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El Castillo de la Trinitat de Roses entra en una nueva dimensión virtual

El 14 de septiembre se estrena la atractiva ‘museización’ de esta fortaleza militar del siglo XVI con una jornada gratuita de puertas abiertas

 

El castillo de la Trinitat de Roses ya no será más lo que era. Un año después de anunciarse, el ambicioso e innovador proyecto de ‘museización’ de este fortín de artillería, apoyado en las nuevas tecnologías, se ha convertido en realidad. Imágenes en 3D, audiovisuales o recreación virtual de paisajes y escenarios harán mucho más espectacular la visita a este auténtico icono patrimonial rosense ayudando a una mejor comprensión de lo que ha supuesto históricamente para esta localidad de la Costa Brava.

 

     Ya hay una nueva e importante excusa para visitar Roses en otoño: descubrir y disfrutar de su castillo de la Trinitat desde otra perspectiva mucho más mágica, lúdica y amena, gracias al proceso de museización iniciado hace un año que verá la luz el sábado, 14 de septiembre, con una jornada gratuita de puertas abiertas que arrancará a las 17.30 horas.

La aplicación de las nuevas tecnologías –con imágenes en 3D, audiovisuales o la técnica del matte painting, recreación de paisajes y escenarios– ha permitido dotar a la museografía virtual del castillo de una nueva dimensión de espectáculo sin perder la rigurosidad didáctica en aras de una comprensión más fácil de lo que esta fortaleza militar del siglo XVI ha supuesto históricamente para la localidad rosense. Y todo ello, apoyado también en exposiciones con piezas originales y réplicas, plafones y soportes más tradicionales.

 

El proyecto, que ha contado un presupuesto de 622.000 euros, permite a los visitantes interpretar mucho mejor lo que significó la ingeniería militar de este fortín de artillería en forma de estrella de cinco puntas, con muros de más de dos metros de grosor y dotado de tres terrazas a diferentes alturas, para baterías de cañones, obuses y morteros. Y pone en valor su estratégica ubicación –sobre un promontorio a 60 metros sobre el nivel del mar– para proteger el puerto y la costa

La recreación del castillo de la Trinitat ha sido dividida en cinco ámbitos: Fronteras marítimas y terrestres muestra la importancia geoestratégica del puerto de Roses y su decisivo papel en las funciones defensivas de frontera en los Pirineos, entre los siglos XVI y XX. Fortaleza de artillería pone en valor la labor de los ingenieros en la construcción de fortines. Funcionamiento del Castillo explica los diferentes tipos de artillería, pólvora, munición y armas portátiles. Soldados, batallas y asedios desgrana la organización interna de las tropas y también las más importantes batallas o asedios. Y Vida cotidiana en la fortaleza da cuenta de cómo transcurría el día a día dentro del fortín, desde la alimentación a la higiene o incluso las supersticiones y creencias de los militares.

 

         Más información en http://es.visit.roses.cat

 

Castelló de la Plana regresa a la Edad Media para celebrar sus orígenes

 

Del 6 al 8 de septiembre la capital de la Plana cumple 768 años y propone un apasionante viaje en el tiempo de 8 siglos con grandes alicientes

 

Justas medievales gratuitas, desfiles, música y exhibiciones aéreas darán un aire distinto a la capital de la Costa de Azahar. Durante tres días, la ciudad invitará a sumergirnos en el túnel del tiempo para revivir aquel histórico 1251 en que el rey Jaume I autorizó su traslado desde lo alto del cerro de la Magdalena a la fertil llanura, génesis de la actual Castelló de la Plana. Por cuarto año consecutivo, castellonenses y visitantes vibrarán con un intenso programa de actividades para disfrutar en familia. ¡Que empiece la fiesta!

