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UN OASIS ENTRE DOS TIERRAS

Disfruta de unas vacaciones de sol, playa, sierra y visitas al otro lado de la frontera con Puerto Antilla Grand Hotel.

Huelva es una provincia llena de encantos. Quienes viajan a la zona descubren un paraíso natural que alberga no solo 150 km de playas doradas, sino también la Sierra de Aracena o el Parque Natural de Doñana. Puerto Antilla Grand hotel se encuentra en una localización privilegiada, ya que sus huéspedes podrán disfrutar de las maravillas de la provincia y de la cercanía a Portugal, lo que permite más de una escapada a la costa del Algarve.

 

 

En primera línea de playa de Islantilla, a orillas del océano Atlántico, existe un lugar donde la diversión y el descanso son posibles. Un lugar privilegiado de la costa de la Luz, de donde emerge el Puerto Antilla Grand Hotel.

 

 

Este destino al sur de la península permite conocer naturaleza en estado puro, por la confluencia de un mar abierto con la desembocadura de los ríos Guadalquivir y Guadiana, dando lugar a un entorno mágico para disfrutar de unos días de descanso y vivencias.

 

 

Para aquellos viajeros que invierten su tiempo en conocer el destino, aunque se hospeden en un hotel con todas las comodidades, este alojamiento, por su localización, les permitirá disfrutar de las playas del litoral onubense. Una zona espléndida que cuenta con 150 km de playas de arena fina y dorada abierta al océano Atlántico. Además, los apasionados de la montaña podrán conocer el Parque Natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde realizar senderismo. Este destino privilegiado sorprende con caminos que llevan a fortalezas medievales, molinos fluviales, templos de gran belleza o fuentes, sin olvidar la conocida ‘Gruta de las Maravillas’.

 

 

Estas vacaciones no serán completas sin conocer las ‘otras’ maravillas, que se encuentran al cruzar la frontera, ya que a escasos kilómetros se encuentra la vecina Portugal y sus costas de ensueño que conforman el litoral del Algarve, con sus encantadoras ciudades y pueblos, tradicionalmente volcados con la pesca.

 

 

En definitiva, Puerto Antilla Grand Hotel es el alojamiento perfecto para conocer diferentes lugares, vivir la magia de los atardeceres de la costa onubense o portuguesa, disfrutar de una rica y exquisita gastronomía, relajarse en una piscina tomando un cocktail o dedicarse un momento de relax en el spa.

 

Más información y reservas:www.puertoantilla.com

EL ATARDECER DE MENORCA ES UNO DE SUS MAYORES MONUMENTOS

La isla de los pequeños placeres está repleta de lugares de postal en los que olvidarse del tiempo y disfrutar de la caída del astro rey.

 

 

 

Nadie se atreve a discutir la belleza de esta isla repleta de tesoros, rincones y paisajes que quitan el hipo. Durante 365 días, Menorca siempre sorprende con una experiencia, un momento, un recuerdo que permanece imborrable por aquellos viajeros que han elegido embarcarse en la increíble aventura de recorrer una isla que no decepciona. Merece la pena hacer mención a uno de sus bienes inmateriales más bonitos y buscados por los que más saben del tema… ¡Sus atardeceres!

 

 

Menorca, entre sus muchas bondades, es una isla en el que la paleta de colores es tan sumamente amplia que es muy fácil encontrar lugares icónicos donde la luz del sol intensifica esa atmósfera irrepetible y que, como resultado, entrega al viajero una panorámica excelente. Los más románticos, o simplemente aquellos que buscan esos últimos destellos de luz solar que empiezan a fundirse en el horizonte, como si el Mediterráneo se los quedara para sí.

 

 

En cualquiera de sus faros, la vista del ocaso es sobrecogedora. Si de banda sonora añadimos el vaivén de las olas y el canto de alguna que otra ave, tenemos un escenario de cine. Son especialmente bellos los atardeceres en las áreas que componen el faro de Farvàritx; o los de Punta Nati y Cap d’Artrutx, desde los que divisar a la vecina Mallorca.

