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¿SABÍAS QUE EL PARQUE URBANO MÁS EXTENSO DE ANDALUCÍA ESTÁ EN HUELVA?

El Parque Moret, en la capital onubense, es un rincón donde el legado tartésico convive con la naturaleza más viva.

 

No es un secreto que Andalucía atesora joyas naturales de incalculable valor. Sin embargo, Huelva guarda un privilegio singular y a menudo discretamente elegante: ser el hogar del Parque Moret, el parque urbano más extenso de toda la comunidad autónoma. Con sus 72 hectáreas, este «pulmón verde» no es solo un vasto espacio de esparcimiento; es un enclave donde la naturaleza y milenios de historia convergen con una sofisticación discreta, ofreciendo una experiencia ineludible para el viajero que busca la verdadera esencia onubense.

Lo que distingue al Parque Moret no es solo su magnitud, sino la profunda capa histórica que yace bajo sus senderos. Nos encontramos, de hecho, sobre una parte de la necrópolis del periodo orientalizante onubense (siglos VII-VI a. C.). Las suaves elevaciones que componen su orografía, los conocidos como «cabezos», no son meros accidentes geográficos; las investigaciones, que continúan el legado de figuras como Jorge Bonsor y Juan Pedro Garrido Roiz, han confirmado que algunas de estas colinas son túmulos funerarios artificiales. Pasear por Moret es, en esencia, caminar sobre los vestigios monumentales de la élite de la antigua sociedad tartésica.

Este espacio está inteligentemente dividido en tres grandes zonas, cada una con su propio carácter:

  1. Los Cabezos del Conquero: Limítrofes con la Reserva de la Biosfera de las Marismas del Odiel, esta sección ofrece vistas y una rica biodiversidad. Aquí, la historia se revela con los restos de un acueducto romano, mientras que la fauna y flora (con más de cuatrocientas especies) se despliegan en su máxima expresión. Es un enclave de biodiversidad declarado por la UNESCO.
  2. La Zona Sudeste: Caracterizada por la presencia de antiguos huertos, algunos de los cuales siguen cultivándose en la actualidad, incluso mediante un vibrante huerto urbano gestionado por voluntarios. Es un testimonio vivo de la tradición agrícola de la zona.
  3. El Parque Propiamente Dicho: Situado en el antiguo camino hacia el Santuario de La Cinta. Se trata de un espacio más urbanizado en su red de caminos y vías verdes, pero que mantiene una rica variedad de especies forestales autóctonas de la costa de Huelva, colinas arcillosas y vaguadas de frutales.

Ocio y lujo silvestre para el visitante

Con 32 de sus 72 hectáreas actualmente en uso para el disfrute público, el Parque Moret se presenta como un refugio de opciones de ocio dentro del casco urbano. Lejos del bullicio, uno puede encontrar el lugar perfecto para el dolce far niente o para una jornada activa:

  • Refugios Acuáticos: El parque cuenta con elegantes lagunas que albergan patos y otras especies acuáticas, e incluso se establecieron barcas de recreo y un quiosco embarcadero tras su re-inauguración.
  • Vida en Familia: Para quienes viajan con niños, el parque está dotado con múltiples áreas de juegos infantiles de alta calidad y mesas de pícnic que invitan a disfrutar de una merienda al aire libre.
  • Caminos y Vías Verdes: Su red de caminos y la orografía irregular son ideales para un jogging matinal, un paseo contemplativo o una caminata enérgica, facilitando el acceso desde las barriadas circundantes (La Cinta, Santa Marta y Manuel Siurot).
  • Compromiso Ambiental: Destaca la zona dedicada a la conservación de aves en estado grave, un gesto que subraya la vocación del parque como centro de protección y educación medioambiental.

La visita Imprescindible en Huelva

Si a algo puede ayudar el Parque Moret es a comprender un poco mejor la historia de la ciudad. Es el punto donde la quietud de los vestigios tartésicos se encuentra con el vigor de las Marismas del Odiel, y donde la ciudad se da permiso para respirar. Es una visita obligada no solo por su extensión, sino por la riqueza de capas que ofrece: un museo arqueológico al aire libre, una reserva de la biosfera en miniatura, y un espacio de ocio y deporte para todos.

