Archivo de la categoría: Turismo

La triple apuesta gastronómica del ‘nuevo’ Alhambra Palace

El emblemático 5 estrellas granadino –que reabre el 1º de septiembre– ofrece también una experiencia culinaria inspirada en el Al-Ándalus

 

‘Ensalada Zalamandroña’, ‘Crema Papas en bicicleta’, ‘Lomo de balacao y oro líquido’, ‘Paletilla de cordero lechal’, ‘Lágrimas de Boabdil’… El Alhambra Palace es mucho más que un hotel donde disfrutar de dulces sueños palaciegos; es también un auténtico templo de la gastronomía. Y de la mano de su reconocido chef, Esaú Hita, apuesta por una cocina de arraigo andalusí, versionando antiguas recetas con las nuevas técnicas culinarias. Tanto en su carta de restaurante como en la de terraza o en el room service (para quien pernocte), el hotel ofrece un sensorial viaje al pasado, entre aromas y sabores.

 

Reza el dicho que ‘quien olvida sus raíces pierde su identidad’. Y para que esto no ocurra, fiel a sus orígenes y como emblema de la hotelería granadina, el hotel Alhambra Palace ha volcado su rica y variada oferta gastronómica en el arraigo de la cocina andalusí. Lo ha hecho recuperando recetas, productos y tradiciones de aquel Al-Ándalus que durante ocho siglos dejó profunda huella cultural, patrimonial y culinaria en nuestro país… pero con el toque de modernidad que aporta su prestigioso chef granadino Esaú Hita, que ha sabido ser profeta en su tierra y desde hace dos años está al frente de los fogones de este emblemático 5 estrellas.

 

El Alhambra Palace –que reabrirá sus puertas el próximo 1º de septiembre tras año y medio de obligado cierre debido a la pandemia– pondrá al servicio de sus clientes y de los amantes del buen comer una experiencia gastronómica excelsa donde pasado y presente se fusionan con mágica precisión. Según el propio chef Esaú Hita, “hemos diferenciado nuestra oferta gastronómica aportando en la Carta del Restaurante Terraza Príncipe, una cocina de arraigo; recetas de origen con una clara influencia de nuestra cocina andaluza y granadina, con sabores y técnicas adaptadas a nuestro entorno y a la riqueza geográfica de la provincia. En la Carta de la Terraza Panorámica y en el servicio de habitaciones ofrecemos un toque más informal e internacional, fusionando varias culturas, como la cocina asiática, sudamericana o mediterránea. Pero lo que verdaderamente une toda nuestra oferta gastronómica es la importancia y el respeto que en nuestra cocina damos al producto”.

 

     1–Carta del Restaurante Terraza Príncipe. En ella destacan productos Selección, como el ‘Caviar ecológico de Riofrío’, la ‘Mousse de aguacate, mejillón y anchoa’ o la ‘Crema ‘Papas en bicicleta’ (cremita blanca de pescado, patata con AOVE, huevo poché y huevas de pez volador). De entrantes ‘verdes’ destaca la ‘Ensalada Zalamandroña’ (causa de calabaza, pimiento asado, tomate seco, aceituna negra, sardina en moraga y piñones). Como pescados, el ‘Lomo de balacao y oro líquido’ (confitado en AOVE, lingote de patata, salmorejo de naranja y aceituna negra), la ‘Lubina asada’ (con su piel crujiente, crema de boniato asado a la canela y cous-cous de coliflor) o el ‘Esturión de Ríofrio’ (confitado, con toques cítricos, cremoso de ajo y cereza). De carnes, la ‘Paletilla de cordero lechal’ (deshuesada, cocinada a baja temperatura con reducción de sus jugos, crumble andalusí y yogourt cítrico) o la ‘Presa ibérica’ (cocinada a baja temperatura en manteca colorá con parmentier de cilandro). Y de postres, entre otros, las ‘Lágrimas de Boabdil’ (crujientes capas de almendra caramelizada y frambuesa).

