Archivo de la categoría: Cultura

Café de la Ópera: música y comida el maridaje perfecto

Madrid es una ciudad donde todo el mundo encuentra su lugar. Sin duda, la cultura tiene un lugar privilegiado en la capital. Muestra de ello es la gran infinidad de propuestas para todos los públicos que encontramos siempre en Madrid. La música también tiene un lugar importante, y su templo lo encontramos en el Teatro Real, en donde las mejores óperas llevan más de 200 años sobre las tablas.

Junto a este edificio se encuentra El Café de la Ópera, un lugar sin igual en donde poder disfrutar no solo de la mejor lírica, sino también de una oferta gastronómica impresionante. En “Una Cena Cantada”, El Café de la Ópera marida los mejores manjares para el paladar con la mejor lírica en directo. Óperas y Zarzuelas deleitan a los oídos, mientras la decoración, que acompaña a la música, sorprende a la vista. Del olfato y el paladar se ocupa la exquisita comida que encontramos. Una experiencia sin igual para los sentidos.

Esta experiencia es única, ya que los comensales no solo disfrutan de una cena con espectáculo, sino que pueden sentirse parte de la actuación gracias a la fantástica compañía artística propia de El Café de la Ópera, que hace partícipe a los asistentes en el espectáculo, interactuando con ellos. De esta manera, cada visita a El Café de la Ópera se convierte en una experiencia única, perfecta para disfrutar con familiares y amigos y poder vivir una velada que permanecerá siempre en la memoria de los asistentes.

Toda la información, disponible en www.elcafedelaopera.com.

Un paseo por 25 siglos de historia en la Ciudadela de Roses

Construida en el siglo XVI para proteger la localidad, es un gigantesco museo al aire libre con joyas arqueológicas que arrancan en el siglo IV antes de Cristo

 

Grandes civilizaciones como la griega y la romana o épocas como la Edad Media afloran en las 17 hectáreas del gran icono patrimonial rosense, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1961. Un itinerario bien señalizado permite seguir las huellas que –a lo largo de más de dos milenios­­– marcaron la vida de esta localidad, referente de la Costa Brava catalana. Esta Ciudadela acoge también un museo con siete áreas temáticas… y cada año cobra una nueva dimensión lúdico-artística convertida en el mágico escenario del festival Sons del Món, que marida música y vino.

     El recorrido arranca con la zona griega, pues a sus colonizadores helenos se debe la fundación de la localidad, que denominaron Rhode. De aquella época se conservan restos del barrio helenístico, con talleres de cerámica y metales. El circuito prosigue con los vestigios de una zona artesanal romana, de los siglos II al VI, donde destaca una factoría de salazón. Y muy cerca se ubica, asimismo, una necrópolis paleocristiana. La Edad Media marcó también la historia del lugar, dejando como principal testimonio el monasterio románico-lombardo de Santa María, fundado en el siglo XI por monjes benedictinos. Su estructura mejor conservada es el ábside central de la iglesia, reconstruido en el s. XX.

 

Igualmente reseñables son los restos de un casco antiguo urbano fortificado medieval. Con el paso de los siglos, lo que era una zona civil se fue transformando en militar, con cuarteles. Y así fue evolucionando, guerra tras guerra, hasta las últimas napoleónicas. Los franceses, que la ocuparon durante seis años, se retiraron en 1814 dejándola semiderruida. Las tropas españolas reconvirtieron parte de la fortaleza en un pequeño baluarte utilizado como batería de costa hasta 1915. En 1986 se inició su reconstrucción que culminó en 2004, abriéndose al público para proponer un mágico viaje en el tiempo… ¡de 25 siglos!