 

Aunque hoy día es una ciudad mediterránea cuyas tres playas –Del Pinar, Gurugú y Serradal– son acariciadas a diario por las plácidas aguas del Mare Nostrum, Castelló se gestó en la montaña, como lo testimonian los restos de un castillo de origen árabe –el Castell Vell– y una posterior ermita, en el cerro de la Magdalena. Pero hace ocho siglos, la historia castellonense dio un giro radical cuando, reconquistada por los cristianos, la ciudad dejó sus agrestes orígenes para crecer y consolidarse en esa fertil Plana que se extendía hacia el mar.

 

De aquella carta de naturaleza otorgada por el rey Jaume I en 1251 se cumplen ahora 768 años. Y el Ayuntamiento de Castelló de la Plana lo celebra por cuarto año consecutivo con las llamadas Fiestas Fundacionales, tres intensos días –del viernes 6 al domingo 8 de septiembre– que suponen un apasionante viaje de retorno al pasado, ¡a la Edad Media!

Los actos darán comienzo a las 17.00 horas del viernes, con una recreación histórica de usos y costumbres de la época medieval y un desfile de época en la plaza de toros. Rematará esta jornada inicial un concierto en la plaza Major a cargo de Alejo Stivel, la voz de Tequila.

 

La gran novedad de este año es el hermanamiento de Castelló con Japón a través de una propuesta histórico-gastronómica que acogerá la plaza de Santa Clara: ‘Descubre Japón a través del te’. El sábado, de 11.00 a 12.30 horas, mostrará sus posibilidades en la cocina mediterránea, con la participación de una delegación japonesa acompañada del prestigioso chef local Miguel Barrera, que atesora una estrella Michelin. Por la tarde, de 18.30 a 20.00 horas, estos mismos anfitriones presentarán ‘La historia del té en Ube y sus propiedades’.

La jornada sabatina deparará otros grandes espectáculos, como el Desfile de los Caballeros de la Conquista (18.30 horas) desde la plaza Mayor hasta la plaza de toros, donde a las 19.00 horas tendrán lugar unas justas medievales, gratuitas. Y a la puesta de sol, la ciudad vibrará con varias microescenas historicas que se desarrollarán en la plaza Tetuan, en la Porta del Sol y frente a la concatedral de Santa María.

 

El domingo arrancará con una apasionante jornada aérea en el aeródromo de Castelló, que se sumará a la fiesta con exhibiciones de salto, bautismos del aire, simulador de vuelos, vuelo de drones y exhibiciones de aeromodelismo, desde las 09.00 hasta las 14.00 horas.

 

Por la tarde, un nuevo desfile histórico por la avenida del Rey Jaume I y otro espectáculo de justas medievales pondrán broche de oro a las Fiestas Fundacionales castelloneses.

 

   Más información en la web: https://www.castellonturismo.com/

 

Recuerdos, nostalgia y rincones para soñar la noche del 24 de agosto

Música de cualquier época para evocar los mejores momentos del pasado con luces, bailes y disfraces en los lugares con más historia de Uruguay

 

Subirse en la máquina del tiempo y aterrizar en los frenéticos años 80’ está al alcance de la mano en Uruguay. Desde hace más de cuatro décadas el país austral realiza cada 24 de agosto la Noche de la Nostalgia, una fiesta nacional que reúne a todos los uruguayos para rememorar los grandes momentos del pasado tanto musicales como históricos. Porque la nostalgia uruguaya no se vive solo una noche al año. Durante todo el mes se puede trasladar hasta la época colonial, dejarse deslumbrar por el Art Decó de los años 30 o vivir la magia de ese día al ritmo del tango. Bailes, historia y muchas ganas de pasarlo bien son la receta para recorrer el país austral y vivir una noche, y un mes, sacados de otra época.

 

Traer a la memoria y al corazón aquello que es especial para cada uno es el objetivo de la Noche de la Nostalgia uruguaya que se celebra cada 24 de agosto. Bailes, disfraces, fiestas privadas o perderse por los rincones históricos del país. Porque no solo se trata de una noche al año, sino de un mes cargado de recuerdos y perfecto para recorrer el país. El mes de agosto es perfecto para viajar en el tiempo, y ya puestos en el espacio, y celebrar una velada inolvidable en un país de ensueño de la mano de los Beatles, los Rolling, ABBA. Mecano, Queen o las Spice Girls.