 

     2–Carta de la Terraza Panorámica. Ofrece una oferta divertida, como el ‘Surtido clásico de tapas Palace’ (Pincho de pavia de bacalao, Micuit de pato sobre tosta de pan de pasas y salsa de mostaza o el Solomillo de ternera y cebolla caramelizada) o el ‘Surtido de tapas arraigo de la Alhambra’ (Pincho moruno de cordero con su cous-cous, salmorejo de cereza con esturión de Riofrío confitado, Chips de patatas cítricas con boquerones en salazón…). Pero también propuestas internacionales que van del ‘Ceviche clásico peruano de lubina’ a las ‘Gyozas de pollo y verduritas’, el ‘Pan bao japonés de panceta a baja temperatura’ o la ‘Hamburguesa vegetariana nazarí’ (con berenjena, garbanzos y tofu con toque de curry y cilandro’).

 

3–El Room Service. Para degustar en la intimidad de la propia habitación palaciega –de 11:00 a 23:00 h–, ofrece también tentadoras propuestas como: ‘Quisquilla de Motril’ (con ceviche andaluz), ‘Gazpacho andaluz siglo XXI’ (con esponja de tomate, crujiente de cebolla y pepino osmotizado), ‘Huevo, patata, trufa y boletus’, ‘Ravioli’ (de boletus al ragut de la huerta)… además de pescados, carnes, hamburguesas y sandwiches.

 

Más información del hotel en su web: www.h-alhambrapalace.es

 

 

UNA RUTA ENTRE NATURALEZA Y FERROCARRILES

La Ruta de los Museos de la Montaña resume a la perfección el pasado histórico y cultural de los Picos de Europa y la Montaña Leonesa, entornos dentro de la Red Natura 2000 y Reserva de la Biosfera. Una travesía compuesta por 4 espacios museísticos que muestran la naturaleza y la vida tradicional de la zona a través de piezas reales: el Museo de la Fauna Salvaje de Valdehuesa, el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, en Sabero, el Museo del Ferrocarril de Cisterna y el Museo Etnográfico de Riaño. Una escapada perfecta para disfrutar además del entorno inigualable que ofrece la provincia y degustar su gastronomía tradicional.

La provincia de León se alza con el color verde de su naturaleza como símbolo y un pasado histórico que contar. Tierra de fauna y flora, pero también de siderurgia y de minería, este destino se convierte en el lugar idóneo para disfrutar de una escapada cultural en esta época del año. Paso a paso se descubren entornos inolvidables que, además, nos invitan a conocer su pasado. León te invita a sacar tu lado más cultureta y, mochila en mano, hacer la Ruta de los Museos de la Montaña.

Ubicado en Valdehuesa, el Museo de la Fauna Salvaje se encuentra en un entorno natural y paisajístico privilegiado: el embalse del Porma. Allí, los visitantes podrán ver animales de los 5 continentes distribuidos en varias salas temáticas. El museo, además, cuenta con un parque zoológico de unas 30 hectáreas dónde en recorridos guiados y en coches especiales todoterreno, pueden observarse diferentes animales en semi-libertad.

La siguiente parada es el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León ubicado en Sabero, en plena cuenca minera muy próximo al río Esla. El museo ofrece una amplia visión de la minería histórica y reciente del valle y la influencia que esta actividad ha tenido en sus gentes. En sus salas se puede ver gran parte del equipamiento de la antigua ferrería, un magnífico ejemplo de patrimonio industrial.

 

Cisterna es otra localidad con un gran pasado histórico, lo atestiguan resquicios como estelas vadinienses y calzadas romanas de carácter militar. Sin embargo, un lugar que representa a la perfección el pasado de sus gentes es su Museo del Ferrocarril. En su época fue una de las paradas más importantes de la región. El edificio alberga en una primera sala un amplio conjunto de objetos que acompañaban la vida de los trabajadores del ferrocarril, desde el montaje de las vías del tren a la Oficina del Jefe de Estación. En otra sala, de audiovisuales, se presenta una muestra de fotografías que ya son historia del ferrocarril y una proyección que resume los más de 100 años de vida del Ferrocarril Hullero.

