Archivo de la categoría: Viajes

UN VIAJE AL CORAZÓN DEL CASTAÑAR, OTRO DE LOS TESOROS OCULTOS DE HUELVA

 

 

El otoño se vive con una intensidad diferente al adentrarse en la Sierra de Huelva. Mientras la capital se resiste a mudar sus colores, el camino hacia la comarca de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche es un delicioso espectáculo visual: un lienzo de verdes, anaranjados, amarillos y ocres que anticipan la llegada del frío. En esta época, un paseo por el campo no es solo un placer para la vista, sino una inmersión en una de las tradiciones gastronómicas y económicas más importantes de la zona.

Disfrutar de la castaña en Huelva es disfrutar de un manjar sencillo que atesora aromas, texturas y sabores de lujo, y un reflejo del rico patrimonio artesano y culinario de la zona.

Para descubrir una ruta en toda regla, convendría dirigirse en primer lugar al Centro de Visitantes Cabildo Viejo de Aracena, un edificio histórico del siglo XVI. Tras una breve parada, toca llegar al comienzo de la ruta, adentrándose en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Aquí, la temperatura es sensiblemente más fresca que en la capital, pero el sol de la mañana suele acompañar en el camino, que huele a tierra húmeda, a vegetación pura y a hierbas aromáticas.

El ambiente es familiar, lleno de niños, todos deseosos de conocer más sobre el motor económico de esta comarca: la castaña. El castaño, que puebla unas cinco mil hectáreas del parque, no es un árbol autóctono. Fue introducido en la zona durante la Reconquista por leoneses, gallegos y asturianos, dejando su impronta cultural y vegetal. Lo que vemos hoy son árboles monumentales,

algunos de hasta veinte metros, domesticados y llenos de injertos para maximizar la producción de fruto.

Gracias a este cuidado, cada año pueden recolectarse hasta un millón de kilos de castañas. Una cifra que subraya la importancia de este fruto en la economía local. De hecho, los guías advierten de la problemática del robo de castañas en las propiedades privadas, animando a los visitantes a recoger solo las que encuentran en el camino público, o de forma controlada en las fincas de producción. Esta actividad, así, se convierte también en una forma de favorecer la economía del lugar.

La Magia de la Recolección

Aprender sobre el entorno con la ayuda de expertos locales convierte el paseo en una lección botánica. Los castaños de hoy sustituyeron a las viñas en 1850, tras una enfermedad que afectó al viñedo. Un castaño no da sus primeros frutos hasta los veinte años, alcanzando su máxima productividad a los cien. Por ello, los propietarios plantan nuevos árboles junto a los viejos para asegurar el relevo generacional.

La recolección se realiza siempre desde el suelo, como las nueces o las bellotas. El fruto maduro cae cuando el erizo que lo envuelve se abre. Un erizo, si la temporada es buena, alberga hasta tres castañas comestibles. Si el clima no acompaña, dos castañas de fuera prensan a la interior, dejando una castaña inservible llamada «cuchareta».

Otra de las particularidades de esta ruta es el aprendizaje de nuevos términos. La castaña se «apaña», de ahí el término «apañaor» para el recolector. La recolección suele durar un mes, desde mediados de octubre hasta mediados de noviembre, aunque la climatología (como el retraso en el frío año tras año) puede alargar el periodo.

Mientras, los niños recolectan castañas con una ilusión que no tiene precio. Esto es sentir Huelva, mezclarse con el entorno. Al final de la ruta, se llega a una finca de producción ecológica donde hacerse cargo del cariño y el mimo que se pone en los castaños durante todo el año para obtener un fruto de calidad. El viajero se marcha feliz, con el camino de vuelta endulzado por las castañas recogidas y un sabor de boca que es puro otoño serrano.

 

Más información: www.destinohuelva.org

CIUTADELLA DE MENORCA, UN CAPRICHO PARA DARSE EN ESTE OTOÑO

Señorial y elegante, esta ciudad es un compendio de rincones y experiencias que, en esta época del año, sorprende más aún a viajeros que buscan ese instante irrepetible.

 

 

La antigua capital de la isla es un enclave que condensa la historia y el encanto más sofisticado del Mediterráneo. Ciutadella de Menorca no es solo la ciudad más poblada de la isla; es un lienzo donde cada civilización ha dejado un trazo imborrable, convirtiéndola en un referente turístico internacional de gusto exquisito. Su ubicación estratégica la hizo codiciada a lo largo de los siglos, y hoy, sus fortalezas, casas señoriales y edificios religiosos nos susurran esas ajetreadas historias.