 

Tu Fiesta de la Nostalgia aquí: https://bit.ly/30WNjKe

 

Rincones que no hay que perderse

 

Dejarse atrapar por la magia que desprende Colonia de Sacramento, la ciudad fundada por los portugueses en 1680. Pasear por la nostálgica calle de los suspiros, visitar la Puerta de la ciudadela o ir hasta Chonchillas para deleitarse con sus construcciones de piedra con sus techos a dos aguas de color rojo.

Si lo tuyo es la historia bélica es visita obligada ver la Fortaleza de Santa Teresa y el Fuerte de San Miguel en Rocha, dos de los lugares patrimoniales más singulares que tiene Uruguay.  Remontándose hasta 1762, los muros de la Fortaleza fueron construidos con una doble pared de piedra de sillería unidos por estribos cuyo espacio fue rellenado con tierra y cascotes para resistir los disparos de la artillería enemiga. Por su parte, el Fuerte fue levantado en 1734 por los españoles y fue objeto de disputa entre ellos y los portugueses durante años. Conservado en perfecto estado, en la actualidad se reproducen los ambientes en los que vivieron sus ocupantes.

 

Para los soñadores del Art Decó su destino está en Montevideo, una de las mejores ciudades del mundo para disfrutarlo. Solo en la Ciudad Vieja se puede realizar un recorrido que dejará satisfechos hasta a los más exigentes amantes de este movimiento cuyo esplendor se vivió entre 1925 y 1940. Algunos de los hitos imperdibles del Art Decó montevideano son el Bazar Mitre (1929), el Palacio Díaz (1931), el Edificio Artigas (1940) y por supuesto el mitológico Edificio Mc Lean (1931) con sus puertas en los que pueden verse temas relacionados con el zodíaco.

Sobre gustos no hay nada escrito, por eso, aunque la Noche de la Nostalgia se caracterice por la música disco de la década de los 60’, 70’, 80’ y 90’ también se puede vivir esta curiosa celebración uruguaya al compás del tango. Recorrer Tucuarembó, el departamento que vio nacer a Carlos Gardel, evocar la voz del Mago, o escaparse a Valle Edén se pueden convertir en un sueño hecho realidad para aquellos a los que se les encienda el alma al ritmo tres por cuatro.

 

En medio del auge del swing, en la década de los años 30’ y 50’, la celeste se alzó con la copa de América y fue la primera campeona del mundo. Años felices e historia escrita con membretes de oro sentaron las bases de una pasión por este deporte que ha crecido con el paso de los años. En Montevideo se encuentra el Estadio Centenario, inaugurado el 18 de julio de 1930 y con capacidad para 60.000 espectadores. Allí también está el Museo del Fútbol, con una colección de objetos de algunos de los momentos más emblemáticos del fútbol uruguayo.

Y para los amantes del mundo del toreo, también existe un lugar en el país austral en el que rememorar la época en la que los grandes maestros españoles acudieron a sus plazas a exhibir su repertorio de verónicas y chicuelinas. Con el paso de los años, el interés y las protestas animalistas hicieron que la práctica fuera prohibida lo que desenamoró en el vacío y deterioro del edificio monumental de la Plaza de toros Real de San Carlos. Actualmente se quiere recuperar este espacio para realizar espectáculos deportivos y artísticos.

 

Eventos de todo tipo y color, en grandes fiestas o en espacios más íntimos, buscando historia o simplemente música y jarana. Sea como fuere se trata de un mes con una sola consigna: traer a la memoria y al corazón aquello que fue especial para uno. Evocar otros tiempos, bailar sin preocupaciones las canciones que llenan el espíritu y viajar por un país cargado de historia es el plan perfecto para sentir muy dentro los 31 días más nostálgicos del año.

