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UNA PUERTA AL PASADO MEDIEVAL DE LLERENA

Este emblemático acceso al casco urbano, último vestigio de la antigua muralla, invita a descubrir la riqueza histórica y cultural de una de las localidades más bellas de Extremadura.

 

 

De las cuatro grandes puertas que conformaban la muralla que custodió Llerena, la Puerta de Montemolín es la que se conserva íntegra. Este monumento es uno de los accesos más emblemáticos de su recinto amurallado, alzándose como un testigo del tiempo y como punto de partida ideal para explorar la riqueza patrimonial de esta joya extremeña.

Enclavada en el casco histórico de Llerena, la Puerta de Montemolín es el más claro vestigio arquitectónico que conserva la localidad de las cuatro puertas que conformaban su muralla. Esta es una ventana al pasado que os transportará a un momento clave en la historia de este pequeño rincón de la Campiña Sur, cuando la localidad fue una plaza estratégica durante la Edad Media.

La Puerta de Montemolín se nos presenta como una portada de cantería conformada por un arco de medio punto sobre el que se dispone una inscripción acorde a su construcción y el escudo del rey Felipe II. Dicha puerta esta rematada con un templete de ladrillo con pintura al fresco de la Inmaculada Concepción.

Más allá de su valor histórico, la Puerta de Montemolín es el punto de inicio perfecto para recorrer el entramado urbano de Llerena, donde se pueden admirar joyas arquitectónicas como la Plaza Mayor, la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada o el Palacio Episcopal.

Además, la localidad ofrece una experiencia única a los viajeros que buscan sumergirse en la historia, el arte y la gastronomía extremeña. Con un encanto que cautiva a cada visitante, Llerena se consolida como un destino imprescindible para los amantes del turismo cultural e histórico.

 

Más información: turismo.llerena.org

VIVE LA TRADICIÓN MEXICANA SIN SALIR DE MADRID

Una experiencia que combina el encanto de un hotel boutique con la tradición mexicana del Altar de Muertos en la Casa de México, abierto del 4 de octubre al 9 de noviembre.

 

 

El Hotel Meninas, situado en pleno corazón de Madrid, propone una escapada singular para descubrir una de las tradiciones más emblemáticas de México: el Día de Muertos. Durante esta temporada, la Casa de México en España acoge su espectacular ‘Altar de Muertos’, ofreciendo a visitantes y viajeros la oportunidad de sumergirse en esta colorida celebración mientras disfrutan de una estancia con todo el encanto madrileño.

El Día de Muertos es una de las festividades más reconocidas de México, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Cada año, la Fundación Casa de México en España transforma sus espacios con un impresionante ‘Altar de Muertos’, que en esta edición podrá visitarse del 4 de octubre al 9 de noviembre.

Este altar no solo honra a quienes ya partieron, sino que también recuerda la vida. En esta edición, titulada ‘Cabaret, El recuerdo’, tiene sus raíces en las primeras décadas del siglo XX y que llegó a México como una forma de entretenimiento nocturno en cafés y salones. Una manera especial de recordar cantando y bailando a los seres queridos.

Una visita a esta actividad es la excusa perfecta para conocer Madrid y alojarse en el Hotel Meninas. Su atmósfera elegante y sus 37 habitaciones con encanto ofrecen el marco perfecto para disfrutar de un viaje que aúna cultura, tradición y hospitalidad. Este alojamiento cuenta con una ubicación privilegiada a escasos minutos de la arteria principal de la ciudad, la Gran Vía y del Palacio Real.

Además de la experiencia en la Casa de México, los huéspedes del Hotel Meninas podrán aprovechar para recorrer algunos de los rincones más emblemáticos de la ciudad, desde teatros y museos hasta la vibrante oferta gastronómica madrileña.

De este modo, el Hotel Meninas se convierte en el punto de partida ideal para quienes buscan vivir un viaje diferente, donde la tradición mexicana y la esencia de Madrid se encuentran en un mismo plan.

 

 

Más información y reservas:

https://www.hotelmeninas.es/

¿SABÍAS QUE EL MEJOR MARISCO SE COME EN BAENA?

La II Fiesta del Marisco, el próximo 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre trae a Baena marisco fresco, precios populares, zona infantil y mucha diversión.

 

El éxito de la primera edición, por la que pasaron unas 5000 personas a lo largo de la feria celebrada en los salones Espartero, ha sido el impulso necesario para decantarse por repetir una nueva edición en la que no faltará el mejor producto del mar. Del 31 de octubre al 2 de noviembre, Baena se convierte en la capital del marisco. Una excusa perfecta para escaparse a este rincón de Córdoba para ‘pegarse’ una buena mariscada en compañía de amigos y familia, disfrutando de música en directo y actividades para los más pequeños. Aquí nadie se queda sin pasar un rato agradable comiendo y bebiendo bien, bailando y riendo.