Para el viajero que valora la historia, la naturaleza y un retiro elegante, el Parque Moret es una declaración de intenciones. Es la prueba de que Huelva sabe aunar pasado y presente en un tapiz verde inigualable.

Más información: www.turismohuelva.org

EL ALMA LUMINOSA DE FORMENTERA: UN VIAJE POR LA RUTA DE SUS FAROS

 

 

Hay lugares donde la geografía trasciende su mero relieve para convertirse en una sinfonía de elementos. Formentera, esa joya preciosista del Mediterráneo, es uno de ellos. Su existencia está estrechamente ligada al mar; una dependencia que se siente y se vive a través de sus faros, silenciosos guardianes que, ayer y hoy, dictan el ritmo de la navegación y la vida insular. Recorrer la ruta de estas atalayas de luz es adentrarse en la esencia misma de la isla, un ejercicio de contemplación ideal para capturar la silueta perfecta al amanecer o al anochecer.

 

Faro de la Savina: La primera bienvenida

Nuestra travesía comienza en La Savina, el puerto que históricamente ha sido la puerta de conexión con el exterior, ya desde los tiempos talayóticos. Este enclave, que ofrecía un cierto resguardo de los temporales, prosperó como puerto mercantil centrado en el comercio de la sal.

Inaugurado en 1926, emerge como un elemento clave para la señalización de la entrada portuaria, dando la bienvenida a cada visitante. Se trata de una construcción modesta pero singular, ubicada cerca del Estany de Peix. Si bien el acceso a su interior está vedado, el entorno circundante, embellecido por una cuidada pasarela que conduce hasta su puerta, ofrece un paseo de gran encanto. Desde sus inmediaciones, las puestas de sol adquieren una dimensión espectacular, permitiendo distinguir nítidamente, si el cielo está despejado, el perfil de la cercana isla de Ibiza y el enigmático islote de Es Vedrà.

Faro de la Mola: La magia elevada de Julio Verne

Si existe un rincón en Formentera que destile una magia inigualable, ese es el Faro de la Mola. Erigido sobre el altiplano homónimo, este faro se asoma al borde de un acantilado a 120 metros sobre el nivel del mar, dominando unas vistas realmente impresionantes del Mediterráneo. El emplazamiento no solo alberga este vigía; es también el punto más elevado de la isla: Sa Talaïassa, a 192 metros.

Más allá de su belleza natural, el Faro de la Mola es un elemento de alto valor patrimonial. Es uno de los escasos ejemplos de arquitectura y técnica civil de la segunda mitad del siglo XIX en Formentera. Su historia arranca bajo el reinado de Isabel II, con su construcción iniciada en 1860 y su puesta en funcionamiento oficial en 1861, bajo el proyecto del ingeniero Emili Poy i Bonet. Un siglo y medio después, la óptica original —tallada a mano— continúa proyectando 12 haces de luz con un alcance de 23 millas náuticas, atrayendo no solo a navegantes, sino a miles de viajeros.

En 2019, una cuidada rehabilitación transformó su planta baja y fachada, convirtiéndolo en un espacio cultural único: ahora alberga un centro de interpretación de los faros de Formentera y una exposición permanente sobre la relación histórica de los formenterenses con el mar.

Pero la Mola es, además, un lugar literario. El escritor Julio Verne, profundamente atraído por la singular topografía de Formentera —que imaginó como una rampa de «lanzamiento de cualquier tipo de nave»—, hizo de su faro un escenario mítico, llegando a referirse a él como «Un lugar desde donde medir el mundo». Una placa conmemorativa recuerda que la Mola fue el lugar donde se ambienta su novela Héctor Servadac, e inspiró, muy probablemente, El faro del fin del mundo.

