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EL HABARIO: EL BOSQUE DE CASTAÑOS MILENARIOS

En Cillorigo de Liébana se esconde el castañar más antiguo de la Comarca. Un rincón natural que combina historia, leyenda y paisajes mágicos.

El Habario es mucho más que un bosque, ya que allí los visitantes podrán conocer castaños milenarios que han sido testigosdel inexorable paso del tiempo. Bajo el título de castañar más antiguo de la Comarca, este enclave es un espacio natural ideal para quienes buscan conectar con la naturaleza de una forma íntima, además de hacer senderismo en un espacio único. 

En el corazón de la Comarca de Liébana, rodeado de montañas y frondosa vegetación, se alza El Habario: un castañar único que conserva ejemplares con siglos de antigüedad. Sus troncos retorcidos y de grandes dimensiones han sido testigo del paso del tiempo, convirtiéndose en un auténtico museo al aire libre.

Este enclave no solo destaca por su valor ecológico y paisajístico, sino también por su importancia cultural e histórica. Durante siglos, el castaño fue el árbol de vida de los pueblos de la Comarca de Liébana, ya que de su fruto se obtenía alimento; de su madera utensilios y tablas para construir sus hogares; y de su sombra un lugar donde resguardarse.

El Habario se ubica en una zona colindante con dos áreas protegidas como son el LIC de Liébana y la ZEPA del desfiladero de la Hermida, entre las localidades de Pendes y Cabañes, en el municipio de Cillorigo de Liébana. Este lugar, a 536 metros de altura, se ha convertido en una cita ineludible para excursionistas y viajeros, ya que es un paraíso natural donde respirar aire puro.

Desde su ubicación, los visitantes disfrutan de impresionantes vistas del Macizo Oriental de los Picos de Europa, lo que convierte la experiencia en un espectáculo. Otra vista espectacular, pero a la inversa, se encuentra desde el Mirador de Los moros, donde contemplar los más de 200 castaños milenarios.

Visitar El Habario, en la Comarca de Liébana, es mucho más que pasear entre árboles. Aquí los visitantes podrán descubrir un rincónde incalculable valor y de extraordinaria belleza, donde el tiempo parece detenerse.

Más información:https://www.comarcadeliebana.com/

LA SENDA OCULTA DE ARACENA: UN VIAJE EVOCADOR A LA RUTA MICOLÓGICA LA NAVA

 

 

En esta invitación a descorrer el velo de un rincón mágico en la Sierra de Huelva, hay una ruta que es mucho más que un sendero: la Ruta Micológica La Nava. Una experiencia circular, de dificultad baja y apenas 1,4 kilómetros, que concentra la esencia del otoño y el invierno andaluz en apenas una hora y media de paseo contemplativo.

Donde el Bosque Cobra Vida: El Ecosistema de La Nava

Esta ruta, enmarcada en el ambicioso Plan CUSSTA (Conservación y Uso Sostenible de Setas y Trufas de Andalucía), es una clase magistral de ecología y micoturismo sostenible. Nos adentramos en un paisaje vibrante que es el resultado de la coexistencia de múltiples especies vegetales:

  • El Corazón de la Sierra: La senda discurre inicialmente por dos pequeños valles que albergan chopos y sauces, donde aún se yerguen imponentes alcornoques y encinas centenarias.
  • El Matorral Mediterráneo: Al adentrarnos en la zona más elevada, dominada por un pinar de repoblación (Pinus pinaster), la tierra se cubre de la fuerza y el aroma de las jaras y los brezos. Es aquí, entre castaños y madroños, donde la biodiversidad fúngica alcanza su máxima expresión.

Tesoros Micológicos del Sendero

La Nava es una ruta de iniciación diseñada para despertar la curiosidad y el respeto, con el potencial de mostrar hasta 24 especies de hongos. Cada parada ofrece un encuentro íntimo con el micelio, la verdadera red de la vida subterránea.

  • Bajo el Alcornoque: En las proximidades de estos guardianes de la dehesa, el afortunado paseante podrá vislumbrar especies como el codiciado Boletus aestivalis (Tentullo) o el Pie Azul (Lepista nuda).
  • El Reino del Pino: En el pinar, se encuentran los hongos micorrícicos por excelencia, aquellos que mantienen una relación simbiótica con el árbol. Busquen aquí el clásico Níscalo (Lactarius deliciosus) y el Suillus bovinus.
  • Los ‘Barrenderos’ del Bosque: La ruta también ofrece un escaparate de hongos saprobios, los «barrenderos» que se alimentan de materia orgánica muerta y son esenciales para reciclar la celulosa y lignina del bosque. Es fácil ver en la madera caída ejemplares de Trametes versicolor o Schizophyllum commune.