Los horarios para disfrutar de esta feria serán de 13:00 a 18:00 y de 20:30 a cierre el viernes 31 de octubre y sábado 1 de noviembre. El domingo 2 de noviembre, los visitantes pueden acercarse a saborear una buena ración de marisco de 13:00 a 18:00. No faltará el tardeo con la mejor música de los 80 y los 90. La sede para esta feria son los Salones Espartero, que dispone de parking gratuito para que todo aquel que lo desee pueda acercarse a pasar una jornada de lo más amena disfrutando de marisco fresco, un buen vino y la mejor compañía.

 

 

Más información enhttps://baenaturismo.com/

www.baena.es

UN OTOÑO DE LUCES Y CONTRASTES EN CEE

Un destino que se viste de naranja y ocre, creando un escenario singular donde disfrutar de naturaleza, gastronomía y patrimonio.

En el alma de la Costa da Morte, Cee es ese rincón donde el otoño se despliega en silencio, dibujando con pinceladas cálidas un paisaje que invita a la pausa y el recogimiento. Aquí la naturaleza susurra y se hace presente en cada instante, en cada atardecer que se vive con la delicadeza de un secreto compartido.

El otoño transforma Cee en un lugar perfecto para quienes desean disfrutar de la Costa da Morte a otro ritmo. Este destino ofrece al viajero una atmósfera sensacional para disfrutar de unos días rodeados de naturaleza.

Con salida al mar, y arropado por varios montes, Cee ofrece una geografía de contrastes. Desde el Mirador de Gures, el cielo se transforma en un lienzo único cada día. Los atardeceres nunca se repiten: ocres, dorados y rojos que arden con la luz menguante del sol se funden con la brisa fresca del otoño para crear un momento de pura poesía visual, efímero e inolvidable.

En el Monte de Banle (Ameixenda), la calma se siente en la tierra y en el aire, un espacio donde respirar profundo y sentir el latido sereno de la naturaleza. Un refugio para quienes buscan desconectar y reconectar, o para quienes saben que hay belleza en la quietud y en la contemplación. Desde allí se puede observar Cabo de Fisterra, el Monte Pindo, las islas Lobeiras y los Carrumeiros.

La playa de Estorde ofrece un espectáculo que va más allá de lo cotidiano. Al caer la noche, la Vía Láctea se despliega como una bóveda celestial, un techo de estrellas que arropa el firmamento con una pureza y una grandiosidad que sobrecogen. Allí, en ese silencio estrellado, el alma encuentra su hogar.

Y en Lires, el mar y el cielo dialogan en un eterno vaivén, donde los últimos destellos del día se mezclan con la sal y el viento. En este rincón el tiempo parece detenerse, el otoño susurra y la noche se abre para mostrar su manto estrellado.

Cee no es solo un destino, es también un encuentro íntimo con la naturaleza y con uno mismo. Un lugar donde el otoño y las estrellas se conjuran para regalar experiencias que permanecen, como huellas en el alma.

 

Para más información: https://www.turismodecee.es/es/

CINCO DÉCADAS DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO EN VITORIA

El teatro es la excusa perfecta para viajar a la capital alavesa y disfrutar de su gastronomía, tradición y hospitalidad.

 

El Festival Internacional de Teatro de Vitoria-Gasteiz se consolida tras cincuenta años de historia como el motor de las artes escénicas de la región. Un espacio donde impulsar diferentes géneros teatrales, desde el teatro clásico hasta el más vanguardista. Unos días en los que la ciudad vivirá el arte en cada rincón. Para esta ocasión, el Gran Hotel Lakua será un perfecto remanso de paz donde alojarse y descansar.

Un año más, y van cincuenta ediciones, el Festival Internacional de Teatro volverá a la ciudad de Vitoria-Gasteiz para deleitar a los amantes de este arte. Entre los meses de octubre, noviembre y diciembre, la capital alavesa será el epicentro de la cultura durante la celebración de este certamen, que combinará actuaciones clásicas con alguna más vanguardista.

Durante sus cinco décadas de existencia, el certamen ha abierto las puertas de la cultura a miles de personas pertenecientes a distintas generaciones, conformando hoy un público fiel que colma los teatros de la ciudad en cada edición.

Este año se ha preparado de una manera especial, con un programa lleno de actividad manteniendo la calidad de ediciones anteriores, pero con el espíritu que caracteriza este festival. Una adaptación a los nuevos tiempos con 41 espectáculos y 51 representaciones, entre ellos 12 estrenos de compañías locales.