Faro de es Cap de Barbaria: El icono cinematográfico

Nuestra ruta culmina en el extremo más meridional de la isla y de todas las Baleares, el Cap de Barbaria, el punto geográfico más cercano a las costas africanas. Aquí, el faro que preside el impresionante acantilado vertical de 100 metros es el de Es Cap de Barbaria.

El acceso a este faro, inaugurado en 1971 (aunque su proyecto se remonta a 1924), es una experiencia en sí misma. Tras sortear la pequeña loma del Puig d’en Guillem y atravesar una zona boscosa, el paisaje se abre a una extensión semilunar y árida, donde la silueta de la torre de poco más de 17 metros se alza, solitaria, contrastando con el vasto azul marino.

La zona circundante, azotada por los vientos, es de vegetación escasa. No obstante, ofrece otros puntos de interés:

  • La Cova Foradada, una gruta a la que se accede por un agujero y que conduce a un mirador único (se recomienda extrema precaución en su visita).
  • A unos 150 metros hacia el oeste, la Torre Des Garroveret, una de las torres de defensa construidas en el siglo XVIII para vigilar la aparición de navieros piratas berberiscos, desde donde los vigías alertaban con señales de humo.
  • También encontramos cerca de sus inmediaciones yacimientos megalíticos de hace 3800 años.

Es en el Cap de Barbaria donde se saborea una de las mejores puestas de sol del Mediterráneo. La altitud y la pureza del aire permiten que la luz se refleje en el cielo y el agua de forma excepcional, e incluso, en días muy claros, vislumbrar la Península Ibérica en el horizonte. Este paisaje casi desértico, con su estrecha carretera y el faro en la lejanía, ha quedado inmortalizado en el imaginario colectivo: fue el protagonista de la célebre fotografía captada por Julio Medem en la película Lucía y el sexo.

 

 

Más información: www.formentera.es

 

¿SEGURO QUE CONOCES BIEN FLANDES? LOQUIS TE LO CUENTA AL OÍDO

‘Flandes, hogar de Maestros: rutas de arte, paisajes y sabores’ es la guía definitiva para adentrarte en esta sorprendente región de una manera más personal e íntima.

 

Flandes, al norte de Bélgica, es más que un destino. Es la tierra donde las huellas de los Maestros Flamencos, tan universales en algunos de los museos más importantes del mundo, se revelan de una forma íntima y profundamente conectada al lugar para el que fueron concebidas. Es aquí donde el arte nos cuenta la historia no solo del genio, sino del paisaje y las tradiciones que lo inspiraron. Te invitamos a descubrir Flandes a través de un viaje sonoro, una colección de historias que nos llevan a recorrer rincones de Amberes, Brujas, Gante, Lovaina, Malinas, Cortrique y Ostende. Un completo podcast, disponible a través de Loquis, se convierte en nuestro discreto y elegante compañero, guiándonos por lugares emblemáticos y, lo que es más seductor, por aquellos menos conocidos, pero de gran encanto.

 

Los Maestros Flamencos: El espíritu del lugar

‘Flandes, hogar de Maestros: rutas de arte, paisajes y sabores’, nos permite sumergirnos en los escenarios donde artistas como Rubens, Bruegel, y Van Eyck vivieron, crearon e inspiraron sus obras maestras.

En Gante, si bien Van Eyck es el gran protagonista con el retablo de la catedral, la ciudad esconde tras sus puertas tres iglesias poco visitadas de enorme interés artístico, con la posibilidad de descubrir rincones gastronómicos cercanos, y dos abadías próximas, una de ellas ligada a la historia común con España.

En Lovaina, la conexión entre el maestro Bouts y la ciudad es palpable. Su obra magna, La Última Cena, fue pintada pensando en la Iglesia de San Pedro. Al admirarla, se perciben a través de las ventanas de arco apuntado del fondo, las mismas vistas de la Plaza Mayor de Lovaina que se disfrutan hoy desde las ventanas de la iglesia. Un extraordinario ejercicio de realismo. En esta misma iglesia, su segunda obra, El martirio de San Erasmo, sigue adornando el lugar para el que fue creado hace casi 600 años.