Ciutadella es el campo base ideal para explorar el oeste menorquín, ofreciendo una amplia y variada oferta de alojamientos, pero es en su corazón donde late la verdadera esencia que fascina al viajero.

La Memoria Pétrea del Casco Histórico

El punto de partida de nuestra ruta es ineludible: la Plaza del Born. En el centro de esta explanada, donde se percibe el profundo aroma a pino que evoca el Mediterráneo puro, se alza un imponente obelisco de 22 metros que rinde homenaje a la célebre batalla contra los turcos en 1558. A su alrededor, el neoclasicismo civil se exhibe con maestría en edificios ilustres como el Palacio Torre-Saura y el Palacio Salort, este último también propiedad del conde de Torre-Saura.

Justo en esta plaza encontramos el Ayuntamiento, un edificio que encarna la evolución histórica de Ciutadella. Si bien el edificio actual comenzó a usarse para estas funciones en 1925, su origen es mucho más antiguo, datando de la época musulmana como una fortaleza (qasr) que derivó en el Real Alcázar. Con los años, fue el Palacio del Gobernador hasta 1865. Hoy, en su interior, el Saló Gòtic nos cautiva, albergando la curiosa galería de retratos de los Hijos Ilustres de Ciutadella.

A pocos pasos, las angostas calles nos invitan a perdernos, con nombres tan curiosos como Que no passa o Ses Voltes (Las Arcadas), que nos guían hacia el edificio religioso más significativo: la Catedral de Santa María.

Elegancia y Devoción: El Gótico Catalán y el Barroco

La Catedral de Santa María, erigida en honor a Alfonso III tras la conquista de 1287, ocupa el espacio de la antigua mezquita musulmana. Su larga construcción durante el siglo XIV siguió los patrones del gótico catalán, si bien se conserva el minarete del templo musulmán transformado en la torre del campanario.

En el exterior, de estructura vetusta y sobria, la Puerta de Llum nos regala capiteles con relieves de animales quiméricos y los escudos de Aragón y Ciutadella, un detalle sutil y fascinante. Ya en el interior, la capilla de les Ànimes destaca por ser una de las primeras construcciones barrocas de la isla.

La arquitectura religiosa nos reserva otra joya: la Iglesia del Roser. Muchos consideran que posee la fachada más hermosa de toda la isla. Su construcción, con la característica piedra de marés –símbolo de las Islas Baleares–, irradia una calidez singular. Concluida en 1750 por la familia Amorós, hoy se ha convertido en una de las salas de exposiciones más destacadas de Menorca.

La Nobleza y el Mar: Casas Señoriales y el Puerto

Pasear por Ciutadella es toparse con la impronta de las familias más notorias de Menorca a través de sus casas señoriales. Estas propiedades son a menudo el resultado de la unión de diferentes casas unificadas en una única fachada. Can Saura, de finales del siglo XVII e inicios del XVIII, es un ejemplo notable, destacando su coronación con ventanillas separadas por columnas y una cornisa volada de profusa decoración. Actualmente acoge el Museo de Ciutadella. Otras fachadas, como la de Ca n’Olivar, con pilastras almohadilladas y cornisa con dentellones, revelan las influencias estilísticas del siglo XVIII, mientras que Cas Baró de Lluriach, el palacete más antiguo, esboza apenas algunos elementos barrocos de finales del siglo XVII.

Al descender, llegamos al Puerto de Ciutadella, un pequeño puerto natural al abrigo de la Tramuntana. Recorrerlo, disfrutando de la perspectiva de las embarcaciones de pesca, es una experiencia que se tiñe de nostalgia mediterránea, ideal a la hora del crepúsculo. Es aquí donde se puede ser testigo de un acontecimiento natural extraordinario: la rissaga, un fenómeno peculiar donde el nivel del mar puede subir exponencialmente en minutos si se dan las condiciones meteorológicas adecuadas. Un dique instalado desde 2011 ayuda a minimizar los daños a la flota, aunque la fuerza del Mediterráneo se sigue apreciando.

