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Una catedral subterránea en el corazón de León

En la provincia de León, en el corazón de una montaña, se encuentra la Cueva de Valporquero, una verdadera catedral subterránea que la erosión del agua ha creado durante miles de años. Cuenta con impresionantes galerías visitables repletas de diversas formaciones rocosas, en las que descubrir la historia de nuestro mundo subterráneo. Un enclave ubicado junto a un entorno natural privilegiado: el hayedo de Valporquero, muy cerca de la Hoces de Vegacervera, que cuenta con diversas rutas de senderismo para los amantes del turismo activo.

Cuenta la leyenda que existe un rincón en la provincia de León que hechiza con tan solo mirarlo. Un lugar de historia en vida que visitó el hombre cuando iniciaba su andadura por la Tierra. Una cueva de frías aguas, grietas históricas en el corazón de una montaña y maravillas subterráneas. Las leyendas suelen transmitir verdades y este es un caso de ello: Hablamos de la Cueva de Valporquero.

Ubicado en la pedanía de Valporquero de Torío, este enclave leonés abrió sus puertas al público en 1966. Ofrece a los visitantes la oportunidad de adentrarse en el interior de la montaña y disfrutar de un increíble paisaje de estalactitas, estalagmitas y columnas que el agua ha ido esculpiendo a lo largo de los años, creando una verdadera catedral subterránea. Un paisaje privilegiado que invita a la contemplación y al disfrute de un entorno natural sin parangón. El León más auténtico nos invita a realizar un “viaje al centro de la Tierra”.

CUEVA DE VALPORQUERO 2
CUEVA DE VALPORQUERO 2

La Cueva de Valporquero ofrece un sendero repleto de luces, sombras y cursos de aguas. Tiene diversas galerías visitables como la Gran Rotonda, la sala que adquiere mayores dimensiones; las Pequeñas Maravillas, espacio llamado de esta manera por las características formas que dan nombre y vida a sus espeleotemas: la Torre de Pisa, las Gemelas y la ya famosa Virgen con el Niño; o la galería Hadas en la que, en época de lluvia, el agua se precipita en una cascada de 15 metros de altura. Una visita tanto para mayores como para pequeños, perfecta para realizar en las estaciones de primavera y otoño.

La cueva no ofrece solamente la posibilidad de descubrir un mundo subterráneo mágico y maravilloso, sino que combina también la ciencia y el deporte. En este entorno natural privilegiado, también es posible practicar senderismo, bicicleta de montaña, escalada, barranquismo, pesca y un sinfín de actividades de naturaleza, que tienen su cenit en la espeleología, a través del impresionante “Curso de Aguas de Valporquero”.

Este rincón natural de la provincia de León está ubicado en un entorno privilegiado que se mueve a compás de la naturaleza: el hayedo de Valporquero. Se trata de uno de los mejores bosques de umbría de la Cantábrica Leonesa y entre su maleza se abrigan especies animales como el corzo y vegetales como el espino albar y el acebo. Un paisaje inolvidable ubicado en plena Reserva de la Biosfera de Los Argüellos, que se complementa a la perfección con la monumentalidad de las Hoces de Vegacervera.

Y como dice la célebre frase, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, la mejor manera de descubrir el hayedo de Valporquero es a través de sus rutas de senderismo como la que va desde Valporquero a Valle y Coladilla, o bien la de los Sierros Negros y el Cardayal. Estos trayectos permiten conocer el espacio natural privilegiado que rodea a la cueva, la cultura y arquitectura de la zona, además de disfrutar de la calidad del aire de la provincia junto a su oferta de turismo activo.

¿Te atreves a descubrir la esencia de León? Esta provincia te abre la puerta a miles de experiencias.

Los secretos de León que descubre el peregrino

León tiene rincones con mil y un secretos aún por descubrir muy ligados a la historia del peregrinaje por el Camino Francés. Edificios como la Iglesia de Santa Ana, la Puerta de la Moneda, el Palacio de los Guzmanes o la Basílica de San Isidoro, tienen un interesante pasado que se refleja hoy en día en detalles arquitectónicos e históricos realmente únicos. León enriquece el alma y cultiva con su arte. Una ciudad llena de curiosidades en torno a la peregrinación. Porque León solo hay uno.