 

               Más información en: http://ca.visit.roses.cat/

 

Menorca, raíces profundas

La diversidad cultural de esta isla balear ha dejado huellas perfectamente visibles en una Ruta Etnológica mucho menos conocida… pero llena de atractivos

 

Las canteras de s’Hostal, cerca de Ciutadella; las barracas para animales en forma de pirámide escalonada en Punta Nati, los molinos harineros como el de Sant Lluís, el aljibe de origen inglés de Es Mercadal o un Centro Artesanal en esta misma localidad, ubicada en el corazón de la isla. Las huellas que han ido dejando los diferentes oficios presentes en el campo menorquín constituyen otro de los alicientes que Menorca depara a quienes desean descubrir sus raíces, más allá de los chapuzones en sus maravillosas calas y playas.

    

En Líthica nada es lo que parece. Porque lo que en apariencia son unas canteras –las de s’Hostal, a unos 5 kms de Ciutadella– para la extracción de piedra se han convertido desde hace un cuarto de siglo en uno de los lugares más espectaculares de Menorca para el desarrollo de todo tipo de eventos lúdico-culturales, como el veraniego Festival Pedra Viva. Además estas canteras tienen una veintena de espacios bien señalizados, como el Laberinto de los Vergeles, el Circuito Botánico o el Jardín Medieval. Al oeste de la isla, en Punta Nati, sorprenden unas curiosas edificaciones de piedra de los siglos XVIII y XIX, de planta circular o cuadrada, llamadas barracas. Y se unen a la densa red de muros de piedra diseminados por la isla e integrados en el paisaje. Son bellos exponentes de la interacción del hombre con el medio natural.

Sant Lluís vivió de sus tres molinos de viento harineros de los que hoy día se conservan dos: el Molí de Dalt, transformado en museo etnológico, y otro como centro para la juventud. En Ciutadella está el Molí des Comte, del siglo XVIII. Y hay otro en Es Mercadal. Esta localidad también atesora un aljibe del siglo XVIII en el que se recogía y almacenaba el agua de lluvia para abastecer a las tropas británicas de la época. Y un Centro Artesanal ubicado en un edificio centenario: los antiguos cuarteles militares. Este centro expone numerosas piezas, elementos etnológicos del campo menorquín, plantas autóctonas y un interesante audiovisual de siete oficios tradicionales, además de poder adquirirse productos elaborados por los artesanos.

   Más información en: www.menorca.es

La seducción modernista de Tarragona

 

Una ruta urbana con 55 referencias –entre ellas 31 edificios– permite admirar las huellas arquitectónicas de este movimiento artístico de finales del siglo XIX y principios del XX

 

Antonio Gaudí, genio del Modernismo catalán, dejó en Tarragona su sello en el altar y el manifestator del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Pero la ciudad está llena de otras joyas de este estilo. Edificios civiles y religiosos como el Teatro Metropol, el rectorado de la URV, el Mercado Central, la fábrica de la Chartreuse, el colegio de las Teresianas o edificios de viviendas. Y como guinda, la también modernista barandilla del Balcón del Mediterráneo, majestuoso mirador desde el que contemplar el mar… y tocar ferro (tocar hierro), que trae suerte.

Más allá del conjunto arqueológico romano de Tarraco –su principal icono turístico y Patrimonio de la Humanidad–, de las huellas patrimoniales de los primeros cristianos o de la Edad Media, Tarragona tiene otro potente imán que atrae a muchos turistas allí donde deja su impronta: el Modernismo. Además del genial Gaudí –que dejó su legado cuando aun era estudiante de Arquitectura–, la ciudad fue cuna de otros dos grandes arquitectos: su aventajado discípulo Josep Maria Jujol y Josep Maria Pujol de Barberà, que embellecieron Tarragona con llamativos edificios.

Un total de 55 referencias –31 edificios, 16 elementos de edificios y 8 bienes inmuebles–, la mayoría de ellas flanqueando la Rambla Nova, principal arteria de la ciudad que nadie puede perderse, constituyen la crème de la crème del modernismo tarraconense. Una manera de disfrutar del entorno urbano admirando edificios de viviendas como las casas Ximenis, Ripoll, Salas, Bofarull, doctor Aleu, Porta Mercadé o Rabadà; el antiguo Hotel Continental o el reloj del puerto. Tarragona también seduce, 24 siglos después de la Tarraco romana, por su belleza modernista.

