera periódica de diversas actividades para ellos. Destacan los conciertos de música para niñas y niños, cine al aire libre en euskera y castellano, talleres didácticos, cuentacuentos o títeres, entre otras. Tanto para colegios como para planes familiares, La Catedral de Santa María se presenta como una opción inmejorable y una forma diferente de acercarse a conocer el templo, sus entresijos, sus curiosidades y sus leyendas. También es una forma especial de valorar su legado histórico y cultural; además de que es emocionante ver como los niños se divierten y aprenden a partes iguales.  

 

 

Más información: www.catedralvitoria.eus/es/inicio/

10 EXPERIENCIAS PARA DESCUBRIR RIOJA ALAVESA COMO NUNCA IMAGINASTE

 

 

 

Bajo el lema ‘Siente Rioja Alavesa todo el año’, la comarca ha puesto en valor su potencial turístico como destino vacacional en cualquier estación. 19 villas en las que perderse y disfrutar de su cultura, su gente, sus fiestas, su historia… Pero sobre todo apreciar su gastronomía y su vino. Para ello, aquí van 10 imprescindibles que te dejarán prendado de una tierra única.

 

 

 

  1. Recorre un Calado histórico. Te adentrarás en bodegas excavadas en la tierra de varios metros de profundidad en unas condiciones de temperatura y humedad prácticamente constantes durante todo el año, convirtiéndose en el lugar perfecto para conservar los famosísimos vinos. Podrás conocer los métodos tradicionales de elaboración del vino y muchas curiosidades que te harán apreciar y comprender qué hay detrás de una copa de vino de Rioja Alavesa.

 

 

 

 

  1. Asómate a descubrir las mejores vistas de la comarca. Rioja Alavesa dispone de algunos de los miradores más bonitos de Euskadi. El Balcón de Rioja Alavesa, en Samaniego, a 1000 metros de altura. El mirador del Santo Cristo, en Labastida, desde el que se divisa un infinito mar de viñedos. El Portal de Páganos, en Laguardia lajarse viendo el atardecer mientras escuchas el sonido del agua manando por su icónica fuente. Los miradores de Aire de San Roque y San Vicente, en Elciego, donde delaitarse con las vistas a la maravillosa villa. Y el mirador Alto del Ramo, en Baños del Ebro-Mañueta, donde detenerse a ver el curso del río en una estampa magnífica.

 

 

 

 

  1. Conviértete en enólogo por un día. ¿Nunca has pensado, después de beber un vino, que le faltaba o sobraba madera, que le añadirías algo de fruta, o que un poco de otra variedad mejoraría el resultado final? Pues ahora tienes la oportunidad de crear tu propio vino, un vino único; convirtiéndote en enólogo por un día. A partir de tres vinos diferentes y todas las herramientas para mezclar y elaborar tu propio vino, cada persona encorchará, capsulará y diseñará su propia etiqueta. Y para finalizar los “enólogos” se llevarán a su casa su botella de vino para degustarla tranquilamente con los suyos.

 

 

 

 

  1. Conoce el arduo trabajo de los arrieros. Los arrieros eran las personas que se dedicaban a viajar a la costa con vino y a su vuelta comercializaban pescado en Rioja Alavesa. En esta vuelta de tuerca a la historia, en las lagunas de pesca que se encuentran a 30 km. de Rioja Alavesa, podrás realizar un pequeño curso de cómo pescar truchas y de como utilizar las cañas y el cebo. Una vez realizada la pesca y de vuelta a Rioja Alavesa disfrutarás de una deliciosa comida con las truchas pescadas y otros productos típicos de la comarca.

 

 

 

 

  1. Circuito hidrotermal para parejas. Una gran idea para una escapada romántica en cualquier época del año. En la villa medieval de Laguardia, se encuentra el Wine Oil Spa Villa de Laguardia. Este se compone de una piscina dinámica con diferentes jets, camas de microburbujas, geiser, zona de jacuzzi y pileta de agua fría, pediluvio y duchas de contrastes. Y por último, zona termal compuesta de sauna finlandesa, baño turco y zona de infusiones. La mejor opción para desconectar y olvidarse del ajetreo disfrutando de los beneficios de la hidroterapia con este circuito para dos personas. Un acierto seguro para regalar y sorprender a tu pareja.