León es una ciudad de puertas abiertas, de esas en las que caminar por sus calles, da gusto. Una ciudad con carácter propio que recibe al viajero siempre con una sonrisa en el rostro y una tapa en la mesa, ya sea por el barrio Romántico o Húmedo. León brilla por sí mismo, pero destaca por encima de todo, por los secretos que guarda celoso para el peregrino.

Colegiata-san-isidoro-leon
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Zurrón al hombro y capa a la espalda, cruza el peregrino las puertas de la ciudad de León para hacer un alto en sus pasos por el Camino Francés. Porque en esta ciudad se siente la historia, la pasión en cada calle y la monumentalidad de sus joyas artísticas. Tras cruzar el río Torío en Puente Castro, a la sombra del antiguo Castro de los Judíos, los peregrinos entran en la ciudad llegando a la Iglesia de Santa Ana. Mucho más que un edificio, su cruz es el emblema del templo y, ¿sabías qué? Se repite 9 veces en la iglesia y 2 en el exterior. Además, en el interior hay unas pinturas murales de 1.557 y muy cerca hay una personificación del viento con cara de niño. Es importante observar, no solo ver. León esconde mil y una curiosidades.

Muchos más lugares y secretos. En la Puerta de la Moneda estaba situada la entrada por la que los peregrinos, y todos aquellos que llegaban desde el Este, se internaban en la ciudad. En sus alrededores los cambistas de moneda ejercían su lucrativo oficio. Aún podemos seguir el trazado de la cerca medieval a ambos lados de la entrada.

En el corazón de la ciudad nos encontramos con la Diputación Provincial, junto al palacio de Botines, realizado por el famoso arquitecto catalán Gaudí. La Diputación, o Palacio de los Guzmanes, es un edificio Renacentista con originales ventanales haciendo esquina. Su patio plateresco está adornado con las armas de los Guzmanes: un caldero lleno de serpientes. En la entrada podemos encontrar a San Agustín lavándole los pies a Cristo peregrino. Sigue mirando, porque León sorprende en cada esquina.

Pero si a León nos referimos, no podemos dejar de lado a la Pulchra Leonina, la magnífica catedral gótica de León. Un secreto a voces de este gran monumento es que se apoya sobre las ruinas de unas termas romanas y una catedral anterior. Las portadas de la Catedral están llenas de esculturas que representan escenas de la Biblia, el Cielo o el Infierno; pero lo más emocionante se encuentro en el interior: las enormes ventanas están cerradas con hermosas vidrieras que convierten los rayos del sol en un auténtico arcoíris.

Siguiente parada, la Basílica de San Isidoro, una obra cumbre del arte Románico. El rey leonés Fernando I la mandó construir en 1056 sobre las ruinas de un antiguo monasterio destruido por Almanzor, para albergar las reliquias de San Isidoro y el Tesoro Real. Posteriormente se añadió la capilla mayor gótica y la espadaña barroca. La portada del Cordero representa el sacrificio de Isaac y tiene en su parte superior los signos del Zodíaco. El Panteón Real, famoso por sus pinturas del siglo XII, alberga las tumbas de algunos de los antiguos reyes de León. Algo imprescindible en su visita es, buscar su famoso calendario agrícola.

Y cómo no hablar del Parador Nacional de San Marcos, recientemente restaurado y modernizado. El edificio, de estilo Plateresco, fue sede de los monjes, soldados de la Orden Militar de Santiago, que protegían el Camino. La iglesia, a la derecha del conjunto, está decorada con conchas y motivos jacobeos. En su fachada hay que buscar los últimos detalles de esta ruta. A la izquierda, el emblema de la Orden de Santiago (una espada en forma de cruz) y a la derecha, tres calabazas con sus bastones.

León enriquece el alma y cultiva con su historia y su arte. Una ciudad de luz que luce desde su Casa Botines hasta el rosetón de su Catedral; porque León solo hay uno.

Provincia de León: ¡Lo tiene todo!