Atardeceres Mágicos y Vestigios Talayóticos

Guardando la bocana del puerto desde 1680, se alza el Castillo de Sant Nicolau, una robusta torre de vigilancia de planta octogonal. Su austera vista exterior, rodeada por un foso, se suaviza con la cariátide y el atlante de la portada de 1990. Subir a la terraza que la corona ofrece una de las mejores vistas de Ciutadella y la costa menorquina.

Para una perspectiva aún más especial, el sendero hasta el Faro de Punta Nati es una visita obligada. En este paisaje casi lunar, azotado por la tramontana y flanqueado por muretes de piedra seca, se contempla una de las mejores puestas de sol de Menorca. Se aconseja una prenda de abrigo, ya que los vientos hacen de este punto uno de los más frescos todo el año.

Ciutadella es, en definitiva, un destino que seduce al viajero con su historia viva, su arquitectura de alto abolengo y sus paisajes que invitan al sosiego. Un deleite para los sentidos que la ha alzado como la indiscutible joya del oeste de Menorca.

Más información: www.menorca.es

UN RETIRO DE OTOÑO EN LA COSTA ONUBENSE. EL CAPRICHO DE VILA GALÉ ISLA CANELA

 

 

Cuando el calendario avisa que el verano se despide, pero el sol de la Costa de la Luz se niega a marcharse, emerge una invitación irresistible: una escapada ocasional, un capricho otoñal en el Vila Galé Isla Canela. En este rincón de Huelva, a orillas del Atlántico, el hotel se presenta como un santuario transformado, ideal para quienes buscan los últimos, dorados, rayos de sol sin renunciar a la elegancia y el confort.

 

Ubicado en un edificio de sugerente inspiración árabe y con el privilegio de ofrecer acceso directo a la playa, este establecimiento se ha consolidado como un referente de la hotelería en la Costa de la Luz. Su reciente puesta a punto ha redefinido la comodidad, creando un entorno de lujo sobrio y funcional.

El corazón de esta experiencia reside en sus 300 estancias, entre las que destacan 149 habitaciones completamente renovadas. En ellas, el diseño actualizado se funde con elementos decorativos únicos, como el papel pintado temático que evoca episodios clave de la cultura andalusí. Un sutil guiño a la tradición que se complementa con la modernidad: cada habitación incluye un código QR para acceder a contenido interactivo y educativo, enriqueciendo la estancia con un atractivo cultural.

Los espacios comunes completan la promesa de bienestar. La piscina principal ha sido renovada y ahora se acompaña del nuevo servicio de bar “Splash”, el lugar perfecto para disfrutar de un aperitivo bajo el sol de octubre. Pensando en el disfrute familiar, se ha reforzado el segmento infantil con una nueva área dedicada a los niños, que incluye una piscina con toboganes y un Kids Club repleto de actividades.

La oferta gastronómica es un pilar de la experiencia. El huésped puede deleitarse en sus dos restaurantes: Versátil, con su buffet internacional, y Massa Fina, especialista en pizzas artesanales, una opción desenfadada y de calidad. Esta propuesta culinaria se complementa con los sofisticados bares Fidélio y Soul & Blues.

Para el descanso y el cuidado personal, el hotel dispone de un gimnasio y el completo Satsanga Spa & Wellness, equipado con piscina cubierta, piscina de hidromasaje, baño turco, sauna y cuatro salas de tratamientos. Un remanso de paz para mimarse en este retiro otoñal.

Vila Galé Isla Canela se adapta a las preferencias de cada viajero, ofreciendo diferentes tipos de alojamiento –todo incluido, media pensión y solo desayuno–. Además, gracias a sus salas de reuniones con capacidad para hasta 450 personas y su estacionamiento propio, se confirma también como un destino de negocios, aunque su vocación principal sea la de ofrecer una experiencia inolvidable de ocio y cultura a orillas del Atlántico, a tan solo 20 kilómetros de Vila Real de Santo António, en el Algarve. Es, en definitiva, el refugio perfecto para prolongar la sensación estival y disfrutar de un lujo tranquilo en la temporada de otoño.

 

 

 

 

Más información: www.vilagale.com

LOQUIS TE INVITA A CONOCER MADRID EN UNA RUTA TRAS LOS PASOS DE VALERIA

La primera plataforma de podcast de viajes, presenta ‘Siguiendo a Valeria por Madrid’. Una forma diferente de recorrer los escenarios de la popular serie de Netflix.