 

 

 

  1. Disfruta practicando deporte de competición o por simple diversión. Rioja Alavesa tiene un amplio repertorio de actividades lúdico deportivas para todas las edades y todo tipo de condición física. Carreras como la Wine Run, donde correr entre viñedos. Marchas Populares como las del del Camino Ignaciano. Exhibiciones de bateles que compiten en mayo en La Bandera del Vino de Lapuebla de Labarca. Cualquier época del año es buena para practicar deporte. ¡No hay excusas!

 

 

 

 

 

  1. Acércate a conocer Rioja Alavesa con el ‘Enobús’. Una apuesta decidida por un turismo sostenible y de cercanía para los amantes del enoturismo y la gastronomía. Desde Bilbao, Vitoria-Gasteiz o Labastida, los visitantes podrán vivir experiencias culturales y gastronómicas en las que conocer pueblos con encanto; visitar bodegas y museos con una historia única, acompañados por profesionales que ayudarán a comprender y apreciar el tesoro de Rioja Alavesa: su vino y su gastronomía.

 

 

 

  1. Maravíllate con la historia de una región milenaria.700 años de historia. Desde la Edad de Bronce, Rioja Alavesa atesora un legado histórico como pocas regiones pueden llegar a igualar. La construcción megalítica de La Chabola de la Hechicera, en Elvillar o El Poblado de la Hoya, en Laguardia, son vestigios de la prehistoria riojano alavesa. Dando un salto de siglos en el tiempo, nos encontramos importantes recursos patrimoniales, como los cascos históricos de Elciego, Labastida y Labraza, perfectamente conservados. Las murallas de esta última, reconocidas con el premio a la Mejor Ciudad Amurallada del Mundo por el Círculo Internacional de Ciudades Amuralladas, guardan torreones y matacanes catalogados como patrimonio histórico.

 

 

 

 

  1. Vino bajo las estrellas. El Maridaje Estelar, ganador del premio internacional Best Of en innovaciones enoturísticas. Un evento en el que el vino y las estrellas serán los protagonistas. Un viaje sensorial a través del cielo nocturno, mientras disfrutas de una selección de los mejores vinos. Un cóctel servido al atardecer con música en directo te dará la bienvenida. Un impresionante espacio situado encima de un meandro del río Ebro, localizado en el corazón de los viñedos de la Bodega Familia Valdeana.

 

 

  1. Por último… ¡Cómete Rioja Alavesa! Un suculento menú de temporada en cualquiera de los asadores tradicionales o los restaurantes más vanguardistas. Incluso en las propias bodegas se puede disfrutar de una espectacular comida. También ‘poteando’ en familia o con los amigos por cientos de locales a lo largo y ancho de Rioja Alavesa. Cualquier propuesta es buena para disfrutar de una gastronomía con esencia propia, respaldada por una sólida y contrastada selección de vinos. Con estas credenciales, sentarse a la mesa en Rioja Alavesa es garantía suficiente para saber que la velada va a ser un completo éxito.

 Más información: rutadelvinoderiojaalavesa.com

DESCUBRE EL ‘ALMA’ DE MENORCA A TRAVÉS DE SUS PRODUCTORES LOCALES

Hay una forma distinta de acercarse a conocer Menorca con experiencias turísticas basadas en el sector primario para conocer desde dentro la esencia de la isla.

 

 

 

 

 

Menorca es un mucho más que un entorno natural impresionante; patrimonio cultural e histórico sin igual; la cultura talayótica; las puestas de Sol; los faros y sus mágicas playas… Hay algo más. Hay un aspecto que define muy bien la forma de ser de los menorquines y no es otra cosa que su sector primario. La situación geográfica de la isla, su clima y el estilo de vida calmado y tranquilo, hacen de Menorca un enclave singular, propicio para obtener unos productos con sello de calidad ‘made in Menorca’. Se puede conocer un poco mejor esta parte de la isla a través de experiencias para todos los públicos.    

 

 

 

 

 

 

Imagina que como viajero puedas vivir una experiencia única y particular, participando activamente, no como un espectador, sino como protagonista de lo que son las tradiciones de la isla. El visitante tendrá un amplio abanico de experiencias auténticas y muy personales que le ayudarán a entender cómo se desarrolla el sector primerio de Menorca.