León es tierra de magia. Una provincia con múltiples retratos que van desde un gran legado histórico, fruto del paso de grandes civilizaciones, hasta parajes naturales donde conviven diversas especies naturales autóctonas. Historia, patrimonio, naturaleza y arquitectura. Un ‘todo en uno’ que convierte a este destino en la opción perfecta para disfrutar de un viaje de autenticidad y esencia natural. En cada rincón que mires, León atesora lugares de gran valor que sorprenden al viajero.

Cada paso en la provincia de León es una experiencia en sí misma, es sumergirte en un paraje único donde descubrirte a ti mismo. Es respirar aire puro, sentir la paz en el paisaje, caminar entre naturaleza y querer que cada momento nunca termine. León es magia. Una provincia forjada en el crisol del tiempo con un formidable patrimonio histórico, fruto de la sucesión de culturas que pisaron sus tierras.

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Astorga, destino de historia, arte y religión. Un lugar perfecto para comenzar ese viaje de sensaciones por esta provincia, donde legiones enteras marcaron el paso del tiempo de una tierra que hoy brilla con luz propia.

León es esencia. Como también lo es Ponferrada, capital de El Bierzo, encomienda de los templarios con su castillo como icono. Un lugar de peregrinaje por el camino de las estrellas, el Camino de Santiago.

León también es paz. A vista de pájaro, su territorio muestra hermosos contrastes como el de las montañas del norte y los llanos del sur; la fertilidad de El Bierzo y la dureza de la Maragatería. Sus ríos, como el Esla o el Sil, ofrecen un paisaje diverso donde la vegetación y la fauna se convierten en la ecuación perfecta para una aventura entre la naturaleza.

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La diversidad paisajística de León ha creado múltiples hábitats, tan dispares como originales, peculiares e, incluso, únicos. En cada uno de ellos se encuentran especies animales y vegetales de gran valor. Desde los parajes vírgenes de Los Ancares Leoneses donde perviven las especies autóctonas, hasta las tierras labradas por el hombre al sur de la provincia, las Tierras de Campos de las que es capital la monumental Sahagún. La naturaleza leonesa ofrece en cada paso una experiencia distinta.

Cada rincón incita a recorrer una ruta a través de los tiempos para descubrir el patrimonio artístico y cultural que ha dejado la historia en las tierras leonesas, desde los primeros pobladores hasta las representaciones artísticas del siglo XXI. Ejemplo de ello, la Casa Botines de Gaudí, en la capital leonesa. La singularidad de su impronta se convierte en el punto neurálgico perfecto para conocer una ciudad que resume a la perfección la esencia de una provincia en todas sus vertientes.

León es un destino de tesoros que acoge con los brazos abiertos a cualquier viajero. Un lugar que guarda la esencia más pura en cada uno de sus rincones.

LEÓN, PARADA INDISPENSABLE PARA EL PEREGRINO

León es pasión, una ciudad que lo tiene y lo da todo por sus visitantes, un destino idóneo para hacer una parada mientras se hace el Camino de Santiago. Cruce de culturas, arte que llega a su máximo esplendor en su catedral gótica, sus barrios Húmedo y Romántico con una oferta gastronómica insuperable… León lo tiene todo. Durante el peregrinaje, la capital leonesa se posiciona como un alto en el camino, indispensable, para aquel que dirija sus pasos hacia Santiago de Compostela.

Un paso más cerca de la meta, de la ilusión que este 2021 tiene su apogeo como Año Santo Xacobeo. Desde el camino, uno puede imaginar las torres de la Catedral de Santiago de Compostela, fin del peregrinaje que, en su trayecto, deja recuerdos maravillosos para custodiar en la memoria. Recuerdos de lugares como León que alimentan el alma. Por su estratégica ubicación, la capital leonesa se convierte en un lugar de parada obligatoria para los peregrinos que realizan este recorrido a través del ‘Camino Francés’, que une la localidad de Saint Jean de Pied de Port con la ciudad compostelana. La ciudad de León se encuentra a escasos 300 kilómetros de Santiago de Compostela y, desde allí, tan solo 14 etapas a pie separan al peregrino de su destino.

