La peregrinación de larga distancia más numerosa de la historia moderna de las peregrinaciones completa su segunda etapa, entre Aldán y Portonovo, pasando por la isla de Oms.
La segunda etapa de la V Ruta Rías Baixas-Camino Marítimo de la Ría de Muros Noia, organizada por el Monte Real Club de Yates de Baiona, el Real Club Náutico de Portosín y el Camino de la Ría de Muros-Noia, transcurrió con absoluta placidez bajo un cielo despejado y una temperatura ideal de 25 grados. Lejos de la sofocante ola de calor que afecta a otras zonas del país, los participantes disfrutaron de una brisa marina constante que impulsó las embarcaciones con ritmo sostenido a lo largo de la ría de Pontevedra.
Tras zarpar desde la zona de fondeo en Aldán, la flota se adentró en aguas abiertas, acercándose al mediodía al archipiélago de Ons, un enclave de singular belleza. Esta isla, aún habitada, combina acantilados suaves, furnas como el espectacular Buraco do Infierno y playas de arena dorada como las de Melide. Pero más allá de su riqueza natural, Ons guarda un legado etnográfico fascinante, testimonio de una comunidad que supo adaptarse a la vida en medio del mar.
Los peregrinos marítimos desembarcaron con ayuda de las lanchas neumáticas de la organización y compartieron una comida de confraternidad en Casa Cuña, donde degustaron platos emblemáticos como la empanada de pulpo en pan de maíz o la caldeirada. Por la tarde, retomaron la navegación con rumbo a Portonovo, donde el Real Club Náutico les recibió con una animada velada musical.
Hoy, la tercera jornada presenta un escenario radicalmente distinto: vientos del norte más intensos obligan a una navegación cautelosa y sin horario fijo, buscando el abrigo de la costa hasta llegar a A Pobra do Caramiñal. Una prueba más de que esta ruta, impulsada por sus tres patrocinadores, no solo es un desafío náutico, sino también un diálogo constante con los caprichos del mar y la esencia de las Rías Baixas.
Más información: https://www.caminomaritimo.es/