 

Por último, Riaño guarda otro rincón único que nos muestra el pasado de su comarca: su Museo Etnográfico. Reúne buenas muestras de lo que fue la vida tradicional de la zona. En él destacan las recreaciones de una casa del Humo, una fragua tradicional o de una escuela. Expone información sobre la ganadería, los oficios y distintas tradiciones populares. Su contenido se completa con otros recursos como la historia de la comarca y sus evidencias.

 

No existen dudas de que la historia sigue viva en la provincia de León a través de esta gran ruta. Una travesía perfecta para disfrutar además del entorno privilegiado que ofrece este destino, conocer sus hermosos pueblos, disfrutar de sus gentes y por supuesto, degustar la gastronomía tradicional leonesa, elaborada con productos de primerísima calidad.

Siete pistas para un verano playero en Formentera

 

Un tour por los 69 km de costa de la menor de las Pitiusas para descubrir las diferentes opciones que ofrece al visitante ávido de ‘sol y playa’

 

Formentera es, sin duda, el ‘último paraíso del Mediterráneo’. Y lo pone de manifiesto de forma especial en verano, cuando atrae por el magnetismo de esas cristalinas aguas con un ‘azul Formentera’ único en el mundo, por la pureza que le proporciona la Posidonia oceánica, su gran tesoro submarino. Hay diversas alternativas playeras, de las que hemos seleccionado siete; cada una con características propias… pero todas tentadoras, por lo que es difícil escoger. ¿La mundialmente famosa Ses Illetes, la casi infinita Migjorn, las coquetas Ses Platjetes… o la acogedora Cala Saona, arropada por acantilados bajos? ¡Y por qué no todas ellas! Es cuestión de tiempo… y organización. Pero, sea cual sea la elección, una cosa es segura: olvidarse por unos días del estrés cotidiano para relajar el cuerpo y la mente en este paraíso cercano. ¡Al agua!

 

1–Ses Illetes. En la punta norte de la isla –a poniente– es el gran icono playero de Formentera, no en vano suele estar en el top de las mejores playas del mundo. Sus 450 metros de arenal están divididos en dos por una zona rocosa y debe su nombre a los cinco islotes suspendidos frente a su costa: Tramuntana, des Forns, Escull des Pou, Redona y Escull d’en Palla. Aguas tranquilas y poco profundas, con zonas dunares protegidas por pasarelas de madera para acceder al mar. Siguiendo rumbo norte se llega a la punta de la península des Trucadors desde la que se observa la cercana isla de Espalmador.

 

2–Llevant. Casi paralela a Ses Illetes, pero hacia el este. 1.450 metros de arena blanca y aguas cristalinas, con amplitud media de 90 metros. También atesora un extenso sistema dunar protegido por pasarelas de madera. Menos frecuentada que su ‘vecina’ ­–con la que casi se fusiona al norte, en una estrecha lengua de tierra– ofrece excelentes vistas de la costa este de Formentera y es ideal para relajados paseos a media tarde.

 

 

3–Cavall d’en Borràs. Antesala de Ses Salines, es la primera playa al entrar en el Parque Natural de las Salinas de Eivissa y Formentera. Cobijada por un frondoso bosque de sabinas, es de aspecto salvaje, aunque sus aguas poco profundas y ausencia de oleaje la hace ideal para familias con niños. Con vistas a Ibiza y los islotes de Es Vedrà y Es Vedranell. Su nombre proviene de la punta rocosa homónima, así bautizada en honor al propietario de la salinera de Formentera, a finales del siblo XIX. Al norte tiene un tramo rocoso –la playa des Carregador– y al sur un pequeño canal –sa Sequi– para dar salida al mar a las aguas estancadas del Estany Pudent.