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El camino también es cultura, un viaje en la máquina del tiempo por la historia de una ciudad de convivencia. El Museo de las Tres Culturas de León es un enclave perfecto como punto de entrada de los peregrinos a la ciudad. Está dividido en tres áreas, una zona de recepción donde los visitantes pueden descansar y acceder a toda la información sobre el Camino de Santiago; otra sobre el pasado romano de Puente Castro con paneles explicativos y la recreación de una habitación con un médico romano; y una dedicada a la cultura judía, con la recreación de una escena de hogar.

La popularmente conocida como Plaza del Grano es una de las imágenes más hermosas de la capital leonesa, símbolo de su pasado. Tomándola como punto de partida, un paseo por la ciudad enriquece el alma con lugares como el albergue de peregrinos de las Benedictinas, en el Monasterio de las Carbajalas. Recorriendo la Rúa, se llega a la Casa Botines, joya del modernismo de Gaudí que plasmó en la estampa leonesa. Junto a ello, el palacio renacentista de los Guzmanes, una de las familias más poderosas e influyentes, tampoco pasa desapercibido.

El corazón de León está en la calle Ancha, la más importante de la ciudad desde la época romana. Una vía llena de vida que divide en dos el casco histórico leonés y a su vez delimita a la perfección los barrios Húmedo y Romántico. Llena de comercios y establecimientos gastronómicos, es una parada obligatoria para reponer fuerzas tras horas y kilómetros de caminata. Recorrer esta calle es disfrutar de una vista privilegiada, admirando fachadas de antiguos palacios donde hoy convergen multitud de estilos con un objetivo, llegar hasta la impresionante Catedral gótica. Desde este punto, la parte más alta de la ciudad, los callejones colindantes hacen aparecer hacia la derecha a la Real Colegiata de San Isidoro.

Se trata de un monumento histórico que no solo alberga la conocida como ‘Capilla Sixtina del románico’, sino que, además fue testigo de las primeras Cortes que convierten a León en Cuna del Parlamentarismo.

León es pasión por el peregrino, un alto en el camino santo en una ciudad con una oferta cultural, histórica y gastronómica insuperable.

Provincia de León, tierra de tesoros ocultos

La Provincia de León brilla con luz propia gracias a su gran oferta patrimonial, paisajística, natural, etnográfica y enoturística pero, ¿cuáles son sus tesoros más ocultos? Rincones como las Hoces de Vegacervera, el Valle del Silencio, la ruta de los puentes romanos de Lugueros, los Fiordos Leoneses de Riaño, la legendaria comarca de Babia o las pallozas prerromanas de los ancares, sorprenden a cualquiera que quiera conocer el corazón más profundo de este destino. León es una tierra mágica con mucho que ofrecer.

La Provincia de León es magia en estado puro. Ese destino que encandila la mirada con rincones naturales como la Cueva de Valporquero y las cientos de rutas senderistas en las que se respira el aire más puro serpenteando los Picos de Europa o las Reservas de la biosfera. Todo ello sin olvidar sus lugares ricos en patrimonio, que nos llevan de viaje al pasado, entre castillos, iglesias, monasterios, palacios y casonas solariegas, su enoturismo y por supuesto, su oferta en turismo etnográfico. Sin duda, descubrir León es la mejor de las aventuras, pero, ¿conoces sus tesoros ocultos?

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León es una provincia cargada de atractivos en cada uno de sus rincones y comarcas que despliegan ante sus visitantes un seductor legado, herencia de un pueblo con una rico y extenso pasado e historia. La naturaleza es uno de sus principales atractivos, con lugares como las Hoces de Vegacervera, donde el agua y el viento crean la sinfonía perfecta. Y si de la música queremos pasar al sosiego más absoluto, el Valle del Silencio habla por sí solo con la espectacularidad de sus paisajes y el recogimiento de sus pueblos.