                            

Más información: https://www.tarragonaturisme.cat/es/rutas/ruta-modernista

Cómo ‘Re-Conocer Castelló’ desde nuestros hogares

La capital de la Plana se reinventa y ha puesto en marcha una original campaña promocional para ir conociendo su patrimonio con atractivos vídeos monotemáticos

 

El Fadrí, torre-campanario singular por su ubicación –separada de la Concatedral–, y que constituye uno de los iconos de Castelló de la Plana, es la protagonista del primero de los vídeos para ‘Re-Conocer Castelló’ sin salir de casa. Esta campaña irá mostrando semana a semana un patrimonio de la ciudad, con su historia, mediante vídeos que podrán visualizarse en las redes sociales del Patronato de Turismo y en el canal de youtube de Turismo, a través del enlace: https://youtu.be/r3Sp7TWh5qs

 

 

“Re-Conocer Castelló’ es una alternativa para aprender un poco más sobre la realidad que nos rodea, sobre su pasado y su presente”, explica la presidenta del Patronato Municipal y concejala de Turismo, Pilar Escuder. Y añade: “Queremos que la gente redescubra Castelló desde sus casas, que tenga la oportunidad de reencontrarse y revivir una ciudad que ahora mismo no puede visitar”.

Esta campaña, apoyada en las tecnologías audiovisuales, es una original manera de descubrir, uno a uno, los múltiples atractivos turísticos –monumentos, lugares, personajes…– de esta capital mediterránea, referente de la Costa de Azahar. Y todo ello, sin salir de casa, respetando las normas… pero tomando nota de esos imprescindibles a visitar cuando todo vuelva a la normalidad. ‘Re-Conocer Castelló’ es sumergirse en la historia de una ciudad que se gestó en la montaña pero que en el siglo XIII dio un giro radical a su devenir al trasladarse al fertil llano, para crecer y consolidarse junto al Mare Nostrum. Un mar del que se nutre a diario para maridar su sabrosa gastronomía con los productos de su huerta.

Más información: www.castellonturismo.com

Un sorprendente viaje virtual a la Tarraco romana

Con la App Imageen Tarraco –gratuita para móviles y tablets– Tarragona fusiona el pasado con el presente del legado arqueológico romano

 

¿Cómo era la plaza de la Font de Tarragona –sede actual del ayuntamiento– en la época romana? ¿Y el Anfiteatro? ¿Qué había donde ahora está la Catedral? Un fascinante viaje emocional de 24 siglos atrás en el tiempo gracias a la visita experiencial creada a través de realidad virtual. Pasear hoy día por los lugares más emblemáticos de la Tarraco romana adquiere una nueva dimensión que permite revivir el pasado en el propio presente. Tarragona sigue poniendo en valor su principal Patrimonio de la Humanidad, con emociones visuales.

 

El Anfiteatro, el Circo romano, el Foro Local ­–o de la Colonia– o el desaparecido Templo de Augusto, huellas patrimoniales de la Tarraco romana, reviven hoy día gracias a las nuevas tecnologías, que han situado a Tarragona en vanguardia de la innovación turística. Y como una imagen vale más que mil palabras, mediante la App Imageen Tarraco se consigue la mágica fusión de pasado y presente simplemente desplazando el móvil o la tablet por los lugares recreados. Un perfecto ejemplo es la del Circo romano, recogida en este vídeo: https://bit.ly/3amGXJ6

 

Esta App, disponible para IOS y Android, se puede descargar gratuitamente; y en cada uno de los puntos recreados ofrece diversas funcionalidades: Slider, para combinar pasado y presente utilizando una barra de tiempo que se puede mover manualmente; Avatar, guía virtual que enseña cómo ha cambiado el enclave desde el pasado hasta la actualidad; y Vídeo explicativo, para descubrir en pocos minutos lo que ocurría y cómo se vivía en tiempos pasados de la Tarraco romana.

         Más información: https://www.tarragonaturisme.cat/es/la-aplicacion-imageen y http://imageen.net/tarraco/