 

 

 

Uno de los productos estrella de la gastronomía menorquina es sin duda el queso, (D.O.P Mahón-Menorca). Elaborarlo con tus propias manos, según la manera artesanal y degustar tu propia creación lo hace aún más sabroso. Sin contar que es una actividad que le chifla a los más pequeños de la casa. Estos quesos se envían al domicilio de los participantes, para que puedan disfrutarlos en la mesa tras unas ocho semanas de maduración.

 

 

 

El aceite de oliva, presente en la dieta mediterránea es un producto que se trabaja con mucho cariño en Menorca. Realizar oleoturismo, visitar alguna de sus almazaras, recorrer las fincas para conocer de la mano de sus productores todos los secretos para conseguir ese oro líquido tan codiciado y hacer una cata con productos de la zona.

 

 

 

Quizás ver de primera mano un productor de miel, con su propio sello de calidad ‘Mel de Menorca’, desde 2006, que todos los días cuida sus abejas, cuida sus panales y produce de una forma directa una de las mieles más reconocidas en todo el mundo sea un espectáculo. Pero que ahora abra las puertas de su casa para que el viajero entre en contacto directo con la naturaleza y con la magia de las abejas y pueda disfrutar del propio proceso de elaboración de la miel es un privilegio. Los visitantes tienen la posibilidad de visitar una fábrica, conocer en primera persona cómo se elabora la miel y, lo mejor… ¡Saborearla!

 

 

 

No se puede hablar de sabor, sin incluir el vino de Menorca, que tiene el sello de Calidad ‘Vi de la Terra Illa de Menorca’ desde 2002. Es uno de los productos diferenciales de la gastronomía menorquina junto al queso y la miel.  Pasear por los viñedos, que te hablen de vino de una forma cercana y amena para concluir con una cata en la que poder descubrir esos matices y sabores que no se consiguen en ninguna otra bodega.

 

 

 

Esto va de familias, de generaciones dedicadas a una pasión, como puede ser el cultivo de las setas. Convertir una afición en un oficio y negocio para preservar y perpetuar una tradición milenaria, para seguir defendiendo y mostrando al sector turístico las raíces de un pueblo, el de Menorca, mediante clases de cocina, jornadas de recolección y showcookings.

 

 

 

Menorca enseña sus tesoros culinarios para mostrar la esencia de sus raíces, de su historia y sus tradiciones al viajero para que forme parte de la historia e idiosincrasia de la isla. Imagínate por lo tanto un territorio con magia, un territorio diferente a los demás, el último paraíso del Mediterráneo, que abre sus puertas a disfrutar y participar de su historia más íntima, de sus raíces más profundas a través del sector primario y de los productores locales, que son el alma de esta tierra.

 

 

 

 

 

Más información: www.menorca.es

 

 

EN ROSES, AL BUEN TIEMPO, SIEMPRE MEJOR CARA

Disfrutar del primer baño de la temporada en el corazón de la Costa Brava, en un enclave espectacular y disfrutando de la mejor gastronomía en una palabra: Roses.

 

 

 

 

 

Con la llegada del buen tiempo, la Costa Brava se convierte en un destino ideal para aquellos que buscan disfrutar de un clima único, de la tranquilidad de la playa y de una suculenta selección de manjares en la mesa. En este sentido, Roses es uno de los lugares más privilegiados de la zona.

 

 

Las tardes empiezan a ser apeteciblemente largas y pocas cosas gustan más que detenerse frente al mar en cualquier punto de la Bahía de Roses y dejarse llevar por la brisa y el sonido de las olas. Lo difícil es decantarse por una de sus playas: Cala Montjoi, con sus aguas cristalinas y rodeada de acantilados es una de las playas más bonitas de Roses. Es ideal para aquellos que buscan tranquilidad y naturaleza. Playa de la Almadrava, por otra parte, con su arena gruesa situada al norte, es una playa muy popular entre los locales. O la siempre salvaje Cala Jóncols, rodeada de naturaleza y perfecta para practicar snorkel y disfrutar de la tranquilidad y la belleza natural de la zona.