 

4–Es Pujols y Sa Roqueta. La primera es una playa urbana de 690 metros a lo largo del paseo marítimo de esta localidad, que acoge la mayor parte de la oferta hotelera y de ocio de Formentera. Alterna tramos de arena con zonas rocosas que cobijan los ‘escars’, típicas casitas vardero. Siguiendo hacia el oeste está otra playa menos frecuentada, Sa Roqueta.

 

 

5­–Ses Platgetes. Ubicadas en la costa de tramuntana, al noreste de la isla, son la antesala playera a los acantilados de la Mola, la zona más alta de Formentera. Tres pequeñas playas casi idénticas, separadas por zonas rocosas, que suman en total unos 600 metros de longitud. Ideales para la práctica del snorkel. Y al lado de Es Caló de San Agustí, que conserva su fotogénico aspecto de pueblo de pescadores, con sus vetustas embarcaciones tradicionales –‘llauds’– resguardados en los vetustos varaderos de su puerto.

 

 

6–Cala Saona. Agazapada en una pequeña bahía protegida por acantilados bajos, cuenta con apenas 140 metros de largo… pero es muy amplia. Aguas turquesa que contrastan con la tierra rojiza de las zonas rocosas. Y con un hotel perfectamente integrado en el entorno natural. También acoge pequeños varaderos y es ideal para practicar deportes como el paddle surf, kayak o snorkel… o hacer una excursión acuática hacia los acantilados de Punta Rasa, con sus sorprendentes cuevas submarinas. Al caer la tarde, es el mejor lugar para ver la puesta de sol, además del Cap de Barbaria.

 

 

7–Migjorn. La zona playera más extensa de la isla, con sus 5 km de playas y calas con zonas rocosas intercaladas. Cada una tiene su propio nombre y cuentan con varios accesos: Mal Pas, Ca Marí, es Racó Fondo, es Codol Foradat, la playa des Valencians, es Arenals y Copinar, la situada más al este. De todas ellas las más populares son Ca Marí, es Arenals y es Copinar, por su perfecto fondo marino arenoso, que se prolonga mar adentro. Esta zona es ideal para las familias pues está resguardada de los vientos de la tramuntana predominantes en los meses estivales. Y también hay en ella diversos restaurantes donde saborear la cocina autóctona y chiringuitos donde tomar una copa admirando el Mediterráneo.

 

 

 Más información en: https://www.formentera.es

 

 

7 divertidas propuestas para un verano con niños en Roses

 

‘Historias de la P… Mili’, en los bunkers de Falconera, es la gran novedad este año de la programación infantil estival con la que Roses tienta a las familias con niños. Pero hay muchas más: Visitas teatralizadas por la Ruta Megalítica, talleres arqueológicos y de dracmas, visitas nocturnas también teatralizadas a la Ciutadella, Skape Pirata Kids en el Castillo de la Trinitat… Este verano, en Roses… ¡¡¡A jugar!!!

 

 

Roses atesora desde 2010 el certificado de ‘Destino Turístico Familiar’ promovido por la Agencia Catalana de Turismo. Y lo pone de manifiesto con multitud de propuestas pensadas para padres e hijos a lo largo de todo el año… pero muy especialmente en verano, la más importante etapa vacacional. Así, tras los chapuzones y el relax al sol, llega el momento de compartir diversión con los peques. Estas son 7 divertidas propuestas.

 

1–Historias de la P… Mili. Una divertida visita teatralizada a los bunkers de Punta Falconera de la mano de un sargento y un ‘quinto’, acompañados por un grupo de reclutas. Los sábados 7, 14, 21 y 28 de agosto; y 4 y 11 de septiembre. Horario: 19:00 h Duración: 1 hora. Precios: 8 euros (adultos) y 4 euros (6-17 años).