 

Más sobre Uruguay: www.uruguaynatural.com

Los ‘Moros y Cristianos’ regresan para conquistar Villena

Declarada de Interés Turístico Nacional, la fiesta de Moros y Cristianos de Villena vuelve a la ciudad de la mano de más de 10.000 participantes

 

Túnel del tiempo, viaje por la historia, la de aquellos años de grandes gestas, hazañas, alguna que otra derrota y, por supuesto, más de una victoria. Tiempo de conquistas y reconquistas que se materializa un año más, del 4 al 9 de septiembre, en la localidad alicantina de Villena. La capital del Alto Vinalopó celebra su tradicional festejo de Moros y Cristianos. Declarada de Interés Turístico Nacional, la fiesta es una alegre eclosión de colores, de júbilo y música, que llena las calles de la ciudad durante cinco días en una multitudinaria representación en la que participan más de 10.000 personas vestidas de moros, estudiantes, cristianos, piratas o labradores.

Contemos hacia atrás. Una aguja de reloj retrocede hasta el año 711, y se detiene aquí, entre sonidos de espadas, el silbido del viento cortado por las lanzas, dagas chocando entre ellas y escudos protegiendo sus cuerpos. Los árabes tomaban, allá por esos años de duras batallas, la antigua Hispania. Sería en el 722 cuando comenzaría aquella otra gran gesta. La que inicia libros de texto e historias de grandes hazañas: la Reconquista, otra huella en la historia que tuvo su fin en el año 1492, coincidiendo con el final de Reino Nazarí en Granada.

 

Un retroceso temporal sobre nuestros propios pasos y que, a día de hoy, mantenemos deambulando en un presente lleno de acontecimientos pasados que no se olvidan. Las Fiestas de Moros y Cristianos vienen celebrándose desde el siglo XVII permitiendo hacer una espectacular ruta por parte de la península ibérica. Una de las grandes citas que rememoran este tiempo de la historia es la de Villena. La capital del Alto Vinalopó celebra del 4 al 9 de septiembre sus Fiestas de Moros y Cristianos, declaradas de Interés Turístico Nacional.

 

Música, júbilo y una alegre eclosión de colores, capas púrpuras, turbantes rojizos con ese tono cobrizo que deja destellos de siglos pasados por las calles de una ciudad que esconde grandes tesoros. Guerreros, labradores, feroces moros contra cristianos y viceversa, protagonizan un escenario sin igual en una localidad que deja su presente para convertirse durante 5 días en un escenario de lucha, arcabucería, pérdida y recuperación de un castillo que simboliza la población y la conversión al cristianismo rememorando hechos históricos ocurridos durante la Historia de España.

 

Esta celebración es una de las más antiguas y tradicionales del panorama nacional. Además, el festejo se caracteriza por ser una de las que más asistentes congrega en torno a su programación y actividades llegando a alcanzar la cifra de 10.000 participantes en su desfile más emblemático.

Viaje al pasado a través de un sinfín de actividades

 

La Fiesta de Moros y Cristianos de Villena encuentra su origen en 1474, cuando la Virgen de las Virtudes, abogada contra la peste, fue proclamada patrona de la ciudad. Su imagen fue colocada en un Santuario construido a 7 kilómetros de la localidad alicantina, al que los ciudadanos hicieron voto de acudir dos veces al año, una en marzo y otra el día 8 de septiembre. Actualmente es la imagen de la patrona la que es traída cada año en romería a Villena para que presida las fiestas en su honor.

En Villena existen 14 comparsas, siete del bando moro y otras siete del cristiano compuestas cada una de ellas por varios cientos de participantes de ambos sexos. Las Fiestas de Moros y Cristianos actuales son el resultado de la fusión de tres festividades diferentes.