La Provincia de León es un camino para descubrirte a ti mismo y seguir los pasos, firmes y acompasados, de la historia de Roma. Siguiendo la Calzada Romana del Esla se llega hasta uno de esos lugares que sorprenden a primera vista, los Fiordos Leoneses, en Riaño. También a Maraña, en el corazón del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, con sus impresionantes y únicos paisajes y panorámicas, lugares que, junto al padre de los ríos leoneses, el Esla, el antiguo “Astura” de los romanos, conforman una comarca con paisajes que te dejan sin palabras, que te hacen contener la respiración; rutas para practicar cualquier deporte de naturaleza; lugares de ensueños, pueblos de cuento, bosques de leyenda… León es un destino único.

Y una de las joyas de la corona es su arquitectura popular, herencias del pasado que perviven en el presente de esta provincia que muestra con orgullosa un legado de siglos. Los tradicionales hórreos de las montañas, las pallozas prerromanas de los ancares leonesas, los molinos de las riberas de sus múltiples ríos, los palomares de tierras de campos….

La Provincia de León es un destino que enriquece el alma y cultiva la mente.

León es tierra de magia, naturaleza y patrimonio. León lo tiene todo.

León se recuerda por sus sabores

No hay apetito que no se calme en León. Una ciudad con carácter propio, arte a raudales, historia en cada calle y una oferta gastronómica que te hará recordar este destino por sus sabores. Si hay un lugar donde tapear es un arte, ese es León, un verdadero collage de elementos con los que tendrás claro que León, siempre es un acierto: arquitectura de ensueño, paisajes únicos, gente hospitalaria y una despensa de lujo. Un destino donde comer también es tradición, con un magnífico recetario tradicional y expertos culinarios que hacen realidad cada bocado.

En cada piedra una huella del pasado, en cada calle un recuerdo de la historia y en cada esquina un aroma diferente, y es que, León también se recuerda por sus sabores. Un día en león no está completo si después de descubrir sus museos, monumentos y lugares emblemáticos, no se le pone el broche de oro a la jornada con un momento dedicado a su gastronomía tradicional.

En León hay donde elegir, calles llenas de tascas, bares y cervecerías que atraen con sus exquisitos olores, e incluso palacios que abren sus puertas para ofrecer al visitante un rincón íntimo y sosegado donde la protagonista sea la gastronomía. León es un anfitrión de primera.

Platos como el Cocido Maragato, la Olla Berciana, el Lechazo Asado, las Ancas de rana a la baezana, Picadillo y varias preparaciones con trucha, como la sopa y la trucha frita, alcanzan el súmmum de la delicia sin pasar por alto su gran tradición de embutidos. Cecina, morcilla, chorizo, jamón, lomo, así como Botillo del Bierzo, son algunas de las delicias que se pueden disfrutar en medio de siglos de historia. Todo ello maridado con exquisitos vinos de León, una tierra que guarda el sello de dos Denominaciones de Origen, D.O. León y D.O. Bierzo, lo que ofrece una cuidada selección de vinos para todos los gustos.

Pero, si hablamos de una tradición gastronómica, la más arraigada de todas es el ‘salir de tapas’. Esta costumbre tiene una larga historia y numerosas recetas, pensadas para satisfacer el apetito de cualquier visitante. León es para recorrerlo bocado a bocado, y no hay nada mejor que comenzar por el Barrio Húmedo y el Barrio Romántico, muy cerca de la Plaza Mayor. Cada local tiene su preparación típica, lo que permite descubrir una gran variedad de texturas y sabores.

Visitar León es, en definitiva, disfrutar de una gastronomía en la que confluyen los mejores productos de la tierra, el recetario tradicional, las nuevas vanguardias culinarias y las hábiles manos que día a día se encargan de hacer realidad cada bocado. Comerse León es disfrutar de unas estupendas tapas en cualquier rincón de la ciudad, es compartir un buen vino y es, también, degustar todo el sabor que surge de sus espléndidos fogones.

No debemos olvidar recorrer los tradicionales mercados como el de la Plaza Mayor, donde se celebra uno de origen medieval, o el Mercado del Conde con sus puestos variados, mostrando la esencia más arraigada del producto tradicional, con el Palacio Conde Luna como espectador de tan insigne despensa.

León, sin duda, es un capricho para el paladar.