Vitoria-Gasteiz tendrá así un nuevo reclamo para quienes disfrutan con una buena interpretación artística. En esta ocasión, qué mejor que alojarse en el único hotel cinco estrellas de la ciudad para completar la experiencia. El Gran Hotel Lakua ofrece a sus huéspedes unas instalaciones preparadas para cuidar a los viajeros con los mejores servicios; una gastronomía tradicional con producto local, un descanso renovador o una experiencia de Spa con la que relajarse, ¿ qué más se puede pedir?

Con esta edición tan especial, el Festival Internacional de Teatro de Vitoria-Gasteiz no solo celebra su medio siglo de vida, sino que reafirma su compromiso con la cultura, la innovación y el encuentro entre artistas y público. Una cita ineludible para quienes desean vivir el teatro en todas sus formas y sentir cómo el arte transforma la ciudad en un auténtico escenario.

 

 

Para más información:www.granhotelakua.com

UN PLACER MICOLÓGICO QUE SÓLO PUEDES VIVIR EN CASTILLA-LA MANCHA

Llegado el otoño, esta tierra recibe a miles de amantes de la micología que, impresionados por la belleza de estos parajes, disfrutan más si cabe de su afición.

 

 

Castilla-La Mancha no es solo la tierra del Quijote y sus molinos; es un vasto lienzo de sierras y montes que, con la llegada de las brumas y el frío, se transforma en un paraíso micológico insospechado. Es un mapa de texturas y sabores, donde los verdaderos tesoros no brillan, sino que se esconden bajo el manto de la hojarasca, esperando ser descubiertos.

La riqueza paisajística de la región, que abarca desde los Montes de Toledo hasta la imponente Sierra del Segura de Albacete, pasando por la Alcarria y la Serranía de Cuenca, crea un ecosistema perfecto. En este crisol de biodiversidad, encontramos joyas gastronómicas que elevan cualquier mesa a la categoría de festín: el vibrante níscalo, la delicada seta de cardo, el humilde y potente champiñón silvestre, la nobleza del boletus, el exótico rebozuelo y la sutil seta de pie azul. Son el secreto mejor guardado de su cocina.

Rutas Micológicas de Ensueño: De Guadalajara a la Sierra de San Vicente

La travesía comienza en Guadalajara, donde la elegancia y la tradición se dan la mano en Sigüenza. Esta localidad es un epicentro para el amante de las setas, que celebra con festivales y jornadas la llegada de este manjar, ofreciendo una plétora de restaurantes especializados en la cocina micológica. A un paso de allí, el Parque Natural del Barranco del Río Dulce nos regala una experiencia inmersiva, con una diversidad de variedades en un entorno de belleza conmovedora.

Descendiendo hacia el sur, la provincia de Toledo nos recibe con la Sierra de San Vicente, un majestuoso territorio de montañas y bosques, perfecto para la recolección entre pinares y encinares. Al sur de la provincia, los Montes de Toledo son el lugar ideal para encontrar clásicos como la seta de cardo y el níscalo.

Con su clima de otoños e inviernos fríos y húmedos, y un paisaje montañoso tapizado de extensos bosques, Cuenca es el hogar natural de incontables hongos comestibles. Pero si hay un lugar que personifica la maestría del hongo, ese es Villanueva de la Jara. Esta localidad fue pionera en la década de los 60, convirtiéndose en la primera en cultivar champiñón de forma profesional en España.

Medio siglo después, el champiñón es un reclamo turístico en sí mismo, añadiéndose a su ya rico patrimonio cultural. Las cifras hablan de su liderazgo: Cuenca es la primera provincia española productora de champiñón, concentrando más del 54% de la producción nacional, y Villanueva de la Jara produce anualmente unos 5 millones de kilos de champiñón y 800.000 kilos de setas. Visitar una de sus empresas cultivadoras es adentrarse en la alquimia de este manjar, conociendo el proceso desde la creación del sustrato o compost hasta la recolección, una auténtica experiencia para los sentidos.

Ningún amante de la micología puede obviar la provincia de Albacete. En el corazón de la Sierra del Segura, dentro del Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, se esconde Molinicos, que alberga el fascinante Museo Micológico «Casa del Níscalo».

Este rincón de Albacete es el punto de partida ideal para explorar parajes ineludibles como Yeste, Riópar, Ayna, Liétor, Letur, Férez o Socovos. En cada uno de estos municipios, el viajero encontrará no solo una naturaleza increíble e inolvidable, sino también un bar o restaurante donde poner el broche de oro al día degustando sus delicias micológicas.

Castilla-La Mancha nos invita a una búsqueda pausada y refinada de estos elixires de la tierra, probando que la auténtica sofisticación reside en la sencillez y la excelencia de lo que la naturaleza, con generosidad, nos ofrece.

 

 

Más información: https://www.turismocastillalamancha.es/