 

Madrid es más que una capital; es un estado de ánimo, una musa perpetua. Pocas veces hemos sentido su pulso tan cercano y vibrante como en la exitosa serie de Netflix, Valeria. Gracias a Loquis, la ciudad se despoja de su piel monumental para convertirse en un personaje más que moldea las historias, emociones y reflexiones de la protagonista y su inquebrantable círculo de amigas.

El Vértigo del Comienzo: Gran Vía y Callao

Toda gran historia comienza en el centro de todas las cosas. Nuestro tour se inicia donde palpita el corazón de Madrid: la Gran Vía y la Plaza de Callao. Es aquí, bajo un cielo de luces, cines y teatros que nunca duermen, donde Valeria inicia su odisea personal y profesional. Caminar por esta avenida icónica, rodeada de majestuosos edificios históricos, es sentir el pulso de la ciudad y la magnitud de los sueños. La Plaza de Callao no es solo un punto de encuentro; es el epicentro de la complicidad, el lugar donde la amistad se sella con confidencias y risas, un verdadero homenaje al Madrid más puro.

Chueca: Entre el Misterio y la Inspiración

El elegante barrio de Chueca se revela como un refugio de contrastes. Adéntrense en el Lucky Dragon, un enclave de atmósfera exótica y vibrante. Este bar, con su energía envolvente y decoración asiática, es el lienzo donde el destino de Valeria toma un giro inesperado con el crucial encuentro de Víctor. Captura la esencia dinámica y diversa del barrio, recordándonos cómo los giros más inesperados pueden redefinir por completo nuestra propia historia.

Cerca de allí, el Café Frida ofrece un contrapunto de calma. Luminoso, sereno y salpicado de detalles artísticos, se convierte en un remanso para la protagonista y sus amigas. Es el rincón perfecto para la escritura, la reflexión y el escape del caos. El café encapsula el espíritu bohemio y acogedor de Chueca, celebrando esos momentos de tranquilidad que son tan vitales en la vorágine urbana.

El placer de la conexión: La Latina y San Antón

Madrid se saborea, y los escenarios gastronómicos de la serie nos lo recuerdan con exquisitez. En el Mercado de San Antón, Valeria y Carmen comparten tapas y secretos, un episodio que subraya la importancia de los pequeños placeres cotidianos y la conexión profunda entre amigas.

En el barrio de La Latina, el icónico El Viajero, con su terraza que domina el casco antiguo, se convierte en el confesionario de la amistad. Aquí se celebran logros y se afrontan miedos, con vistas espectaculares que invitan a reflexionar sobre el pasado y a soñar con el futuro.

A pocos pasos, la Plaza de los Carros ofrece un respiro pintoresco. Es un rincón de serena belleza, el telón de fondo para las conversaciones más cruciales de Valeria y Víctor, una invitación a detenerse y a abrazar la introspección en medio del bullicio de la capital.

Luces de la noche y vistas de vértigo

La noche madrileña, símbolo de libertad, tiene su templo en el Teatro Barceló, un ícono de la legendaria movida. Con una historia que se remonta a los años 30, es el punto de encuentro donde Valeria y sus amigas disfrutan de noches de música y complicidad, celebrando el arte de desconectar y vivir el presente.

Para una perspectiva diferente, el Hotel Riu Plaza España nos eleva hasta su famosa pasarela de cristal. Desde este rascacielos que combina historia y modernidad, la protagonista y sus amigas comparten un instante inolvidable, contemplando las impresionantes vistas de Madrid.

Cerrando ciclos bajo un Sol majestuoso

Nuestro recorrido emotivo culmina con dos escenarios de profunda carga simbólica. En el Templo de Debod, un fragmento de historia egipcia en el corazón de Madrid, Valeria busca la serenidad que solo una puesta de sol espectacular puede ofrecer. Es el lugar perfecto para cerrar ciclos y ganar claridad ante decisiones cruciales.

Finalmente, la majestuosa Plaza de Oriente, enmarcada por el imponente Palacio Real, es el escenario de una celebración. Aquí, rodeadas de historia y belleza, Valeria y sus amigas brindan por el final de una etapa y el comienzo de nuevos y apasionantes capítulos, rindiendo el homenaje final a la amistad.