 

     2–Érase una vez. Visita teatralizada a la Ruta Megalítica de Roses, un apasionante viaje en el tiempo a 3.000 años a.C. para admirar estos vestigios prehistóricos –dólmenes, menhires, cistas e insculturas– protegidos como Bien Cultural de Interés Natural. Los miércoles 4, 11, 18 y 25 de agosto; y 1 y 8 de septiembre. Horario: 19:00 h Duración: 1 hora. Precios: 8 euros (adultos) y 4 euros (6-17 años).

 

3–Exploradores de la historia. Taller de Arqueología. Tras visitar el Museo de la Ciutadella y admirar algunas de las piezas icónicas de sus 25 siglos de historia los participantes acudirán a un yacimiento para conocer el legado de los pueblos que allí vivieron y aprender, mediante un taller, cómo los arqueólogos acaban descubriendo el pasado recuperando piezas enterradas. Los jueves 5, 12, 19 y 26 de agosto. Horario: 19:00 h Duración: 1 hora. Precio: 5 euros (gratuito para los menores de 3 años).

 

4–Jugamos a griegos y romanos. Taller de Dracma. Los griegos fundaron la primera colonia rosense y con ellos comenzó el comercio con monedas. Los participantes en esta actividad deberán adivinar solo oliendo cuáles eran los productos de otra gran civilización, la romana, y jugarán a dados como lo hacían algunos de los grandes héroes. También habrá un Taller de Dracma (antigua moneda) como las de la antigua Rhode que luego podrán llevarse como recuerdo en un collar. Los lunes 2, 9, 16 23 y 30 de agosto. Horario: 19:00 h Duración: 1 hora. Precio: 5 euros (gratuito para los menores de 3 años).

 

5–Pizaño vuelve a la Ciutadella. Visita teatralizada nocturna con un anfitrión de excepción: el ingeniero Luis Pizaño, encargado del primer proyecto de construcción de la Ciutadella de Roses… que jamás se llevó a cabo. Pizaño hará un recorrido por esta fortificación del siglo XVI mostrando su enfado porque su proyecto inicial y el que se acabó construyendo no se parecían demasiado. A lo largo del recorrido aparecerán otros personajes históricos que vivieron en la primitiva ciudad, junto con restos de los barrios griego y romano, y vestigios medievales. Los lunes 2, 9, 16 y 23 de agosto. Horario: 22:00 h Duración: 1 h Precio: 10 euros (gratuita para menores de 7 años).

 

6–Scape Kids Pirata. Actividad auto-guiada en el Castillo de la Trinitat. Un juego de piratas y enigmas en el que se dispone de 40 minutos para poder salir de este fortín militar de Artillería, del siglo XVI. De lunes a domingos, hasta el 31 de agosto. Precio: 3 euros (gratuita para menores de 3 años).

 

7–Espectáculos Infantiles en la Ciutadella. Payasos, malabaristas, títeres, cuentacuentos, canciones, magia, humor… harán las delicias de los más pequeños en el espacio Arsenal de este recinto patrimonial. Los martes y sábados. Horario: 19:00 h Duración: 1 hora. Precio: gratuito, pero con aforo limitado.

 

Para las actividades desarrolladas en la Ciutadella y el Castillo de la Trinitat deberá realizarse reserva previa llamando al teléfono 972.151.466 o mandando un email a: patrimoni@roses.cat. Los tickets para las visitas teatralizadas pueden adquirirse en la Oficina de Turismo de Roses (Av. de Rhode, 77-79)

 

Para más Información: www.visit.roses.cat

 

Menorca, tour playero fusionando calas y patrimonio

 

La ‘isla de las mil calas’ ofrece mucho más que sol y chapuzones en ellas. Acudir a su encuentro es disfrutar, paralelamente, de una experiencia cultural y natural única

 