 

 

Otro lugar magnífico en el que sentarse a última hora de la tarde y quedarse a contemplar el atardecer es en cualquier de sus puertos. Tras un día de actividad, con llegada y salida de diferentes embarcaciones, trasiego de tripulantes y movimiento en general, de repente algo ocurre que no pasa inadvertido para quien se fija unos instantes… la calma absoluta. El agua parece una moqueta, inmóvil y oscura, y a lo lejos el sol fundiéndose con el horizonte, Maó, Ciutadella, Fornells… Cualquiera es un buen lugar para autorregalarse un instante ten emocionante antes de dar paso a la noche menorquina.

 

 

Pero quizás, convenga guardarse un día para asistir a uno de los atardeceres más especiales que puede obsequiar la isla de los pequeños placeres. Menorca y Cultura Talayótica van de la mano desde hace miles de años. El legado cultural, histórico y emocional es tan fuerte que cuando paseas por uno de sus yacimientos, captas en seguida que hay algo distinto, algo espiritual. Por citar uno en concreto, haz la prueba. Dirígete al poblado de Trepucó, uno de los más grandes de Menorca. Visualiza el sol justo cuando empieza su caída y toma asiento. El resto es sencillamente indescriptible. Como si de los primeros moradores de la isla se tratara, las sensaciones que se experimentan son difíciles de explicar.

 

 

El atardecer es ese momento del día en que uno para, se sienta, reflexiona o se evade, dejando volar la imaginación y, solos o en compañía, admirar la bella escena y convenir que no ha habido mejor momento en el día que este mismo instante. Pues cada atardecer en Menorca es una referencia constante a este escenario, que espera paciente a que lo descubras por ti mismo.

 

Más información: Menorca.es

 

EN MENORCA SÍ QUE SE LE PONEN PUERTAS AL CAMPO

De la necesidad de construir barreras para contener al ganado, surgió un oficio que a día de hoy es un bien preciado de la artesanía menorquina: los araders.

 

 

Caminar por el campo menorquín, aunque sea solo por el Camí de Cavalls, es ir abriendo y cerrando una barrera tras otra. La estructuración del terreno, vallado para contener a los animales en sus respectivas tierras, propició la aparición de pasos para el hombre. Y como la piedra sirvió para cerrar caminos, las ramas de acebuche fueron aprovechadas para abrir el campo al hombre.

 

De proveedor de aperos agrícolas a artesano de la madera. La evolución de la profesión del arader menorquín, que comenzó con la fabricación de arados y otros utensilios agrícolas y terminó convirtiéndose en un artesano, ha traído consigo cambios importantes en el paisaje de la isla. Lo podemos apreciar en los caminos y sendas que recorren Menorca de arriba abajo. En cabeceros de camas, barandillas, balaustradas, vallas de fincas y villas típicas.

 

Pero el mayor exponente de su éxito es la barrera menorquina, la que se abre y cierra cientos de veces al día en el Camí de Cavalls. La materia prima es básica y los araders menorquines utilizan prácticamente siempre la madera de acebuche u olivo silvestre, autóctono de Menorca. Sin duda lo que más valoran estos maestros artesanos es la capacidad de sacar de la nada, un objeto. La barrera menorquina se ha convertido en un indispensable para las villas y los chalets de la isla. Además de, tabalets o taburetes, mesas y bancos de payés y balaustradas han sustituido aquellas primigenias herramientas agrícolas, que hoy en día se fabrican como elementos decorativos.

 

El trabajo de los artesanos araders ha servido durante años para facilitar la vida a los campesinos y ganaderos menorquines. Transmitido de generación en generación, esta bonita profesión sobrevive aún hoy gracias al refinamiento en los trabajos y a que, sin ningún tipo de dudas, sus creaciones se mimetizan a la perfección con el paisaje de la isla. No es nada raro seguir una competición, ya sea triatlón, ciclismo, running o trail y no ver, como un elemento más en la fotografía, una barandilla menorquina. Al igual que es algo perfectamente normalizado contemplar el paisaje rural de la isla, que se encuentra totalmente parcelado por muros de piedra seca, que limitan las tanques (parcelas). Estas barreras menorquinas hace tiempo que dejaron de ser elementos disuasorios para ganado, para convertirse en un elemento más del patrimonio cultural de la isla, donde sí se le ponen puertas al campo.

 

Más información: Menorca.es

SEVILLA TIENE MÁS DE UNA FERIA

Una promesa del rey Alfonso X y más de 700 años de historia del primer culto a Santa Ana.