El podcast ‘Siguiendo a Valeria por Madrid’ ha sido producido por Mariana Vaccaro para Loquis España. Un proyecto con el que disfrutarán tanto los fans de la serie de Netflix, como los lectores de la saga escrita por la aclamada autora Elisabet Benavent, que los llevará a ponerse en los zapatos de Valeria…

 

Más información: https://www.loquis.com/es

TUS CINCO IMPRESCINDIBLES EN TU ESCAPADA OTOÑAL A CANGAS DEL NARCEA

Este precioso pueblo, que es socio fundador de la Red de Pueblos Gastronómicos de España, tiene argumentos de sobra para convertirse en tu lugar favorito para una escapada en cualquier época del año.

 

 

Más que un destino, Cangas del Narcea es una inmersión completa en la esencia más auténtica y desconocida de Asturias. Este concejo, que a primera vista parece un lienzo de naturaleza indómita y verde, esconde entre sus valles y montañas una riqueza que va mucho más allá de sus bosques de cuento, donde habita el oso pardo cantábrico. Aquí, la historia se entrelaza con la tierra, y cada paso revela un nuevo tesoro: desde la solemnidad de sus monumentos hasta el sabor de una tradición ancestral.

Cangas es un viaje al pasado y un brindis al presente. Un lugar donde la arquitectura medieval, renacentista y barroca convive con la tradición minera, la pólvora de las fiestas y un vino que desafía lo establecido. Sus pueblos de ensueño, con oficios tan antiguos como los de los ferreiros o la cerámica negra de Ḷḷamas del Mouro, son el alma de una tierra que te invita a perderte y a encontrarte. Si buscas una experiencia que te cale hondo, aquí tienes cinco paradas imprescindibles que te mostrarán las muchas caras de este continente en miniatura.

Un tranquilo paseo por una de las villas históricas más notables de Asturias

La capital de este inmenso concejo, la villa de Cangas del Narcea, te recibe con un pulso animado y acogedor. Caminar por sus calles es descubrir una de las joyas monumentales de Asturias, un lugar donde palacios y casas blasonadas narran la historia de la región. En el corazón urbano, las casas principales se asientan en la parte alta, mientras que, en la baja, barrios antiguos como Entrambasaguas o Cascarín conservan su encanto.

Pero la vida canguesa es mucho más que sus piedras. Es el ambiente que se respira en la calle Mayor, la calle la Fuente o la plaza de la Oliva. Es el ritual del vermú, un buen Vino de Cangas o la tertulia al atardecer. Es deambular por tiendas coquetas y descubrir productos de la comarca. Y no olvides sus puentes: en un golpe de vista podrás ver seis, cada uno con su propia historia, como el puente colgante, que fue la primera obra civil en utilizar ¡tela de gallinero!

El Escorial asturiano: La grandeza del Monasterio de Corias

Apenas a tres kilómetros de la villa, el Monasterio de Corias se alza como un gigante de piedra que te dejará sin aliento. Conocido popularmente como el «Escorial asturiano», este cenobio se asoma a un valle angosto bañado por el río Narcea. Sus veintiséis mil metros cuadrados y su ambiente de paz y solemnidad son sobrecogedores.

Actualmente reconvertido en un Parador, este monasterio, que desde la Edad Media ha marcado el destino de Cangas, fue hogar de Benedictinos y Dominicos, y uno de los centros de cultura y docencia más destacados de España. También fomentaron una tradición vitivinícola que hoy pervive con fuerza. Recorrer sus claustros e iglesia con las visitas guiadas te sumergirá en una historia intensa y fascinante, donde el espíritu monacal aún se percibe en cada rincón.

El Cueto de Arbas, una Reserva Natural fascinante

La naturaleza es la auténtica protagonista de Cangas del Narcea, un municipio que forma parte de la Reserva de la Biosfera Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. Entre sus infinitos paisajes, el Cueto de Arbas es una parada obligada. En la falda de este emblemático monte se esconde una laguna de origen glaciar que es pura belleza.

La ruta para llegar es un espectáculo en sí misma. Al subir por el puerto de Brañas/Leitariegos, con unas vistas que quitan el hipo, pasarás por pueblos como Leitariegos, uno de los más altos de Asturias. Sin duda, estarás ante uno de los paisajes más increíbles del concejo, un lugar donde sentirás la inmensidad de la naturaleza en su estado más puro.