Amberes se rinde a los pasos de Rubens: artista, coleccionista, diplomático. La ciudad, que albergó su taller, ofrece un recorrido por sus huellas en lugares tan variopintos como el recogido Jardín del Calvario, junto a la Iglesia de San Pablo, un rincón pintoresco con 63 esculturas a tamaño natural. Además, el Museo Plantin-Moretus, el histórico taller de impresores, alberga no solo prensas y linotipos auténticos, sino también lazos con Rubens, quien diseñó portadas y pintó retratos para su amigo, el editor Balthasar Moretus.

En la ciudad costera de Ostende, el mar es testigo del legado de Ensor, maestro flamenco que nació, vivió y murió en ella. Su casa se conserva y puede visitarse. El litoral flamenco atrajo a otros artistas como el surrealista Paul Delvaux y Constant Permeke.

Paisajes inspiradores y caminos de encuentro

El arte y la naturaleza se fusionan en Flandes, invitándonos a explorar a pie o en bicicleta.

El pintoresco río Lys ofrece una ruta en barco y bicicleta que atraviesa casas pintorescas, estudios de artistas y museos, con el pueblecito de Sint Martens Latem como punto álgido, donde se encuentra el Museo Gevaert Minne.

El idílico Pajottenland, una región agrícola entre Bruselas, Halle y Ninove, fue el paisaje que conquistó el corazón de Pieter Bruegel el Viejo. Sus paisajes en pendiente y encantadores pueblos de agricultores inspiraron sus obras, convertidas hoy en un museo al aire libre a lo largo de la ruta a pie o en bicicleta de Bruegel.

A solo tres kilómetros de la animada Lovaina, los bosques de caducifolios Meerdaalwoud y Heverleebos ofrecen un refugio natural perfecto para alquilar una bicicleta y disfrutar de un picnic.

Flandes también nos descubre más de 1000 castillos y residencias nobiliarias en los alrededores de las ciudades. Cerca de Gante se alzan los castillos de Ooidonk y Laarne. La nobleza dejó también su huella en el Ommeland de Brujas, con sus impresionantes residencias, castillos y jardines diseminados entre la vegetación.

El litoral flamenco, con 68 km, es fácil de recorrer en bicicleta o con el tranvía de la costa. Sus playas amplias con dunas albergan localidades de diferente personalidad, como Ostende con su puerto pesquero, y Oostduinkerke, donde aún se mantiene la tradición de la pesca de gambas a caballo.

Cerca de Lovaina, un circuito de 14 km conecta cuatro abadías: Vlierbeek, Abadía del Parque, Santa Gertrudis y Keizersberg.

Ciudades con alma y sabores memorables

Las ciudades flamencas nos invitan a perdernos, descubriendo que la historia se vive en el presente.

Brujas es un espectáculo increíble, un regreso al pasado en sus calles empedradas y canales. Más allá del turístico «triángulo de oro» se descubre la verdadera Brujas, donde sus habitantes viven y trabajan, en barrios con carácter que también albergan arte y arquitectura contemporáneos.

Malinas, antigua capital de los Países Bajos Borgoñones, alberga siete iglesias monumentales. Su Torre de San Rumoldo, con uno de los carillones más impresionantes, permite divisar el Atomium de Bruselas en días despejados. Puede recorrerse a pie sobre el agua, en la plataforma habilitada sobre el río Dila, o en rutas guiadas como «Si las paredes hablaran» o «Rubens en piedra».

Y para el deleite, el paseo culinario «Mmm… Malinas» acompaña al viajero por 10 creadores de sabor, con delicias actuales elaboradas con ingredientes típicos de antaño, recuperando el esplendor de su época dorada.