 

La capital hispalense es sinónimo de tradición, de caseta y feria, de colores y albero.Es por esoque desde el siglo XIII se celebra en el barrio de Triana, la velá de Santiago y Santa Ana. Una fiesta donde no faltan las cucañas en el río Guadalquivir, las calles iluminadas, los farolillos y las avellanas verdes. Otra muestra más de que las raíces siguen siendo el motor de una sociedad en pleno cambio. Si quieres disfrutar de esta festividad no dudes en alojarte en los Hoteles América o Derby, donde el descanso y la cercanía están garantizados.

La Velá de Triana, en honor a Santa Ana, es la festividad más antigua de Sevilla. Su origen se debe a una promesa que el rey Alfonso X hizo cuando tuvo una enfermedad ocular Se encomendó a la Virgen y prometió que si se curaba, levantaría un templo en honor a Santa Ana.

 

El rey se curó y las obras del templo comenzaron en 1266. Una vez construido, toda Triana acudía al templo en la víspera del 26 de julio, y una celebración que comenzó siendo de carácter religioso se convirtió en un rito popular. La fiesta, que fue tomando forma a lo largo de los años, cada vez abarcaba más espacio, convirtiendo al río Guadalquivir en un escenario más para el desarrollo de las actividades de la Velá.

 

Es aquí, en el río, donde se encuentran las tradicionales cucañas, implantadas en 1910. Jóvenes y mayores intentan trepar por un poste engrasado de casi 5 metros sobre el agua para alcanzar una bandera. Una divertida y refrescante actividad.

 

El ambiente alegre que se respira al cruzar el puente de Triana es algo inconfundible, y quizás se deba a los farolillos que adornan las casetas de acceso gratuito, la luz de la época estival que cambia la perspectiva de las cosas, o la música y los espectáculos que nunca faltan, hacen de esta festividad una cita ineludible para sevillanos y visitantes.

 

Esta tradición no sería nada sin su gastronomía. Por eso, quien pisa la Velá tiene que reponer fuerzas con avellanas verdes, características por su sabor algo más amargo que el cacahuete y también, cómo no, el pescaito frito o las sardinas asadas.

 

Si lo que quieres es descansar de verdad, los Hoteles América o Derby Sevilla son la mejor elección para sentirte como en casa estando fuera de ella. Ambos alojamientos, ubicados en la Plaza del Duque de la Victoria, en pleno centro de la ciudad, son la excusa perfecta para disfrutar palmo a palmo de los secretos de esta impresionante y pintoresca urbe.

 

Pero, si buscas una opción más cerca en el barrio de La Alameda, los apartamentos Lumbreras 16 serán los indicados. Un espacio que cuenta con todas las comodidades de un hotel, y la libertad de un alojamiento independiente localizado cerca del río Guadalquivir.

 

 

La Velá de Santiago y Santa Ana no es solo una celebración, sino una inmersión en la historia y cultura de Sevilla, un evento que cada año se convierte en una fiesta inolvidable.

Para más información:

https://www.hotelamericasevilla.com/

https://www.hotelderbysevilla.com/

GRANADA TIENE UN TEATRO DE EXCEPCIÓN

El teatro del Generalife se convierte este verano en el escenario del Festival 1001 Músicas – CaixaBank, con artistas de renombre en un espacio de ensueño.

 

 

Si eres amante de la música contemporánea y no te conformas con cualquier cosa, el Festival 1001 Músicas – Caixabank ha preparado un cartel de artistas nacionales e internacionales que el próximo mes de septiembre se subirán a un escenario mágico: el Teatro del Generalife. Esta es la oportunidad perfecta para afinar el oído y agudizar la vista. Además, si finalmente visitáis esta ciudad no dudéis en alojaros en los Hoteles Dauro, a un paso de todo.

 

La Alhambra siempre ha emanado una esencia especial, algo que hace que no pares de mirarla y quieras volver mil veces para descubrirla despacio. Este monumento nazarí lleno de encanto y embrujo, guarda algún que otro secreto, como por ejemplo el Teatro del Generalife.

Este Teatro al aire libre fue inaugurado en 1954 como sede principal de las representaciones de ballet del Festival Internacional de Música y Danza. Desde su construcción,dirigida por el arquitecto Francisco Prieto Moreno, ha sido utilizado para la celebración de este tipo de eventos, y ha vivido diversas reformas con el objetivo de adecuar el espacio a otro tipo de espectáculos, algunos más complejos.