La viticultura heroica más singular de España

Prepárate para la sorpresa: en Cangas del Narcea, donde esperabas encontrar manzanos, te encontrarás con viñedos. Gracias a un microclima benigno, la tradición vitivinícola está tan arraigada que, desde tiempo inmemorial, en las casas se hacía vino en lugar de sidra. Esta pasión ha convertido a Cangas en un destino emergente con su propia DOP Vino de Cangas.

Esta tradición se celebra por todo lo alto en La Vendimia, un festival que llena de ambiente la villa con catas, visitas a bodegas y viñedos, y un mercado donde los sabores locales son los protagonistas. Podrás visitar algunas bodegas y hasta pasear por el Museo del Vino, un recorrido de dos kilómetros a orillas del río, que te hará entender por qué en este rincón de Asturias, el vino es mucho más que una bebida: es un arte.

Date un festín en cualquiera de sus sidrerías y restaurantes

Por si a alguien le quedaban dudas, Cangas del Narcea es un paraíso gastronómico donde la tradición y la audacia culinaria se dan la mano. Aquí, la dureza del clima se compensa con una mesa robusta y llena de carácter, donde el aroma a pan horneado y el dulce de un vermú se entrelazan. Descubrirás embutidos ancestrales como el butiello o el chosco, saborearás una tierna carne de ternera local y quedarás prendado de un contundente caldo de berzas, un plato que define el alma de sus gentes. Y si buscas la sorpresa, prepárate para degustar el exclusivo queso de Xinestosu.

Si te dejas atrapar por Cangas, muy probablemente se convierta en ese destino que siempre sacas a relucir cuando charlas con amigos sobre los destinos más recomendables y que sí o sí tienen que visitar. Si te das una vuelta por Cangas estos días, te vas a llevar una parte de él contigo para siempre. ¡Prometido!

www.pueblosgastronomicos.com

OTOÑO CON SABOR A MAR

Puerto Antilla Grand Hotel sigue ofreciendo descanso, propuestas gastronómicas y actividades frente al Atlántico cuando el verano se despide.

Cuando las multitudes del verano desaparecen, la rutina comienza, pero aún las temperaturas siguen siendo suaves, la playa se convierte en un rincón perfecto para desconectar. En Puerto Antilla Grand Hotel, lo saben y por eso os propone una escapada otoñal diferente, donde mar, bienestar y gastronomía se dan la mano para prolongar la temporada de vacaciones.

El otoño no tiene por qué ser sinónimo de rutina. La Costa de la Luz, con más de 3000 días de sol al año, invita a disfrutar de sus playas incluso en septiembre y octubre, cuando el clima templado y la tranquilidad convierten el litoral onubense en un auténtico refugio.

En este entorno privilegiado se encuentra Puerto Antilla Grand Hotel, un complejo de cuatro estrellas ubicado en primera línea de playa en Islantilla. Sus amplias instalaciones con piscinas, spa, jardines y restaurantes como: “Los Porches”, “El Mirador” o “Terraza Golf”, ofrecen al viajero la posibilidad de vivir el mar más allá del verano.

Los más aventureros encontrarán en este entorno un auténtico universo de posibilidades y diversión en el marco de las apacibles y poco profundas aguas de estas costas bañadas por el Océano Atlántico. Desde kitesurf, surf, kayak o paddle surf, practicar o iniciarse en los deportes náuticos es uno de los mayores reclamos de la zona, junto con la posibilidad de navegar a bordo de un velero, tomando incluso parte de las maniobras y el izado de las velas, lo que permite al viajero convertirse en marinero por un día.

La temporada otoñal se presenta como la ocasión ideal para practicar deportes al aire libre, pasear por interminables playas de arena fina, descubrir parajes naturales como el Paraje de Marismas de Isla Cristina o adentrarse en la cultura y la gastronomía onubense, reconocida por sus mariscos y jamón de Jabugo.

Tras un día de experiencias, el Puerto Antilla Grand Hotel se convierte en el mejor lugar para descansar: habitaciones luminosas, propuestas culinarias que combinan tradición y producto local, y un spa donde relajarse.

Porque la playa no entiende de estaciones, el otoño se transforma en la excusa perfecta para regalarse una escapada a Puerto Antilla Grand Hotel, el mejor anfitrión para disfrutar.

Más información:

 https://www.puertoantilla.com/