Pinceladas de Historia y Sostenibilidad

El encanto de La Nava no se limita a sus setas. El recorrido nos regala paisajes con historia:

  • La Fuente «Sinforosa»: En el arroyo que da nombre a la ruta, encontrará los antiguos manantiales de la llamada «Fuente Sinforosa», un topónimo que deriva de «sulfurosa» y cuyas aguas fueron antaño apreciadas por los lugareños por sus cualidades medicinales.
  • Arquitectura Rural: En el punto más alto, una marcada pista nos lleva junto a un murete de piedra, testigo de la construcción rural tradicional de la zona.

Un Compromiso Necesario: Micoturismo Sostenible

La Ruta Micológica La Nava es un santuario y debe ser tratada como tal. Como viajeros, es nuestro deber destacar las normas de oro para un turismo responsable:

  • Observar y Fotografiar: La mejor opción es llevarse las setas fotografiadas, no recolectadas.
  • Cesta y Esporas: Si decide recolectar para estudio (solo si hay muchos ejemplares), utilice siempre una cesta rígida que permita la ventilación y, crucialmente, la dispersión de las esporas.
  • No Dejar Huella: El sendero debe quedar «como si nadie hubiese pasado por ella, sin huellas, señales, ni residuos».

La Nava es una invitación a la reflexión, a comprender que el hongo que produce la seta es un cuerpo vegetativo subterráneo (micelio) que sobrevive al paso de las estaciones. Disfruten de este microcosmos, observen las 24 especies que aquí fructifican, y descubran el fascinante mundo de la micología.

La mejor forma de disfrutar de la naturaleza es asegurando que otros también puedan hacerlo mañana. ¿Os animáis a recorrer esta senda mágica y a descubrir estos tesoros?

Más información: http://www.turismohuelva.org

VEGA DE LIÉBANA: EL SECRETO MEJOR GUARDADO DE LA COMARCA

Naturaleza virgen, pueblos con alma y una rica herencia cultural son los pilares sobre los que se sustenta este destino imprescindible para quienes buscan desconectar en la belleza más pura y auténtica.

 

 

A los pies de los Picos de Europa y envuelta en un paisaje de valles, bosques y tradición, Vega de Liébana se presenta como un destino turístico que sorprende por su autenticidad. Sus pequeños pueblos conservan el alma montañesa, la arquitectura popular y una calma difícil de encontrar. Senderismo, gastronomía, historia y hospitalidad se funden en esta joya de Cantabria. Ideal para quienes buscan vivir la naturaleza sin filtros.

Enclavado entre montañas y atravesado por las cristalinas aguas de río Quiviesa, afluente del río Deva, se sitúa en el extremo sur de la Comarca de Liébana, uno de los lugares más auténticos y cautivadores del norte de España: Vega de Liébana. Este rincón permanece ajeno a la prisa de la ciudad. Allí parece que el tiempo se detiene entre prados verdes y caseríos de piedra.

Este rincón de ensueño cuenta con un entorno montañoso que alcanza su punto más alto en Peña Prieta con 2.536 metros de altitud.

Vega de Liébana era conocido durante la baja Edad Media como Valle de Cereceda, y fue escenario de las repoblaciones impulsadas por Alfonso I y de intensas disputas entre nobles, como los Manrique y los Mendoza, hasta quedar bajo la tutela del futuro marqués de Santillana.

Desde el punto de vista cultural, este rincón de Cantabria es una joya poco conocida, donde aún se mantienen danzas populares como el ‘Pericote’, baile de origen rural se caracteriza por su ritmo alegre y vivo.

Otro de los secretos de este destino se guarda en la localidad de Ledantes. Allí se conserva la magnífica ‘Pisa de Ledantes”, un artilugio hidráulico de madera utilizado en la fabricación textil tradicional que se utilizaba para golpear, desengrasar y enfurtir las telas, con el fin de obtener unos paños tupidos y resistentes.

El arte popular de la zona tiene un marcado carácter rústico y montañés, donde cobra  especial relevancia el Conjunto Histórico de Dobres,  que ofrece una ventana viva al pasado rural del valle.

Para los amantes de la naturaleza, Vega de Liébana es un verdadero paraíso donde los viajeros podrán disfrutar del Mirador de Llesba, a 1.609 metros de altitud, que brinda una panorámica incomparable de los Picos de Europa.

No menos notable es su gastronomía, que conquista paladares con propuestas como el tradicional cocido lebaniego compuesto de  productos que recogen la esencia del territorio.