Menorca es especial… también a la hora de veranear. Porque va mucho más allá de ser un paraíso playero. Ir a cualquiera de sus calas y playas agazapadas en sus 216 kms de costa supone también experimentar una inmersión en su cultura (talayótica), su historia (Camí de Cavalls) y su naturaleza (como Reserva de la Biosfera que es desde hace casi tres décadas). Y además, con dos zonas bien diferenciadas: el norte, de solitaria y salvaje belleza rojiza; y el sur, de finísima arena blanca y aguas tranquilas. Playas para todos los gustos e incluso algunas urbanas, para quienes desean disfrutar de servicios y accesibilidad. Sí, Menorca es especial porque, en cortas distancias, ofrece infinitas opciones para bañarse en sus cristalinas aguas.

  

Por su atractivo patrimonio, su desbordante naturaleza y su gastronomía, Menorca es un destino para todo el año. Pero en verano, de manera especial, por sus playas y calas. La mayoría están alejadas de entornos urbanos lo que les proporciona un atractivo especial: su mágica fusión con el entorno natural de una isla cuyo 66 % está protegido, además de ser Reserva de la Biosfera desde 1993. Y la mejor manera de conservar ese gran tesoro es cuidarlo, limitando el acceso directo en vehículo.

 

Pero, lejos de ser un hándicap, el tener que andar unos 15 o 30 minutos para acceder a muchas de sus calas es la oportunidad perfecta para practicar –paralelamente– senderismo activo por uno de los grandes atractivos histórico-naturales de la isla balear: el Camí de Cavalls, que circunvala Menorca a lo largo de 185 km. Dejar el vehículo en las zonas de parking y empezar a andar es disfrutar de los entornos paisajísticos de la isla, con el premio final de un buen chapuzón.

 

 

Menorca cuenta con dos zonas costeras bien diferenciadas. La norte es agreste y salvaje, con formaciones rocosas de pizarra y arcilla roja y el verde azulado de sus aguas. Destacan la playa de Cavalleria (muy cerca del faro del mismo nombre) y preciosas calas como Pregonda, Pilar o Algaiarens. La zona sur, por contra, ofrece playas y calas de finísima arena blanca y cristalinas aguas turquesa. Algunas de ellas están protegidas por formaciones rocosas que las convierten en auténticas piscinas naturales, como Es Talaier, y la mayoría están arropadas por zonas boscosas, como las calas Turqueta , Mitjana, Trebalúger o Escorxada.

 

 

También ciertas playas o calas están fusionadas con la cultura talayótica, como cala Morell o Cales Coves, con necrópolis talayóticas. Y en la misma zona sur, la playa de Son Bou –el mayor arenal menorquín, con sus 3 km– donde los amantes de la cultura podrán visitar otro recinto arqueológico: la basílica paleocristiana, de los siglos V-VI d.C.

 

 

Los chapuzones playeros en Menorca también tienen un valor añadido: el que les proporciona el Parque Natural de S’Albufera des Grau, núcleo de la Reserva de la Biosfera. Allí, la propia playa de Es Grau es ideal para las familias con niños pequeños por la tranquilidad que otorgan sus aguas poco profundas y su cerrada bahía, que la protege del oleaje. Aunque los más intrépidos pueden escoger opciones más salvajes y vírgenes dentro del propio Parque Natural, como cala Presili o cala Tortuga, ambas cerca del faro de Favàritx –rodeado de acantilados– lo que permite también su visita.

 

Muy distintas a estas son las opciones de las playas urbanas, para quienes buscan la comodidad de disponer de todos los servicios (duchas, lavabos, servicio de socorro, bar/restaurante…) y una mayor accesibilidad. Es el caso de Cala Galdana, Cala’n Bosch o las playas de Son Saura, Arenal d’en Castell, Cala Blanca o Punta Prima. Menorca cuenta también con tres playas con ‘bandera azul’: las citadas Cala Galdana y Son Bou, y Cala en Porter. Y para los amantes del minimalismo playero, las coquetas y diminutas Binidalí o Es Caló Blanc. ¿Tenéis ya clara vuestra elección?