Si has planeado para fechas próximas una escapada a Flandes y no tienes una idea clara de lo que ver, a dónde ir ni qué rincones son los imprescindibles, ‘Flandes, hogar de Maestros: rutas de arte, paisajes y sabores’ será tu compañero de viaje ideal. Ponte los auriculares, visita la app de Loquis y déjate llevar, sorprender y emocionar por las historias que quedan por contar de este rincón de Bélgica…

 

 

 

 

 

https://www.loquis.com/es

DESPEDIR EL AÑO EN MAHÓN SIEMPRE ES UN PLAN ESPECIAL

La capital de Menorca es uno de esos destinos que se puede disfrutar los 365 días del año, ya que siempre tiene una sorpresa esperando a sus visitantes.

 

 

Todo lo que es la capital de Menorca, su esencia se la debe a una posesión que por siglos ha sido la envidia de todas las civilizaciones e imperios que han cruzado el Mediterráneo: el puerto natural más grande del Mediterráneo. Asomada a esta codiciada maravilla, ha crecido una ciudad luminosa, ilustrada y profundamente humana. ¿Por qué no despedir el año en esta elegante ciudad?

 

Con sus más de tres millas de longitud, este puerto natural, uno de los mayores de Europa, es el verdadero corazón de Mahón. La vida urbana se teje de forma orgánica a su alrededor. Una muestra bellísima es el trasiego del día a día en la Plaza del Pescado o el vibrante Mercado del Claustro del Carmen, ambos alzados literalmente sobre el puerto. Tantas otras casas mahonesas se levantan sobre el mismísimo acantilado, permitiendo, gracias a algún hueco en forma de mirador, compartir las increíbles vistas a esta maravilla de la naturaleza.

La estratégica ubicación de Menorca en el Mediterráneo cimentó la prosperidad de Mahón como ciudad comercial, confiriéndole su capitalidad frente a Ciutadella. Desde los romanos y fenicios, a los griegos y turcos, y pasando por españoles, franceses e ingleses, la ciudad ha estado históricamente inmersa en sucesivas conquistas y reconquistas. De hecho, aún quedan vestigios de su paso en la arquitectura y el espíritu de la urbe.

El Legado Británico y las Fortalezas

Sometida a constantes luchas de poder, la ocupación británica resultó crucial en el devenir de la capital, no solo por su influencia en la arquitectura de la zona —con calles que forman un pequeño laberinto repleto de casas señoriales de estilo inglés—, sino por hacer resurgir con fuerza la economía local. De esta herencia colonial del siglo XVIII podemos admirar el magnífico Ayuntamiento de estilo neogótico o el Principal de Guardia con su característica fachada roja.

El auge de Mahón por su posición dominante motivó la construcción de impresionantes baluartes para intentar evitar las amenazas continuas. Es el caso del antiguo Castillo de San Felipe y, sobre todo, la imponente Fortaleza Isabel II, La Mola, que se eleva majestuosa en la bocana norte del puerto. Construida en el siglo XIX, es una de las fortalezas militares mejor conservadas de Europa y hoy ofrece unas vistas panorámicas que no dejan indiferente a nadie.

Un Tesoro de Cultura y Elegancia

Mahón, ciudad cosmopolita que aúna la combinación perfecta entre tradición y modernidad, atesora un profundo interés por la cultura.

  • El Museo de Menorca, ubicado en un antiguo convento franciscano, narra la historia de la isla a través de numerosos hallazgos arqueológicos y obras de arte.
  • En el corazón de la ciudad encontramos el recinto de ópera más antiguo de España.
  • Entre sus centros de culto, destaca especialmente la Iglesia de Santa María, con su monumental órgano del siglo XIX, considerado uno de los mejores de Europa por sus más de 3.000 tubos.

El paseo por el casco antiguo revela calles adoquinadas y plazas llenas de vida. Un vestigio de la antigua muralla es el Bastión de Sant Roc, recuerdo de la época en la que la ciudad estaba fortificada. Y para saborear la esencia local, el concurrido mercado de abastos, ideal para tapear e incluso probar el gin típico menorquín que se fabrica en la misma ciudad.

Desde monumentos históricos hasta tranquilos paseos junto al mar, Mahón es una invitación a sumergirse en la historia a través de la elegancia de su arquitectura y la inigualable presencia de su puerto. Es uno de esos destinos apetecibles para cerrar el año de la mejor manera posible.