 

 

El entorno natural de Roses es espectacular. El Parque Natural de Cap de Creus, situado muy cerca de la ciudad, ofrece paisajes únicos en Europa. Este paraje es ideal para realizar rutas de senderismo y ciclismo, lo que permitirá al visitante adentrarse en un entorno natural único. También se puede disfrutar de un paseo en barco y así descubrir esas calas de aguas cristalinas tan características de Roses a lo largo de la costa.

 

 

Hablar de gastronomía en Roses conduce sí o sí a la dieta Mediterránea. Es obligatorio no concluir la visita sin haber degustado delicias como el ‘Suquet de peix’, un guiso sorprendentemente simple hecho con pescado fresco acompañado con patatas, ajo, tomate, pimiento y otras especias que recoge la esencia de lo que es Roses: mimar lo local, elegir el producto fresco de la tierra y primar la calidad por encima de cualquier otro concepto. Mucha de esa esencia se plasma también en su cultura vinícola. A lo largo del tiempo, el cultivo de la vid ha sido el protagonista de estas tierras. Desde la época de los emporitanos hasta los dominios eclesiásticos de Sant Pere de Rodes o Sant Quirze de Colera, y pasando por el movimiento cooperativo que surgió después de la crisis de la filoxera en el siglo XX, hasta la actualidad, donde se observa un florecimiento de muchas iniciativas con gran entusiasmo y habilidad. Todo ese esfuerzo se ve reflejado en una Denominación de Origen con alma propia: Empordà. Incluye más de 40 bodegas, principalmente en el Alt Empordà. La uva predominante es la garnacha, también conocida como ‘lledoner’, en sus variedades blanca, roja y negra, así como la cariñena. Se pueden encontrar diferentes tipos de vinos, desde jóvenes y afrutados hasta crianzas excepcionales y vino dulce de garnacha.

 

 

 

En definitiva, la primavera en Roses es una experiencia única que no se puede dejar pasar. El entorno natural, la historia, la cultura y la gastronomía de esta ciudad hacen que sea un destino perfecto para todos aquellos que quieran disfrutar de unos días de relax en la costa. Y si además se tiene la oportunidad de participar en el primer baño de la temporada, la experiencia será aún más memorable.

 

 

 

 

 

Más Información en: http://ca.visit.roses.cat/

 

5 DESTINOS COSTEROS DE ENSUEÑO PARA UNA ESCAPADA AL MAR INOLVIDABLE

Prepara las maletas y el traje de baño, porque vamos a perdernos en verdaderos paraísos de nuestro litoral. Playas kilométricas para vivir una experiencia de cinco estrellas.

 

 

 

 

 

De norte a sur. En la península o en las islas. No se entiende España sin sus playas. Kilómetros de aguas cristalinas. Acantilados a los que asomarse y quedar sobrecogidos por la postal que surge a nuestros pies. Atardeceres que atesorar para siempre en el recuerdo. Historias que llenan páginas en nuestro libro de viajes. Desde el bravo y siempre cambiante Atlántico de Ferrol o la Ría de Muros Noia, hasta ‘Nuestro Mar’, o ‘Mare Nostrum’, que decían los romanos. Ese Mediterráneo que baña las costas de joyas como Menorca, Formentera o la Bahía de Roses… Sigues despierto, ¡pero has empezado a soñar!

 

 

 

 

  1. Una y mil veces, ¡Roses! Un destino de Costa Brava capaz de envolverte y no soltarte. Tendrás problemas para quedarte con una playa, porque en la Bahía de Roses tienes 16. Playas de arena fina, pequeñas calas arrinconadas de aguas limpias y cristalinas con arena gruesa combinada con guijarros., zonas para deportes acuáticos y rincones en los que ver atardeceres que pensabas que sólo sucedían en las películas. No por nada, la Bahía de Roses forma parta del selecto grupo del Club World Bays, privilegio que comparte con bahías como la de San Francisco, EEUU, o Suruga, en Japón. Más info: roses.cat

 

 

 

 