 

 

Más información en: www.menorca.es

EN EL ARTE SACRO HAY UN LEÓN DIFERENTE

León te abre las páginas de su historia para que descubras, como un leonés más, la esencia de sus tierras. Esta provincia te invita a conocer su pasado a través de una ruta por cinco de sus monasterios: el Monasterio de Santa María de Gradefes, San Pedro de Eslonza, San Miguel de Escalada, el Monasterio de Sandoval y el Museo de los Pueblos Leoneses, ubicado dentro del antiguo Monasterio de San Agustín. Arte, cultura, patrimonio y vestigios de un pasado que ha convertido a León en el referente en turismo cultural que es hoy en día. ¿Nos vamos de escapada?

Cada camino de León es un viaje único, una vía que te conecta con la esencia de esta provincia y te invita a formar parte de ese sentimiento leonés que tanto caracteriza a sus gentes. Porque León es naturaleza viva, arte en todo su esplendor y por supuesto, historia en cada piedra que encuentras en tu viaje. Una historia que hoy toma una forma concreta. Entre sotas, claustros y campanarios, conocemos León a través de una ruta por 5 de sus monasterios.

A orillas diestras del río Esla se levanta el Monasterio de Santa María de Gradefes. Situado en la región que lleva su nombre, fue fundado en 1168 acogiendo la primera comunidad de monjas cistercienses provenientes del monasterio navarro de Tulebras. Su cabecera de estilo románico de transición, el crucero y el coro, son tres de los elementos más destacados de esta edificación. En un entorno envidiable como son los paisajes naturales leoneses, este monasterio se convierte en un punto de partida perfecto para conocer el pasado de este destino.

Por su parte, el Monasterio de San Pedro de Eslonza también está incluido dentro de la Ruta de los Monasterios del Municipio de Gradefes. Fundado en el Siglo X, tuvo vida hasta 1835. Doña Urraca de Zamora lo restauró en 1099, dándole su antiguo esplendor. Disfruta de una nueva restauración en el siglo XVI de cuya época data su portada, la cual se conserva íntegra en la Iglesia de San Pedro de Renueva en León.

El Monasterio de San Miguel de Escalada constituye una de las mejores obras del arte mozárabe a nivel nacional. Su iglesia fue fundada a finales del siglo IX por monjes cristianos cordobeses que se asentaron sobre los restos de una iglesia visigoda anterior. Desde fuera, a primera vista, ya se corrobora la belleza que el viajero se va a encontrar en el interior. Su pórtico consta de doce arcos de herradura, una estampa inédita digna de fotografía de esta obra arquitectónica.

Situado en pleno Camino de Santiago se encuentra el Monasterio de Sandoval, emblema peregrino, puesto que en su día tuvo un centro de atención para los caminantes ubicado en su albergue. Son de gran belleza sus arquerías montadas sobre pilares compuestos y capiteles representando castillos, como en Gradefes. Destaca la portada de entrada a la iglesia, con la representación del Crucificado y dos figuras orantes en el ático: San Bernardo y Santa María ante el Cristo Crucificado.

La última parada en nuestra ruta es el Museo de los Pueblos Leoneses, ubicado dentro del antiguo Monasterio de San Agustín. El museo cuenta con una colección que supera las 8.000 piezas relacionadas con la etnografía leonesa, como una magnífica representación de aperos o herramientas para trabajar el campo, objetos relacionados con el transporte, artesanías y oficios que muestran piezas de incalculable valor antropológico. Un broche de oro perfecto para convertirse en todo un experto de la historia y la cultura leonesas.

León es una provincia moderna, pero a su vez, se enorgullece de sus raíces y preserva los vestigios que le han convertido en el destino de primer nivel que es hoy en día. Un viaje en el tiempo que se complementa, por supuesto, con una visita a su capital, una ciudad con esencia romana donde descubrir este verano la autenticidad de esta provincia.