 

Esta construcción se localiza en la extensión sur de los jardines del Generalife, y arquitectónicamente sigue la línea de las huertas del Generalife. Los muros de contención son un fragmento más del conjunto y las distintas paratas y arriates son soportes de acompañamiento de gran importancia. Este escenario al aire libre se configura en un entorno natural con cipreses, que ofrecen una imagen única.

 

Esta configuración de excepción es la elegida por el Festival 1001 Músicas-Caixabank, para subir al escenario un plantel de artistas nacionales e internacionales de diferentes estilos musicales como: Izal, Vetusta Morla, Patti Smith o Coque Malla, entre otros.

 

Y para este plan tan interesante, también es importante elegir un alojamiento a la altura de las circunstancias. Por eso, los Hoteles Dauro se presentan como la mejor opción. Si como huésped quieres estar cuidado en todo momento, disfrutar de un descanso a la altura de un rey, y estar en pleno centro… El Hotel Dauro Premier, con sus 36 habitaciones cómodas, elegantes y sofisticadas, o el Hotel Dauro Confort 2, con 52 habitaciones de diferentes estilos, son tu elección. Gracias a su ubicación privilegiada tendrás la ciudad a tus pies. Sin necesidad de largos desplazamientos podréis llegar a los lugares más emblemáticos en poco tiempo.

 

Disfruta de tus artistas favoritos en un entorno emblemático, y descansa en un hotel que hará de tu descanso su mayor prioridad.

 

 

 

 

Más información: www.hoteles-dauro.com

 

 

 

¡VEN A CELEBRAR EL DÍA INTERNACIONAL DEL YOGA EN FORMENTERA!

Formentera y yoga es un binomio sólido. Esta disciplina goza de muchos seguidores en la isla, lo que la convierte en un destino muy apetecible para todos los amantes del bienestar holístico.

 

 

El Día Internacional del Yoga se celebra el 21 de junio, fecha promulgada por la ONU para concienciar a la población sobre los beneficios de practicar esta disciplina holística de bienestar que trabaja, de una manera integral y equilibrada, todas las áreas del ser humano respetando los ciclos de la naturaleza. Con motivo de esta celebración, un año más, el Consell Insular de Formentera ofrece una serie de actividades dirigidas por reputados profesionales del mundo del yoga, que garantizará una experiencia de paz y armonía sin igual para todos sus asistentes.

 

Formentera ha reforzado año tras año su papel como referente del yoga a nivel internacional. Sus rincones de ensueño, sus escuelas de yoga y esa aura fácilmente identificable con el bienestar holístico, hacen de la isla un destino soñado en el que dedicar unos días a la meditación, la contemplación y la introspección.

 

Por ello, el Consell Insular de Formentera celebrará el próximo 21 de junio una velada muy especial. Bien temprano, a las 06:15, Anna Reig, profesora internacional de yoga, dirigirá una meditación a la salida del sol. Reig propone una contemplación del amanecer con baño de sonido y meditación del corazón espiritual, sintiendo quien es uno mismo. El escenario… inmejorable: ¡El Faro de La Mola!

 

Por la tarde, a las 19:30, la terraza de la Cofradía de Pescadores, en La Savina, será el lugar elegido para una clase especial de yoga frente al mar con Eva Oller, profesora internacional de yoga. Oller nos invitará a disfrutar de una clase especial de yoga fluido frente al mar, acompañada por la música en vivo de DJ Kion y un baño sonoro a cargo de José Manuel Martínez, pianista y alquimista musical,  que guiará nuestra práctica a un nivel muy profundo.

 

Además, es de obligado cumplimiento escaparse para perderse por una isla repleta de sorpresas. La pequeña de las Pitiusas esconde tesoros increíbles que el viajero podrá descubrir a medida que se adentre en sus pueblos, sus calas, sus rutas verdes, sus faros… Lo que empieza siendo un retiro espiritual para practicar yoga y encontrar el ansiado equilibrio mente/cuerpo, puede acabar siendo una experiencia integral que cambie la concepción de aquellos que aún no conocen (o creían conocer esta pequeña joya del Mediterráneo…

 

 

 

 

 

Más información: www.formentera.es