 

Más información: www.menorca.es

DESPIDE EL AÑO ENTRE MONTAÑAS Y RECIBE A LOS REYES MAGOS ESQUIANDO

El Hotel Vall de Núria se prepara para vivir unas fiestas inolvidables llenas de emoción y magia en un entorno natural inigualable.

Para despedir 2025, el Hotel Vall de Núria propone un exclusivo pack de Fin de Año que incluye una cena de gala con menú degustación de productos locales, uvas de la suerte, fiesta con DJ y barra libre, alojamiento y transporte en el tren cremallera. Un plan único para quienes buscan un entorno natural y acogedor donde dar la bienvenida a 2026 sin preocuparse por nada.

Durante la cena de gala se podrán saborear platos cuidadosamente elaborados y un exquisito postre, acompañados de dulces típicos como turrones y neules. Y cuando el reloj marque la medianoche, después de las uvas y el cava, pasaremos a disfrutar de los fuegos artificiales y la fiesta, todo en un ambiente inigualable.

Además, en este alojamiento la víspera de reyes es aún más especial. La noche del 5 de enero, Melchor, Gaspar y Baltasar dejarán sus camellos y se deslizarán por las pistas nevadas hasta el Hotel Vall de Núria, un espectáculo único, lleno de ilusión, que convierte el valle en un auténtico escenario de cuento. La noche de reyes es tan mágica para los niños en el hotel Vall de Nuria, que hasta es posible que el paje real os lleve un regalo a vuestra habitación.

Las familias podrán disfrutar de este encuentro tan especial en un entorno cálido y acogedor, mientras el paisaje nevado y el cielo estrellado envuelven cada instante de magia.

Además, los visitantes podrán deleitarse con la oferta gastronómica de los restaurantes del alojamiento; El Racó de la Vall, Finestrelles, la Cabana del pastor y Furgoteca, donde los sabores del Ripollès cobran protagonismo en platos elaborados con productos de proximidad.

Durante las festividades de Nochebuena, Navidad y San Esteban, los huéspedes podrán degustar un bufet especial navideño, en el que degustar los sabores tradicionales catalanes con recetas elaboradas con productos de proximidad.

Rodeado de montañas, entre los imponentes macizos del Pirineo Catalán, y accesible únicamente a través de tren cremallera, descubriréis un destino majestuoso que invita a disfrutar de una Navidad diferente, donde la nieve, la gastronomía y sus tradiciones, crearán una atmosfera inolvidable.

 

 

Más información: https://hotelvalldenuria.cat/

 

 

BORNEO: EL LUJO SILVESTRE DE SABAH, CORAZÓN DE UNA ISLA MÁGICA

 

 

Pocos destinos conservan la pureza y el misterio de Borneo, una isla majestuosa que no rinde pleitesía a una sola nación, sino que comparte su vastedad de selvas y mares entre Brunéi, Indonesia (Kalimantan) y, notablemente, los estados malasios de Sarawak y Sabah. Para el viajero que busca una desconexión auténtica y una inmersión profunda en la naturaleza y la cultura, el estado de Sabah se erige como un santuario de experiencias sublimes.

Borneo, ubicada sobre la línea del Ecuador, es celebrada por albergar la mayor biodiversidad del planeta. En su porción norte, Sabah emerge como un destino que aúna la riqueza natural con un abanico de aventuras sofisticadas.