 

  • La Fiesta Patronal, representada por la Procesión, romería y misas principalmente; siendo la fiesta más antigua ya que data de finales del siglo XV.
  • La Fiesta Militar o alarde, cuyo origen está en la antigua Milicia del Reino, denominada después soldadesca, que participaba en la fiesta patronal desde el siglo XVII. El acto más representativo y espectacular del elemento militar son los desfiles, especialmente La Entrada y la Cabalgata, en los que participan todos los festeros con magníficos trajes y a ritmo de marchas moras, marchas cristianas o pasodobles compuestos para las fiestas. En Villena, la soldadesca ya participó en las romerías de 1638.
  • La Fiesta de Moros y Cristianos propiamente dicha consiste en la lucha, conversión del moro al cristianismo, rememorando hechos históricos ocurridos durante la Historia de España. En Villena es el elemento más moderno, añadido en el primer tercio del siglo XIX.

 

Cinco días de magia, color, sonido, una historia muy presente, una cita ineludible en el calendario de septiembre. Una fiesta para vivir, para recordar, para volar en el tiempo…

 

Diez pistas para descubrir la más pura esencia talayótica de Menorca

Más de 1.500 yacimientos arqueológicos en apenas 700 km2 dan idea de la importancia de la cultura talayótica menorquina. Y en especial de la taula, monumento único en el mundo

 

Navetas, talaiots, taulas, poblados y necrópolis constituyen la esencia de la cultura talayótica, una de las principales señas de identidad de Menorca y que nos remiten a la prehistoria de la isla. Un conjunto de monumentos construidos entre dos milenios: del año 2.300 a.C. hasta la conquista romana en el 123 a.C. Más de 1.500 yacimientos diseminados a lo largo de todo el territorio pero perfectamente integrados en el paisaje menorquín. De ellos destacan una decena, ideales para descubrir esta cultura y admirarla relajadamente tras los chapuzones en las mil y una playas y calas de esta isla balear, Reserva de la Biosfera.

 

     En Menorca el paisaje tiene un elemento natural que entronca con su cultura e historia: las piedras. Ellas son la materia prima de un patrimonio arqueológico de incalculable valor e único en el mundo, que supone el más fiel testimonio de los primeros moradores de la isla, cuyos vestigios más remotos nos llevan a un viaje de regreso al pasado de más de cuatro milenios: hasta el año 2.100 antes de Cristo.

 

Las navetas funerarias, construcciones para enterramientos colectivos en forma de nave invertida; los poblados de navetas domésticas y los poblados con espacios de habitación con diferentes estructuras arqueológicas como los talaiots, torres troncocónicas destinadas a la vigilancia y como hito en el territorio; los recintos de taula, que tenían asignada una función ritual y en cuyo interior se ubica una estructura formada por una columna y un capitel en forma de T; o los enterramientos en cuevas, generalmente en barrancos, llegando a crear auténticas necrópolis, constituyen la base de la llamada cultura talayótica, una de las principales señas de identidad culturales de Menorca.

 

De los más de 1.500 yacimientos arqueológicos diseminados por los 700 km2 de superficie que tiene la isla hay una de decena de ellos imprescindibles para descubrir y admirar la más pura esencia de la Menorca prehistórica.

     1–Naveta des Tudons. A 9 kms de Ciudadela. Es el auténtico icono de la cultura talayótica menorquina gracias al excelente estado de conservación con el que ha llegado a nuestros días como a sus características tipológicas, que lo convierten en una construcción única en el mundo. Un tipo de tumba que solo se encuentra en esta isla. En su interior se hallaron restos de más de un centenar de individuos, junto con ajuares y pequeños recipientes de cerámica donde se depositaban las ofrendas. Fue construida uniendo piedras de dimensión media encajadas en seco, sin mortero.