Vega de Liébana invita a vivir una experiencia distinta: entre montañas, historia y costumbres que se resisten a desaparecer. Un destino para sentir la tierra, saborear el pasado y asombrarse con el presente.

 

 

Más información: https://www.comarcadeliebana.com/

LA COMARCA DE LIÉBANA ‘RUGE’ EN OTOÑO

Desde mediados de septiembre hasta octubre, en las montañas de la Comarca de Liébana los visitantes podrán disfrutar de una escena singular: el apareamiento del ciervo rojo.

 

 

Cada otoño, la Comarca de Liébana, en pleno corazón de los Picos de Europa, se convierte en escenario de un ritual ancestral: la berrea del ciervo. Un fenómeno natural donde el sonido gutural de los machos retumba en los bosques. Esta época ofrece una oportunidad única para adentrarse en la naturaleza en estado puro. La berrea no solo es un fenómeno, es una cita imprescindible con la naturaleza.

Entre los meses de septiembre y octubre, la naturaleza despliega uno de sus espectáculos más impactantes en la Comarca de Liébana: la berrea del ciervo rojo. Este fenómeno marca el inicio del periodo de apareamiento de estos animales. Durante el verano, los ciervos renuevan su cornamenta y con sus recién estrenados cuernos comienzan el cortejo.

Esta actividad es una muestra de poder entre machos por la atención de la hembra, que da como resultado una sinfonía que se puede escuchar por todo el valle. En los bosques y laderas de la zona, este concierto resuena ofreciendo una experiencia sensorial inolvidable en plena naturaleza.

La Comarca de Liébana, rodeada por la majestuosidad de los Picos de Europa, es uno de los mejores lugares del norte de España para presenciar este evento. Su biodiversidad, paisajes de montaña y la tranquilidad de su entorno hacen de esta comarca un enclave privilegiado para el avistamiento de fauna en su hábitat natural.

Más allá de la observación, la berrea se convierte en una excusa perfecta para descubrir el encanto otoñal de la Comarca de Liébana: alojamientos rurales con chimenea, gastronomía de montaña y paisajes teñidos de ocres y dorados. Una invitación a reconectar con la naturaleza, a viajar con los cinco sentidos y a vivir una experiencia que va más allá del turismo.

 

Más información: https://www.comarcadeliebana.com/

CEE A PASO LENTO: SENDEROS PARA SABOREAR SIN PRISA

Cuatro rutas para perderse entre el mar y la montaña en el corazón de la Costa da Morte. Un lugar único para desconectar.

 

 

Explorar Cee no es solo caminar, también es sumergirse en un territorio donde la historia y la naturaleza se abrazan en cada sendero. Un destino que sorprende combinando espacios de servicio y rincones donde bajar las pulsaciones del frenético día a día. En esta tesitura única, este enclave de la Costa da Morte propone cuatro rutas, donde el viajero tiene la oportunidad de redescubrir el placer de andar a paso lento.

En la Costa da Morte, a poco más de una hora de Santiago de Compostela, Cee se presenta como un destino entre el mar y la montaña que invita al viajero a una desconexión del mundo y reconectar consigo mismo. Cee se puede conocer de muchas formas, pero estascuatro rutas os darán una imagen completa.

La “Ruta guiada por la villa resurgida de Cee” es el paseo ideal para comenzar. De carácter histórico y baja dificultad, permite descubrir en una hora lugares clave como el Santuario de Nuestra Señora de la Xunqueira, la Plaza de la Constitución, el Museo Fernando Blanco de Lema y el Pazo de Cotón, hasta culminar en el Instituto Fernando Blanco de Lema, símbolo del renacer cultural de la villa. Disponible de julio a octubre de forma guiada y durante todo el año de manera libre.

Los que buscan paisajes más salvajes encontrarán en la “Ruta Meigha Lirea” una experiencia inolvidable. Con algo más de 10 km y dificultad media, esta ruta recorre monte, costa y parte del Camino de Santiago de Fisterra a Muxía. Flechas verdes y rojas guían a los senderistas entre vistas espectaculares al Atlántico y tramos que se adentran en la esencia de la Costa da Morte.

En la “Ruta por A Ameixenda”, la leyenda y la historia se mezclan con la brisa marina. Con una duración de3 a 4 horas, este itinerario atraviesa playas, montes con vistas al Cabo Fisterra, antiguos refugios de la Guerra Civil y lugares emblemáticos como la última factoría ballenera de Europa. Una invitación a caminar por senderos donde cada piedra guarda una historia.