Sabah: Donde la Naturaleza es Patrimonio y Aventura

Sabah es un estado que se define por sus extremos fascinantes:

  • El Monte Kinabalu: Con 4.095 metros, es la cima más alta del país y del sudeste asiático. Para los amantes del senderismo con tiempo, la ascensión de dos días al Monte Kinabalu ofrece vistas únicas y una conexión inigualable con la topografía de la región. El Parque Nacional Kinabalu es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000 y atesora una flora y fauna espectacular, incluyendo especies únicas de orquídeas.
  • Fauna Endémica y Santuarios: Quienes viajan a Borneo suelen hacerlo para el avistamiento de su fauna exótica. Sabah es un santuario para especies amenazadas y protegidas, como el Orangután rojo de Borneo y el escurridizo Mono Narigudo (proboscis monkey). El Centro de Rehabilitación de Orangutanes de Sepilok es un paraje fundamental en el cuidado de estos primates. Un crucero al atardecer por el río Kinabatangan brinda una oportunidad inolvidable para presenciar la majestuosa silueta de un orangután cruzando la selva.
  • Flora Excepcional: La isla es el hábitat natural de la Rafflesia Arnoldii, la flor más grande y pesada del mundo, que puede pesar hasta 11 kilos y medir más de un metro de diámetro. Esta rareza del reino vegetal, un parásito sin tallo ni hojas, se puede encontrar especialmente en la región de Sabah.

Las Costas Azules: Un Paraíso para el Buceo y el Relax

Si bien las playas de Borneo son un paraíso tropical de arena blanca, el verdadero prestigio de Sabah reside en sus destinos de buceo y el «blues» de sus más de 300 islas e islotes.

  • Sipadan Island: Frente a la costa de Sabah, esta pequeña isla es un paraíso submarino consistentemente catalogado como uno de los mejores destinos de buceo del mundo. El Parque Nacional Marino de Sipadan es una maravilla biológica con más de 3.000 especies de peces y cientos de tipos de coral. Es conocida por su espectacular Drop Off, una pared submarina que cae abruptamente unos 600 metros, donde se pueden avistar tiburones, mantarrayas y lluvias de barracudas, una experiencia que trasciende la simple inmersión. Es importante destacar que Sipadan es un espacio protegido con acceso limitado a 254 personas por día, requiriendo un permiso para pernoctar en la cercana Mabul.
  • Lankayan Island: Ubicada en la costa este, es ideal para quienes buscan tranquilidad, con aguas turquesas y playas de arena blanca, perfecta para practicar snorkel y buceo en sus corales.
  • Gaya Island y Pulau Sapi: Ambas forman parte del Parque Nacional Marino Tunku Abdul Rahman, frente a Kota Kinabalu. Gaya, la más grande del parque, es el hogar de la comunidad Bajau, conocidos como los «gitanos del mar». Pulau Sapi, con sus aguas cristalinas, es popular para el snorkel y buceo, siendo fácilmente accesible en ferry desde Kota Kinabalu.

La Cultura Auténtica: Más Allá de las Playas

La diversidad de Sabah no es solo natural, sino también cultural. Con un rápido ritmo de desarrollo, las tradiciones indígenas persisten. Los grupos étnicos como los Kadazan Dusun (el grupo indígena más numeroso), los Bajaus y los Muruts, son conocidos por su hospitalidad.

  • Festivales: La inmersión cultural se consigue asistiendo a festivales anuales. El Kaamatan o Fiesta de la Cosecha en mayo, es el evento más importante de los Kadazan Dusun, un rito de gratitud por la buena cosecha. En octubre o noviembre se celebra el Tamu Besar en Kota Belud, que exhibe a los jinetes bajau en trajes tradicionales.

Una Gastronomía de Encuentros

La aventura culinaria en Sabah es un reflejo de su rica confluencia cultural: una deliciosa mezcla de sabores malayos, chinos, indios e indígenas. Para el paladar selecto, la gastronomía elaborada con productos locales está en auge, ofreciendo los ingredientes más frescos en una gama de platos que cuentan la historia de la región. La visita al mercadillo nocturno filipino en Kota Kinabalu, con sus mariscos a la barbacoa, es una cita ineludible con la auténtica comida callejera.

En Sabah, el lujo se redefine, alejándose de los artificios. El verdadero privilegio es la capacidad de desconexión absoluta, de sincronizarse con el ritmo de la selva. Es un destino que promete exclusividad de la manera más genuina, ofreciendo experiencias inmortales y la certeza de haber vivido algo que pocos siquiera imaginan.

 

Más información: https://www.vivemalasia.es/borneo/