 

     2–Torre d’en Galmés. En la carretera de Alaior a Son Bou. El poblado talayótico mejor conservado de Menorca, con sus 5 hectáreas, ubicado sobre una colina desde la que se domina la zona sur de la isla. De entre sus numerosas casas la más monumental es la conocida como ‘Círculo Cartailhac’. También puede admirarse su sistema de recogida de agua de lluvia, con aljibes de diferentes dimensiones. Asimismo destaca por su alto grado de conservación una de las salas hipóstilas utilizadas como almacén y varias cuevas con diferentes usos. Antes de llegar al poblado se halla el Centro de Interpretación, que recrea con imágenes y objetos la vida en el poblado.

     3–Poblado talayótico de Trepucó. Unos 2 kms al sur de Maó. Uno de los más grandes de la isla. Se conservan dos talayots, una parte de la muralla con dos torres cuadradas, restos de viviendas y uno de los más monumentales recintos de taula de la isla. El talayot mayor y la taula se localizan en el centro de una fortificación de planta en forma de estrella, construida en el s. XVIII.

 

4–Talatí de Dalt. Por un desvío a 4 kms de Maó en la carretera principal que lleva a Ciudadela. Poblado talayótico con uno de los recintos de taula más monumentales y bellos de la isla. Tiene una configuración muy particular porque una columna y su capitel se apoyan sobre el lateral de la T central, caídos accidentalmente. También destaca su conjunto de casas que conservan su cubierta de losas colocadas de forma radial, sustentadas por columnas.

5–Torralba d’en Salort. Por la carretera de Alaior a Cala’n Porter. Poblado prehistórico en el que se encuentra el recinto de taula mejor conservado de la isla, con una T que alcanza los 5 metros de altura, además de un hipogeo, una sala hipostila y restos de talayots y otros elementos.

 

6–Necrópolis de Calescoves. En la carretera de Sant Climent a Cala’n Porter. Espectacular conjunto de cavidades –más de noventa– excavadas en las paredes de los barrancos y la costa, utilizadas para enterrar a los muertos. Además, desde el siglo IV a.C. hasta el VI d.C fue importante lugar donde fondeaban los barcos de las potencias comerciales del Mediterráneo.

 

7 –Necrópolis de Cala Morell. A unos 12 kms al norte de Ciudadela. Este conjunto de 14 cuevas excavadas en un barranco es uno de los más espectaculares cementerios prehistóricos de la isla, en una cala de gran belleza, entre acantilados.

8–Navetas de Rafal Rubí. Cerca de Alaior, a unos 4 kms de Maó por un desvío desde la carretera Me-1. Dos tumbas parecidas a la des Tudons pero más pequeñas y la particularidad de estar muy próximas una de la otra. Dos tumbas colectivas con una losa perforada de acceso a la cámara interior.

 

9–Cornia Nou. Situado en Maó, se accede desde la carretera que conecta con el aeropuerto. Conserva dos talayots de diferente tipología: el menor presenta un corredor cubierto de losas que lo atraviesa diametralmente y está articulado con una muralla. Se cree que fue la entrada al poblado. El talayot grande, que supera los 10 metros de altura, conserva imponentes escaleras en la parte superior y, adosados a su base, se pueden apreciar espacios de manipulación de alimentos.

 

10–Poblado talayótico de Binissafullet. Por la carretera de Sant Lluís a Binissafúller. Pequeño poblado que destaca por la variedad de restos que conserva y los acebuches que lo envuelven. En medio del recinto resalta un talayot de planta circular y un recinto de taula restaurado en 1990.

 

Al margen de estos 10 monumentos, para complementar cualquier aproximación a la cultura talayótica es de obligada visita el Museo de Menorca, en el antiguo convento de Sant Francesc, en Maó, que alberga piezas prehistóricas halladas en las excavaciones arqueológicas; y también el Museo Municipal de Ciudadela, ubicado en el palacio Can Saura, con una exposición sobre la prehistoria de Menorca, con la particularidad que en su interior pueden verse los restos de una excavación de tumbas musulmanas aparecidas en la remodelación del edificio.