  1. Menorca y esos pequeños placeres que te hacen sentir inmenso. Menorca es una isla que, en su empeño por mostrarse como un paraíso ‘slow’, ha conseguido transmitir ese gusto por las cosas sencillas que ayudan a desconectar del ritmo de vida frenético y atropellado en el que nos vemos envueltos. 8 pueblos con 8 historias a cual más auténtica, te preparan a tu llegada a la isla, para que luego elijas caprichosamente donde vas a pasar unos instantes de puro trance. ¿Al norte? Playas con una aura hipnótica, salvaje y en el que los tonos rojizos de la arena y los verdes azulados del mar lo envuelven todo, como Cavalleria, Cala Morell o Cala Pilar. ¿Al sur? arena finísima y blanca, aguas turquesas y cristalinas, de una transparencia que impresiona y que nos permite observar el fondo marino como si de una fotografía se tratase. Cala en Turqueta, Macarella o Es Caló Blanc son una muestra de estas joyas que esconde la isla. Más info: Menorca.es

 

 

 

  1. Un azul que sólo se ve en Formentera. Recientemente elegida mejor destino de playa 2023 por los lectores de la revista Viajes National Geographic, cuesta creer que un pequeño rincón del Mediterráneo de apenas 83 km2 esconda tantas postales y lugares tan pintorescos a la par que hermosos. La preciosa Cavall d’en Borràs, con Ibiza de fondo. La tranquilísima Sa Roqueta, desde donde se ven unos atardeceres que te dejan anonadado. O como no, Ses Illetes, declarada en más de una ocasión como una de las playas más bellas del mundo. 69 kilómetros de playas para recorrerlas de arriba abajo, parando, dejándose llevar por la fresca brisa mediterránea. Y un patrón común, ese azul tan característico que sólo la posidonia oceánica es capaz de brindar a la pequeña de las Pitiusas. Más info: es

 

 

 

 

  1. Baño con vistas a la historia… de Ferrol. La ciudad coruñesa, ampliamente conocida por su glorioso pasado naval y por ser una de las cunas de la Ilustración en España, conserva uno de los conjuntos patrimoniales del siglo XVIII más importantes de nuestro país. Imagínate recorriendo las costas que en otro tiempo eran guardadas con celo por el majestuoso sistema defensivo que velaba por la ciudad. Playas de ría como A Graña o San Felipe. Arenales de mar abierto como San Xurxo, Esmelle, o Doñinos. Calas únicas como la rocosa Lobadiz, o la Cala de O porto, que desaparece casi por completo cuando llega la marea alta. Más info: com

 

 

 

  1. Muros Noia, una ría que te cambiará para siempre. ‘A Ría da Estrela’, un enclave, también en la provincia de la Coruña, que ha cautivado hasta los más descreídos que pensaban que ya lo habían visto todo en las Rías Baixas. Outes, Lousame, Noia, Porto do Son o Muros. Cualquiera de los municipios que conforman la ría son un verdadero acierto, si lo que quieres es empaparte de tradición marinera y deleitarte con espectaculares playas hasta donde alcanza la vista, como la de San Francisco, Ancoradoiro, o la de También hay pequeños rincones tranquilos como la playa de Siavo o la Cala de Punta Batuda. Lugares, todos ellos con una esencia propia con el Océano Atlántico como espectador de lujo. Más info: ariadaestrela.com

PALACIOS QUE VER EN GRANADA Y SÓLO UNO EN EL QUE PODER ALOJARTE

¿Alguna vez te has preguntado lo que se siente al descansar en un palacio y despertar en unas dependencias con unas vistas antes reservadas a la nobleza?

 

 

 

 

Hay vida más allá de La Alhambra. El orgullo, el santo y seña de la capital granadina abarca muchísimas atenciones de todas las decenas de miles de visitantes que acuden a la ciudad año tras año. Sin embargo, fuera del recinto amurallado hay algunos edificios señoriales que también forman parte de este mosaico cultural que es Granada. Unos fácilmente reconocibles en el callejero granadino, otros un tanto escondidos a los ojos del turista despistado que estaba perdiendose hata ahora una reliquia. Pero, ¿cómo sería dormir en uno de estos palacios? La respuesta la encontrarás en el Hotel Alhambra Palace.

 

 

 

Uno de los placeres más grandes al recorrer las calles de Granada es meterte de lleno en un viaje en el tiempo que nos teletransporta a siglos pasados. Épocas en las que la ciudad era un hervidero de comerciantes, soldados, clérigos, pillos, buscavidas y, como en otra dimensión a parte, la nobleza granadina. La élite que se reservaba rincones de singular importancia para exhibir su posición mediante fastuosos palacios que recordaran a quienes desfilaran ante ellos, quiénes eran y lo que representaban en el orden jerárquico de la ciudad.