Finalmente, para quienes solo disponen de una hora, la “Ruta por la Armada” es un pequeño tesoro, una experiencia única. Coincidiendo con la entrada del Camino de Santiago en Cee, esta ruta se inicia en la Capilla de San Pedro Mártir, en la parroquia de Pereiriña, y avanza hacia el Alto da Armada, donde se encuentra un destacado cruceiro. A continuación, os adentraréis en As Campas, perteneciente a la parroquia de Brens, completando una ruta cargada de tradición y belleza natural.

Cee invita a caminar, tanto si conoces el destino como si no, agasajando al viajero con paisajes que parecen pintados a mano alzada, salvajes pero delicados. Cee es un lugar para recorrer en modo slow, donde respirar aire puro y recargar energía.

 

 

 

Para más información:https://www.turismodecee.es/es/

LA PEÑA DE ARIAS MONTANO: EL SANTUARIO DE PIEDRA DONDE CONVERGEN HISTORIA, MÍSTICA Y NATURALEZA

Un viaje a las entrañas de la provincia de Huelva, donde el tiempo parece detenerse entre ermitas, cuevas sagradas y leyendas alquímicas…

 

 

En el corazón verde de Huelva, donde la Sierra de Aracena y Picos de Aroche despliegan su manto de bosques y aldeas blancas, se alza Alájar, un pueblo de calles empinadas y aire medieval que custodia un secreto milenario: la Peña de Arias Montano. Este macizo calizo, declarado Bien de Interés Cultural, no es solo un mirador excepcional sobre el valle, sino un lugar donde la historia, la espiritualidad y el misterio se entrelazan como raíces de un viejo castaño.

El nombre de la peña homenajea a Benito Arias Montano (1527-1598), uno de los humanistas más fascinantes del Siglo de Oro. Erudito, teólogo y bibliotecario de Felipe II, fue clave en la edición de la Biblia Políglota de Amberes y en la organización de la legendaria biblioteca de El Escorial. Pero su alma inquieta lo llevó a abandonar la corte y refugiarse aquí, entre estas rocas que ya habían acogido siglos antes a San Víctor, un eremita del siglo V.

Montano transformó el lugar en un retiro renacentista: reconstruyó la Ermita de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, plantó huertos, diseñó paseos sombreados y acondicionó manantiales, inspirándose en los jardines manieristas italianos. Cuenta la leyenda que, entre meditaciones, el sabio se entregó a la astrología y la alquimia, ocultando parte de sus hallazgos en los archivos del Escorial. Hoy, su espíritu parece flotar aún entre las cuevas que habitó, donde el silencio solo se rompe con el rumor del viento.

Pero la magia de la Peña es anterior a Montano. Restos del Neolítico, del Bronce y de épocas ibera y romana atestiguan que este fue un lugar de culto y refugio desde la prehistoria. Los musulmanes la llamaron «Alájar» (la piedra), y en sus grutas —como El Palacio Oscuro o La Sillita del Rey— el agua ha esculpido lagos subterráneos y estalactitas que brillan bajo la tenue luz de las linternas.

Algunos hablan de energías telúricas, comparándola con Montserrat o Glastonbury. No es casualidad que ermitaños y místicos la eligieran para buscar lo divino: su atmósfera, cargada de una quietud casi sobrenatural, invita a la introspección. Otros, menos espirituales simplemente disfrutan con unas vistas de impresión. Un balcón desde el que asomarse a la belleza de la provincia de Huelva. Amaneceres y puestas de sol desde lo alto de esta peña son verdaderas postales para guardar como oro en paño. ¿Y por qué no? Desde aquí se puede vivir como nunca la popular lluvia de perseidas o ‘lágrimas de San Lorenzo’ cada mes de agosto.

Cada 8 de septiembre, la peña se viste de fiesta con la Romería de la Reina de los Ángeles, una tradición que atrae peregrinos de Huelva, Sevilla, Badajoz y Portugal. Desde 1807, el mercadillo artesanal es parte esencial de la celebración, donde se venden quesos de cabra, embutidos ibéricos, miel de castaño y objetos de corcho, sosteniendo la economía local.

¿Qué tiene esta peña que atrajo a sabios, santos y buscadores? ¿Fue su belleza, su silencio o algo más intangible? La respuesta, quizá, esté en sus grutas, donde el agua sigue goteando sobre las rocas, como lágrimas de la tierra. O en esa bruma azulada que cubre el valle al amanecer, difuminando los límites entre lo humano y lo eterno.

Alájar y su peña son un recordatorio: hay lugares donde la historia no se lee en los libros, sino en las piedras. Y esta, desde su atalaya de 746 metros, sigue susurrando secretos a quien quiera escucharlos.

 

Más información: www.destinohuelva.org