 

Más información en www.menorca.es

 

Castell Vell, un viaje de 10 siglos a los orígenes de Castelló de la Plana

De agosto a noviembre hay visitas guiadas gratuitas de carácter familiar a este fortín andalusí, en un cerro, donde se gestó la ciudad antes de trasladarse a la Plana en el s. XIII

Aunque ahora es una capital mediterránea, que acaricia el mar desde el Grau, Castelló se gestó tierra adentro, en lo alto del cerro de la Magdalena. Allí, en el siglo XI, había un castillo almohade que fue reconquistado por el rey Jaime I, quien en 1251 autorizó el traslado de la población al fértil llano, la Plana. Descubrir cómo era la vida allí, sus leyendas y anécdotas, es la esencia de ‘El castell contat’ una visitas muy especiales, pensadas para un público familiar, que podrán realizarse los últimos domingos de agosto a noviembre, de 10.00 a 11.30. Hay también visitas guiadas los primeros domingos de mes, hasta diciembre.

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La historia de Castelló de la Plana es, sin duda, muy especial. Sus orígenes no están donde ahora pueden ver los visitantes que acuden a ella, muy cerca del mar y en una zona rodeada de huertas sino en la agreste montaña. Allí, en el cerro de la Magdalena, donde cada primavera transcurre la romería hasta su ermita que supone el momento culmen de sus fiestas tradicionales, se alzan también los restos de un castillo almohade: el Castell Vell. Aquí empezó todo…

 

Este castillo musulmán fue reconquistado por las tropas del rey Jaume I en 1233 pero en menos de dos décadas se dieron cuenta que las condiciones de vida en aquel lugar tan agreste no eran las más indicadas. Por ello el propio monarca autorizó en 1251 que la población se trasladara a un lugar mucho más fértil, la alquería de Benirabé. Allí la ciudad fue creciendo y consolidándose a orillas del Mediterráneo. Se estaba gestando Castelló… de la Plana.

 

Para conocer toda esta apasionante historia, el MUCC, Museu de la Ciutat de Castelló, ha organizado unas visitas destinadas a un público familiar denominadas ‘El castell contat’. Y durante hora y media, propone un viaje en el tiempo de diez siglos, hasta el siglo XI, para conocer de forma muy amena, con historias, leyendas y anéctodas, cómo era la vida en el Castell Vell. Estas visitas, para un máximo de 35 personas, se realizarán los últimos domingos de mes, de 10.00 a 11.30 horas. El 25 de agosto (en valenciano), 29 de septiembre (castellano), 27 de octubre (valenciano) y 24 de noviembre (castellano). Son gratuitas pero es necesario hacer reserva previa llamando al teléfono 964.239.101 o mandando un email a: info@mucc.es

Al margen de estas visitas hay otras guiadas, para el público en general, los primeros domingos de mes: 1 de septiembre (nocturna, a las 20.00 horas), 6 de octubre, 3 de noviembre y 1 de diciembre, estas últimas a las 11.00 horas. Estas visitas son gratuitas pero precisan reserva previa llamando al 964.358.688 o mandando un email a: castellon@touristinfo.net. Además, durante todo el año el Castell Vell y su Centro de Interpretación puede visitarse de martes a domingo con visita autoguiada (a través de señales de parada y folletos guía) o mediantes audioguías, con un plano del itinerario.

El recorrido consta de seis paradas bien señalizadas: 1-Estructura del Castell Vell, distribuido en tres recintos amurallados independientes. 2-El Albacar, refugios temporales para la población. 3-La Alcazaba, en la parte más elevada, donde se administraba el distrito castral. 4–La casa andalusina, la más conocida del conjunto, de planta rectangular y 85 m2 de superficie. 5-El Territorio del Castell, o estructuración del entorno. 6–El Poblado, donde residia la mayor parte población.

 

     Más información en las webs https://www.castellonturismo.com/ y www.mucc.castello.es