 

 

 

Cerca, muy cerca del Campo del Príncipe, llegamos a la primera parada de la ruta. Ante nuestros ojos, el Hotel Alhambra Palace. 113 años de historia entre sus muros. Un edificio que forma parte de la historia reciente de Granada y que ya desde la entrada nos marca el paso a un recinto en el que la elegancia se mide de igual a igual con la sofisticación y el preciosismo que sólo el segundo hotel en activo más antiguo de España es capaz de proporcionar. Se pueden pasar, y no es exageración, horas paseando por sus salones y perderse en cada detalle, en cada rincón que guarda una historia que contar. Desde cualquiera de sus habitaciones se puede contemplar la Vega de Granada tal y como lo haría un duque o cualquier gran señor de familia noble. Los atardeceres desde su terraza panorámica son algo que excede las palabras. Gracias a la visión de un hombre extraorinario como fue Julio Quesada-Cañaveral, VIII Duque de San Pedro de Galatino, hoy podemos disfrutar del Hotel Alhambra Palace. Un edificio que desde su inauguración ha sido testigo y cronista década a década de la historia de Granada y España.

 

 

 

Podemos disfrutar de palacios como el de los Córdova, que aguarda al final del Paseo de los Tristes. Se construyó entre 1530 y 1592 en la Placeta de las Descalzas, pero en la década de los 60 fue trasladado a la Cuesta del Chapiz. Se hace difícil no quedarse con la boca abierta por el asombro al contemplar su portada renacentista y sus preciosos jardines. Bordeando el río Darro y con La Alhambra de fondo es de obligado cumplimiento detenerse en sus patios, en una fuente cuyo sonido invita a la calma, además de un estanque y un pequeño pilar adosado a la pared de la casa de los guardeses.

 

 

 

Dando un paseo por El Realejo, nos encontraremos con algunos edificios señoriales que atestiguan a la perfección el pasado grandioso de Granada a lo largo de los siglos. De esta forma, podemos deleitarnos con edificios poco conocidos como el Palacio de los Condes de Castillejo, en evidente abandono. Un edificio del s XVI, que a pesar de todo mantiene su aura nobiliaria, plasmada en su portada renacentista en esquina, con el escudo familiar. A dos minutos andando llegamos a la Plaza del Padre Suárez. Allí no queda sino maravillarse por obras arquitectónicas como el Palacio de los Gil Vázquez Reginfo, popularmente llamada ‘La Casa de los Tiros’. Una antigua mezquita reconvertida en casa señorial y que hoy en día funciona como Museo de Artes y Costumbres Populares. Muy cerca, casi pasando inadvertida, la Casa de los Marqueses de Casablanca, una combinación armoniosa de estilo gótico y neomudéjar. Estos edificios renacentistas conviven con otros más modernos como el Palacio del Marqués de Villa Alegre, actual Colegio de las Monjas Mercedarias. Un claro ejemplo de arquitectura palaciega granadina del siglo XIX. Un pórtico imponente cargado de ricos detalles neorrenacentistas.

 

 

Los Mendoza, la familia más poderosa en la España de los Reyes Católicos, también dispuso de unas dependencias acordes a su rango en la capital granadina. En 1540 adquirieron la propiedad situada en el Campo del Príncipe. Este inmueble, ostenta un hermoso patio adornado con sombreados platerescos, un bonito alfanje mudéjar en su salón principal y una capilla barroca que asombra por su belleza. Sin embargo, lo más cautivador se encuentra en su fachada, que exhibe una portada adintelada del siglo XVIII y, a su lado, una preciosa capilla con una portada de mármol negro. Todos estos elementos son testimonio mudo de su apasionante trayectoria histórica, que atrae la atención de cualquier visitante.

 

 

¿Palacios que ver en Granada? Hay una lista impresionante, pero sólo en uno de ellos podrás hospedarte y sentirte como un auténtico miembro de la nobleza: El Hotel Alhambra Palace.

Más información en: www.h-alhambrapalace.es